Todos tenemos una playlist secreta con una selección de canciones para llorar, porque todos hemos pasado por días grises, desamores, pérdidas y todo tipo de cosas que nos destruyen por dentro.
Pues bien, ahora sus canciones de la lista sad pueden ser organizadas para ver cuál es la más triste de todas. Spotify creo un algoritmo capaz de organizar su catálogo de música a partir de dos variables presentes en cada canción (la valencia y la energía) para obtener el estado de ánimo que cada tema emite. “Las pistas con alta valencia suenan más positivas, alegres y eufóricas; mientras que las de menor suenan tristes, deprimidas y a veces incluso enojadas”, dijo Spotify según la BBC.
Miriam Quick, periodista de datos, aplicó este algoritmo de Spotify sobre una muestra de 1000 canciones que corresponden a las número uno a lo largo de la historia en el Hot 100 de Billboard. Este fue el cuadro resultante del experimento de Quick.
Crédito: Miriam Quick. Origen de la data: Spotify, extraído usando spotifyr. 1080 tracks que alcanzaron el número uno en Billboard Hot 100, julio de 1958 a abril de 2018
Según la británica, basada en el algoritmo de Spotify, la canción más triste en el top de Billboard Hot 100 de todos los tiempos es “The First Time Ever I Saw Your Face” de Roberta Flack que compite con “My Heart Will Go On” de Celine Dion. Además de esto, el estudio arrojó que de esa misma lista, la de mayor enojo es “Lose Yourself” de Eminen y la más tranquila es “Don’t Worry, Be Happy” de Bobby McFerrin.
Ahora, Charlie Thompson, científico de datos, hace un tiempo evalúo cada canción de Radiohead para mostrar cuáles eran las más tristes y las más felices. Quick, inspirada en el estudio del científico, llevó su estudio un paso más lejos y organizó las canciones más tristes que han pasado por el número 1 del Billboard Hot 100 desde 1958:
Aunque esas canciones no hablan todas de cosas tristes, su música si es un poco nostálgica. De hecho Thompson le dijo a la BBC que “cuando una máquina escucha una canción, solo ve una forma de onda”, corroborando que solo pueden organizar sonidos, más no los significados de las letras.
Aparte de esta lista y los datos obtenidos con el top de Billboard, si usted desea utilizar el algoritmo de Spotify para hacer su propio estudio musical a través del API (Interfaz de programación de aplicaciones) que aquí le dejamos.
El 20 de abril de 2018, la música electrónica perdió a una de sus máximas estrellas. Tim Bergling, quien a lo largo de la última década logró conquistar al universo del EDM bajo el nombre de Avicii, decidió quitarse la vida con tan solo 28 años, dejando conmocionada a toda la comunidad e industria de la música a nivel global.
Un par de días después de su fallecimiento, su familia emitió una carta abierta en la que explicaban que Tim "realmente luchó con sus pensamientos acerca del sentido y la felicidad en la vida, queriendo simplemente encontrar paz". Varios meses después, su familia ha decidido convertir la página oficial de Avicii en un memorial donde todos sus seguidores puedan compartir sus más gratos recuerdos del artista sueco.
"Tim creó musica que logró unir a la gente, con cientos de recuerdos imborrables provenientes de todos los rincones del mundo. Creamos este espacio para que puedas compartir tus recuerdos con todos nosotros y así hacerle saber al mundo lo que Avicii significó para ti. Su música y tus recuerdos son para siempre", se lee en la descripción inicial del sitio.
Si quieres dejarle tu mensaje a Avicii, puedes hacerlo dando clic en el siguiente link:
Se escribe BACH y se lee bashhhh. Es un acrónimo que viene de las siglas del grupo Bandalos Chinos y que se convirtió en una especie de código de complicidad entre la banda y sus cada vez más numerosos seguidores. También es el título que la agrupación escogió para su recién estrenado segundo LP, un disco producido por el multifacético Adán Jodorowsky, grabado en los estudios Sonic Ranch de Texas, Estados Unidos, y que trae olor a obra consagratoria.
Formados en el 2009, los Bandalos Chinos son originarios de Beccar, un “barrio bien” de la Zona Norte del Gran Buenos Aires. Sus integrantes son Goyo Degano en voz y teclados, Tomás Verduga en guitarra y coros, Iñaki Colombo en guitarra, Nicolas “El Lobo” Rodriguez en bajo, Matías Verduga en batería y Salvador “Chapi” Colombo en sintetizadores. Seis pibes que se han ganado su reputación como una de las bandas argentinas emergentes más interesantes a fuerza de un disco, dos EP, buenos videos y cualquier cantidad de presentaciones a lo largo de la Argentina.
Al escuchar BACH, se entiende porque tanto entusiasmo a su alrededor. Muchos momentos pegajosos y bailables, altas dosis de emotividad, un fino sonido retro y moderno a la vez con el sello Jodorowsky, un exquisito videoclip para el tema "Demasiado" y, por supuesto, buenas canciones, son los ingredientes que hacen de este una de los discos argentinos del año.
Pero BACH no es solo un muy buen disco, sino una obra que plasma la hermandad que la agrupación lleva construyendo desde que se conocieron siendo niños. Desde que el disco arranca y Goyo Degano canta “Vámonos de viaje, déjame llevarte sin control en espiral” en los primeros versos de "Vámonos de viaje", los Bándalos Chinos nos invitan a acompañarlos en la aventura introspectiva que vivieron para renacer musicalmente y que los llevó, primero, a las Sierras de la provincia argentina de Córdoba para componer las canciones, y luego, al desierto texano para plasmarlas en disco.
Nos juntamos en Buenos Aires con el cantante Goyo Degano y el guitarrista Iñaki Colombo para saber los pormenores de BACH y conocer un poco más sobre su historia. Les recomendamos darle play al álbum mientras leen la entrevista.
NOISEY: ¿Cuando empezaron a hacer BACH? Goyo: Siempre tenemos una época del año en la que nos gusta ir a la sala a zapar y trabajar ideas, como ensayos más creativos.
Iñaki: Creo que el punto en que empezamos realmente a pensar en hacer un disco fue en el viaje que hicimos a las sierras de Córdoba a casa de la familia del bajista en julio de 2017.
Goyo: Teníamos un toque en Córdoba Capital y a la semana siguiente otro en Villa María que es muy cerca y dijimos “Aprovechemos esa semana y hagamos algo que nunca hemos hecho”, que era retirarnos a un lugar, desconectarnos y vivir una semana tocando desde la mañana hasta la hora de irse a dormir.
Iñaki: Armamos ahí la sala, vino un amigo nuestro que es chef y nos cocinaba un menú con un amor al desayuno, almuerzo y cena, como si fuera uno más de nosotros. Estuvimos ahí tocando días. En ese momento ya había algunas ideas de canciones que el tecladista Chapi tenía dando vueltas.
Goyo: En Córdoba tomamos conciencia y dijimos "Grabemos un disco, contemos algo, una experiencia, un momento" y sin darnos cuenta ese viaje terminó siendo el inicio de BACH.
Iñaki: Después fue crucial lo de Adán.
¿Cómo llegaron a Adán Jodoroskwy? ¿Cómo fue trabajar con él? Iñaki: A Adán lo amamos, es un genio total. Teníamos la idea de hacer el disco y, si bien nosotros habíamos producido todos nuestros trabajos anteriores, dijimos “Che, para este disco hay que buscar un productor, alguien que nos saque de nuestro encierro creativo y nuestra zona de confort”. Era como buscar un renacimiento, y ahí Juan Ingaramo, un amigo músico que nos gusta mucho, le dijo a Chapi “¿Por qué no lo llaman a Adán Jodorowsky?”.
Nosotros lo teníamos de nombre. Yo había oído Adanoswky y el disco Voluma de León Larregui que lo veníamos escuchando un montón sin saber que Adán era el productor, y cuando nos enteramos que lo había producido dijimos “¡Nos encanta! ¡Esos conceptos de canciones! ¡Esos arreglos retro con una impronta personal muy musical!”.
Goyo: Entonces conseguimos su mail y le escribimos de caraduras, “Hola Adán, somos una banda de Argentina y queremos producir un disco con vos y esta es nuestra música”. Le pasamos un par de links y el chabón contestó de una, “Tengo libre del 2 al 22 de enero”. Se copó desde el principio.
Foto: Leandro Frutos
Pasaron de estar buscando productor a tener fecha de grabación con el que querían. Iñaki: Cuando nos dijo esas fechas dijimos “Dale es esa”. Era todo nuevo para nosotros y empezamos a preguntarnos “Bueno, ¿qué hacemos? Ni lo conocemos ¿a dónde vamos a grabar? ¿de donde sacamos la plata?”. Teníamos miedo porque era un paso gigante y era una inversión enorme para nosotros, pero decidimos apostar a eso porque sabíamos que ese era el momento de hacer el mejor disco que pudiéramos con el mejor productor que se nos ocurriera. Fue como poner la vara muy alta y exigirnos.
¿Y cómo se decidieron por los estudios Sonic Ranch para grabarlo? Goyo: En una primera instancia dijimos “Bueno, lo traemos a Adán a grabar a Argentina”, y él como condición nos dijo “Vengan a grabar a mi estudio en México, o en estos estudios en los que me gustaría laburar entre los que estaba Sonic Ranch”. Nosotros lo teníamos de nombre porque varias bandas argentinas grabaron allí, como Él Mató a un Policía Motorizado, Juana Molina o Sig Ragga, todos discos que nos encantan y habíamos escuchado un montón.
¿Cómo consiguieron la plata para hacer el disco? Goyo: Justo en ese momento nos salió un subsidio al que habíamos aplicado en el 2016 que es el Mesenazgo Cultural, un programa de financiamiento de proyectos culturales que tiene el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Ese subsidio cubría una parte y después nosotros todo ese año como sabíamos que íbamos a grabar el disco, habíamos renunciado a nuestra guita y la habíamos puesto en común para que fuese para el disco. Empezamos a juntar plata de todos lados y de repente conseguimos guita prestada que todavía estamos debiendo.
Iñaki: ¡Estamos hasta la cabeza! ¡Jajaja!
Hay que tocar muchachos. Goyo: ¡Hay que laburar! Como decimos en Argentina. ¡Jajaja!
¿Y cómo fueron trabajando las canciones antes de llegar a grabarlas? Iñaki: Nosotros le preguntamos a Adán “¿Qué onda?¿Llegamos ahí a grabar y ya? ¿Empezamos a preproducir?¿Te mandamos maquetas?”, y él nos dijo “No, no, no. Yo quiero las canciones solo con guitarra y voz, nada más que eso. Enfóquense en trabajar las letras, en que la canción suene bien así y después me las mandan”.
Eso fue importantísimo. Nosotros estábamos pensando más en la producción, estábamos más obnubilados en cómo iba a sonar y estábamos dejando de lado algo elemental que es la canción, y cuando Adán nos dijo eso, nos abrió los ojos en un punto.
¿Cómo fue la experiencia de grabar en Sonic Ranch? Goyo: Estás en el desierto en El Paso, Texas en la frontera con Ciudad Juárez en México y fue increíble. Nosotros volamos a Houston el 31 de diciembre porque fue el pasaje más barato que conseguimos y pasamos el año nuevo ahí. Alquilamos una camioneta y nos hicimos 12 horas por carretera en el desierto de Texas. Yo me esguinzé el tobillo el día antes de viajar jugando futbol en el cumpleaños de un amigo y viajé con el tobillo así hinchado y llevaba la pata arriba, era el copiloto de Chapi que se manejó las 12 horas de ruta.
Iñaki: Después nos enteramos que la manera más fácil de llegar era hacer DF y después Ciudad Juárez pero no estábamos bien asesorados Jejeje. Fue todo producido por nosotros, pero tuvo su magia ese road trip por el desierto de Texas. Cuando llegamos a Sonic Ranch fue que conocimos a Adán.
Goyo: La experiencia fue muy buena porque en el estudio está todo dispuesto para que vos en lo único que pienses sea en ir, tocar y grabar.
Iñaki: Cada uno tiene su cuarto, por ejemplo; cada uno tenía su propio espacio que es importante después de estar todo el día trabajando y de repente después te recluís a descansar o a componer. Es un lugar que está pensado realmente para que te dediques a la música y a componer.
Goyo: De hecho, no te subís a ningún transporte, no te tomás un colectivo. Vas caminando al estudio, caminando con el primer mate de la mañana.
¿Y cómo fue la dinámica de la grabación? Goyo: Los primeros dos días fueron de selección de equipos porque ese estudio es como un parque de diversiones con la cantidad de cosas que hay que puedes usar. Luego Adán propuso encarar un tema por día.
Iñaki: Teníamos 20 días y entre 11 y 15 ideas de canciones, entonces era bueno una por día. La mañana arrancaba con “A ver la canción” y la tocábamos ahí. Veíamos el tema, la forma, el estribillo, lo tocábamos un poco y después era “Ok vamos a grabar”, y hacíamos tres tomas de batería, bajo, algún teclado así; hasta que Adán decía “Esta es la buena toma”.
Goyo: Arrancábamos tempranísimo. A las 8 AM arriba, desayunar algo y entrar al estudio no más tarde de las 10 de la mañana. A medida que iban avanzando los días de estudio, Jerry el ingeniero, con quien también pegamos muy buena onda, nos iba alargando el estudio. Nos dejaba solos un rato, veía que manejamos protools; entonces nos dejaba laburando hasta las dos de la mañana.
Iñaki: La última noche yo la viví cómo algo dramático.
Goyo: Nos faltaba grabar muchos coros y voces para tener cosas para probar. Recuerdo que empezamos a las seis de la tarde y fuimos girando por los cuatro estudios de Sonic Ranch y terminamos en uno que era medio abajo de la tierra en donde no se veía la luz del día, y le metimos derecho hasta las 10 de la mañana. Paramos a esa hora porque a las 11 nos teníamos que ir al aeropuerto para volver a Argentina.
Iñaki: Y Adán igual. Al día siguiente venía su banda y arrancaban su gira norteamericana. Él a las seis de la mañana dice “Yo mañana tengo que ensayar y hasta acá llegué”.
Adán participó en algunas canciones ¿cierto? Goyo: Sí. Grabó algunas voces, guitarras y percusiones.
Iñaki: Además bailaba y tiraba coreografías en el estudio.
Se ve que se sumó a la onda de ustedes desde el comienzo. Goyo: Fue toda una experiencia porque al chabón lo íbamos conociendo día por día. Vino con unas pelis y con unos libros para compartirlos con nosotros.
Iñaki: Fue muy loco. Me acuerdo que el primer día llegamos y a la noche comimos con él, luego al día siguiente estuvimos todo el día eligiendo equipos y tocando un poco, y a la noche me dije “Siento que conozco a Adán desde hace años”. La verdad que pegamos muy buena onda con él, que además estaba con su hijo Alion y su mujer Luna. Realmente había como un ambiente familiar. Justamente en estos días nos decía “Lo que pasó ahí fue muy especial. Los amo”.
Dijeron que se concentraron especialmente en la lírica de BACH ¿De dónde vienen las letras? Iñaki: Algunas venían de las canciones originales del tecladista y muchas se hicieron colectivamente. En toda la dinámica de componer nosotros nos sentábamos y preguntábamos, ¿este tema de que va a hablar? Queríamos contar algo nuestro y entonces un tema habla de un amigo nuestro, otro habla de la muerte de mi abuela. Todas las canciones cuentan algo que nos pasaba ahí y las armamos un poco entre todos. Muchas se cerraron en el estudio, ya faltaban cinco días y nos faltaba algún estribillo.
Goyo: Se dio una dinámica muy loca que era que nos juntábamos con Chapi y con Iña, y era sentarnos dos o tres horas a contarnos qué era lo que le había pasado al otro, a pensar por qué queríamos hablar de esto, poner ideas en común y abrirnos desde un lugar que quizás nunca lo habíamos hecho. Por ahí sos amigo, te pasan muchas cosas y compartes muchos momentos pero quizás hay situaciones de las que no hablás. Fue abrirse por completo… Full flash.
Iñaki: Siempre teniendo a la canción como última instancia. Decíamos “Hay que aportar a la canción este sentimiento” o “Esta experiencia intentar contarla en una canción”. La gente piensa que algunas canciones son de amor cuando en realidad quizás no son. Nos preguntan, por ejemplo “¿Quién es Susana?”, y Susana es un amigo nuestro al que le decimos Juan Carlos Susana.
¿Qué música estaban oyendo en ese momento? Goyo: Escuchamos un montón de discos de fines de los 70 y principios de los 80 que estábamos redescubriendo. Como decíamos nosotros "el año 79". Los Bee Gees, Donald Fagen, el disco Discovery de ELO, Prince… Me acuerdo que Adán nos pasó una referencia de Prince del disco Controversy, y que luego en un momento puso "Off the Wall" en el estudio. Ese era un poco el sonido que teníamos ganas de hacer porque era lo que veníamos escuchando y queríamos hacer otro tipo de música.
El disco es muy sentimental, se siente que entregaron todo. Goyo: En ese sentido Adán era como un DT. Cuando grabamos voces, estábamos acostumbrados a tirar miles de tomas y él iba más por la uno, las dos, la tres. Venía y me decía así cerquita “Ahora imagínate que estás grabando en cinta y que no hay más. ¡Tirála! ¡Es esta!”. Manijeándote ahí como un DT: “¡Dale! ¡Dale! ¡Voy a salir a jugar y la clavo al ángulo!”.
Iñaki: Siempre estaba apuntando a la emoción. Recuerdo que siempre apagaba la luz, decía "Bueno, vamos a apagar la luz”, como buscando crear ese clima y la magia de grabarlo ahí. Quería eso, quería intimar. Además tenía una forma muy linda de aportar; recuerdo que cuando proponíamos ideas que no le cerraban tanto nos miraba y nos decía “Te hago un cassette”.
Foto: Leandro Frutos
El video de “Demasiado” es una carta de presentación contundente visualmente para el disco. Cuéntenme un poco sobre como lo hicieron. Iñaki: Tenemos un amigo que se llama Tomás Terzano que desde que hicimos el primer disco venía a filmarnos y es como el director de arte de la banda: nos hizo el arte de los dos EP e hizo todos nuestros videos. Es como que estamos acostumbrados a que los videos los hace él que tiene su visión de nuestra música y es uno más de esta propuesta. A Tomás le gusta proponer algo fuerte estéticamente
Goyo: Ya había salido “Vámonos de Viaje” como primer sencillo y queríamos mostrar otra cara algo diferente a lo que veníamos haciendo. Decidimos entonces sacar “Demasiado” y le dijimos, “Pensáte una idea, fijáte”.
Iñaki: Tomás fue mi roommate durante dos años hasta hace un mes, y un día me dice “Vení que te muestro algo” y me pone Singing in the Rain, la escena de "You Were Meant For Me" y me dice “Bueno, acá empieza la canción”... Muteámos la música del video, pusimos "Demasiado" sobre esa escena, lo vimos todo y dijimos “¡Hay que recrear esto!”, y él estaba medio parlanchín y decía, “¡¿Cuando una coreografía fue cool en un video?! ¡Esta es la coreografía!”. Le dijimos “Ok, hacélo” y la gente se le copó al toque y en una semana lo hizo y a la siguiente salió el tema. La idea era hacerlo bien simple y en ese sentido terminó siendo coherente con el disco.
¿Y que planes tienen por lo que queda de año? Iñaki: Vamos a estar de gira por varias ciudades de Argentina para presentar BACH. Luego del 20 de noviembre al 10 de diciembre nos vamos para México. La gira se esta armando. ¡Va a estar buena! ¡Promete! Tenemos muchas ganas de ir a tocar a México.
Goyo: Encima yo nunca he ido. Me voy a comer el flash.
Iñaki: A mí gustaría ir al desierto. Hacer algún viaje así estaría bueno.
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Bandalos Chinos se estará presentando en diferentes ciudades de Argentina hasta noviembre, cuando se irán a tocar a México por primera vez ¡Atentos a su Facebook e Instagram para saber la fechas!
Diálogos introspectivos de una mente pasivo agresiva y respuestas a las voces que habitan en la cabeza. Brujería y superstición. Rap deconstruido, arriesgado y experimental.
Vómito visceral ante la realidad.
Interpretar a AcentOh, una de las figuras de la nueva sangre en el hip hop dominicano, es un reto. Es una invitación, a veces hostil, a su mente. Un lugar oscuro y místico donde habitan él y sus miedos, sus percepciones de la realidad, sus inconformidades, su interpretación del mundo, del ghetto.
Luego de irrumpir en la escena dominicana en 2010, publicar un par de EPs y sencillos que fueron abriendo las expectativas de su proyecto, finalmente AcentOh presenta su LP debut bautizado 828 autopublicado por su sello Caribbean Ghetto Life. Ocho canciones grabadas en un lapso de ocho meses profundamente misteriosas, con líricas frenéticas y narraciones surreales acompañadas por las finas bases del prolífico productor, también dominicano, MedioPicky, un compendio sonidos afrocaribeños, percusiones trivales que se entremezclan con pads, sintetizadores abstractos y un rap derretido, apocalíptico y distópico, futurista y experimental. Un sonido psicoactivo, según él.
Para adentrarnos más en su proyecto le pedimos que nos diera algunas pistas de este 828, y junto a MedioPicky nos diseccionaron un disco que además pone a AcentOh en el radar latino, y a la música dominicana como algo que hay que seguir de cerca.
“Intro 828”
Acentoh: El intro del álbum es la parte más personal es la grabación de conversaciones con mi madre, abuela y productor a lo largo del proceso de producción. Emula un momento justo antes de subir a mi primer show. Es una forma de recordarme a mí mismo que estoy despierto.
Picky: Si te fijas en la canción hay un tic toc de reloj el cual representa ese estado de estar despierto ya que al dormir la percepción del tiempo es totalmente diferente. Y con el trabajo de mezcla se pudo conseguir esa atmósfera de backstage que la da una sensación de realidad al track.
“Tú cree”
AcentOh: Esta canción es un viaje, una pregunta, un recordatorio. Sonoramente me parece una invasión de la psiquis, o la entiendes, o la repites o te cambia. No se te irá de la mente después de haberla escuchado. Yo digo que esa canción la rapea un viejo que levita sobre algún río en barahona.
Picky: Aquí se jugó mucho con lo inesperado, por el hecho de que la canción cambia de ambiente cada una que otra barra, esto ayuda la idea de que tanto los oyentes como nosotros, en realidad no sabemos qué va a pasar.
“Cuando el río suena”
AcentOh: Amo esta canción, porque me lleva a mi infancia, al lado del río Biran. Me hace pensar en la República Dominicana como un lugar lleno de gente que creó historias que se repitieron de generación en generación. Recuerdo que luego de que tenía las vocales crudas el maestro Toné Vicioso aceptó tocar la guitarra, y para mi fue como una elevación automática, nunca había hecho algo así, y la primera vez iba a ser con esta persona. Luego de grabarla, Nicole Santiago puso su mágica voz y fue en ese momento en que Mediopicky y yo decidimos que debíamos hacer un álbum en torno a ese nuevo feeling.
Picky: Totalmente de acuerdo, esta canción fue la que dictó el rumbo , la atmósfera, y la vibra que respira el álbum. También es una de mis favoritas ya que simplemente puedes cerrar los ojos y puedes imaginar un millón de cosas a partir de lo que estás escuchando.
“Yogo Yogo”
AcentOh: Es un lugar muy bizarro donde viví en la provincia de San Cristobal, donde abunda la brujería y la superstición; donde se toca palo de toda clase, donde los niños tiran maní en el techo de zinc de las casas cada noche durante ciertas fechas para cumplir promesas familiares hechas a deidades. En ese sitio comencé a rapear solo frente al bosque. Esta canción tiene el beat que más me ha estremecido cuando lo escucho y la gente no entiende mucho lo que dice pero se la gozan. Describo esta canción como un ritual muy intenso, una invocación.
"Tiembla la tierra"
AcentOh: Un grito. Un canto de gozo y un llamado de rebelión. Musicalmente marcada por el merengue, es una interesante pieza llena de imágenes y recursos sonoros electrónicos, una lucha que sabe a pambiche. Es la primera canción a la que le rodamos un video y no se que pase después de esto, jajaja.
Picky: Me encantan los pads de este track y cómo se acerca respetuosamente al merengue. Es una canción de liberación por eso se agregaron unos synths que dan esta sensación de liberación o de que algo épico acaba de pasar.
"De dónde"
AcentOh: Una novela que va en slow motion. Una colaboración con Lianna, una talentosa artista colombiana , a quien conocí vía Hache St en su álbum Zafra. Esta canción es especial por que surgió de forma muy espontánea y genuina, me encantó colaborar con Lianna porque fue muy fluida la forma en que interpretó lo que yo esta buscando al querer incluir una voz femenina, pero no cualquier voz, su voz. Para mí ésta es la joya del álbum.
Picky: Este es otrs de los que cierras los ojos y te sumerges en la canción. El conjunto de AcentOh y Lianna se siente super fluido y los samples de tambores son mágicos. La canción es una aventura de principio a fin.
"Crudo credo"
AcentOh: Dejándote claro lo que pienso del movimiento hip hop y quienes lo integran. Con samples raros y los mejores drums que ha grabado Mediopicky. "Crudo Credo" te cuenta el secreto, es rap de competencia, psicodélico, vintage y pesado.
Picky: Para mi este es uno de los tracks con más actitud del álbum, con un beat bien crudo y agresivo. Sin duda uno de mis favoritos de todos los tracks que eh trabajado con AcentOh.
"Outro 828"
AcentOh: Otro recordatorio de que no hay limites y de que todo debe desaprenderse en algún momento. Es ademas otro episodio donde el tipo que rapea escucha voces y les responde, un mundo animado en una mente pasivoagresiva. El outro es una confesión codificada. Es el cierre de un trabajo que me dejó parado sobre una montaña de ideas nuevas.
Picky: Este fue uno de los temas mas divertidos de hacer y fue muy fluido al momento de crearlo. Es como el track perfecto para cerrar el álbum, incluso se siente como que acabas de escapar del agujero del conejo en Alicia del país de las maravillas.
En las vacaciones de Semana Santa del 2006 Nene, Kids, Nin y yo tomamos un autobús de la Central de Autobuses de Monterrey, Nuevo León con destino a Mazatlán, Sinaloa. Teníamos entre 18 y 20 años y el screamo, junto al Do it yourself (DIY), significaban todo para nosotros. Nuestra banda se hacía llamar Zarathustra Has Been Killed in The 70’s y Myspace era una red social importante para cualquier proyecto de música independiente, facilitándonos que gente desconocida nos escuchara, acercándonos con sellos europeos para editar canciones en splits o compilados, y conocer un sinfín de grupos alrededor del mundo que se identificaban con un subgénero del hardcore punk que, para esos años, tenía una especie de "revival por las nuevas tecnologías".
Una de esas bandas que conocimos fue Arcadhianonstabian, integrada desde un principio por Víctor Manuel Osuna “Tlaqh” e Iván Mayorquín “Feto” en las guitarras, Paul Vargas “Pera” en la batería, y distintos bajistas como Machain, Juanito, entre otros. Ellos nos invitaron a su natal Mazatlán en aquellas vacaciones de Semana Santa. Entonces, a partir de las dos tocadas que tuvimos en la costa del pacífico mexicano, más nuestros desplantes de borrachos juveniles en el Carnaval plagado de música de banda, ballenas (caguamas), pizzas Rin Rin y fiestas a las cuales no fuimos invitados, hicimos una muy buena amistad que, al año siguiente de habernos conocido gracias a Myspace, organizamos en la Semana Santa 2007 una serie de tocadas por distintas ciudades del país, forjando aún más esa buena camaradería que se conserva hasta el día de hoy.
Y el screamo, tanto para Arcadhianonstabian, como para Zarathustra Has Been Killed in The 70’s (e incluso otras bandas del país de la misma época y ligadas a ese subgénero), simplemente fue algo pasajero, algo que nos ayudó a desenvolvernos en nuestro presente y en otros aspectos alejados de la música emocionante y estridente. Nosotros tocamos de 2005 a 2009, mientras que Arcadhiaonstabian lo hicieron de 2004 a 2008 (su último show fue en Monterrey, en el Jungle Fest que organizamos junto a Comadre, Arse Moreira, The 39 Steps y Tentacles of Flowers).
Tlaqh, quien ahora es el director de orquesta de la sinfónica infantil y juvenil de El Rosario, Sinaloa, cuando lo volví a encontrar en la Ciudad de México junto a Feto, Pera y Ricardo Bustamante “Piquitos” (quien tocó el bajo para esa ocasión), momentos antes de que regresaran a los escenarios después de diez años, recuerda que la primera vez que se juntaron a ensayar, antes de que tuvieran un nombre y comenzaran a componer Del olvido al no me acuerdo (su disco que está completamente influenciado por el documental de Juan Carlos Rulfo, hijo del célebre escritor de Pedro Paramo y El llano en llamas) fue en el verano de 2004.
“Nos reuníamos en la casa de un compa que le decimos ‘Monso’. No me acuerdo muy bien, pero creo que la primera alineación fue sumamente efímera. Si no me equivoco fuimos Pera en la batería; Feto, Tachi y yo en las guitarras, y Brujo en el bajo”, comentó Tlaqh dentro del Mundano, bar ubicado sobre el Eje Central, a la altura de la estación del Metro Salto del Agua, donde se realizó la segunda edición del Distopía Fest en Ciudad de México.
La historia de amistad de este grupo de Mazatlán data de finales de los noventa, cuando, explicó Tlaqh, todos estaban inmersos en la escena punk de su ciudad, tocando en bandas de ska, punk rock, hardcore y crust. Incluso, recuerdo que la primera vez que los escuché por Myspace junto a mis amigos de banda, momentos después de leer un mensaje que nos dejaron, donde nos hacían la invitación para ir al noroeste del país, su estilo nos voló la cabeza, ya que eran la combinación exacta de Ekkaia + Envy (dos bandas de culto tanto en el crust como en el screamo).
Arcadhianonstabian, hasta el día de hoy, me atrevería a decir que sigue siendo un proyecto único, el cual era necesario verlo en vivo y directo, ya que profanaban emoción pura bajo una serie de ritmos ambientales que por momentos se convertían en destiempos y velocidad, junto a algunas palabras que salían del nostálgico documental de Juan Carlos Rulfo (también llamado Del olvido al no me acuerdo); y los gritos más agudos que no necesariamente requerían de un micrófono, los cuales terminaban por hacer la mezcla perfecta de la melodía más sublime del screamo mexicano. Sin embargo, hoy, cuando todavía de vez en cuando visito algunos lugares underground donde se presentan bandas de hardcore punk, no he encontrado algo similar a Arcadhianonstabian, quienes precisamente supieron combinar sus gustos musicales, para lograr un sonido casi inclasificable y, también, creo que casi no visto en México.
Tlaqh
“Las bandas más importantes que nos influenciaron tuvieron que ver con lo ecléctico de los gustos personales que tenía cada uno de nosotros. Arcadhianonstabian era una mezcla de post rock como Tristeza, A Silver Mt. Zion, Mogwai o Mono; hasta bandas más caóticas como Envy, Nitro Mega Prayer, Heaven in Her Arms, Ekkaia o SLS’3”, explicó Tlaqh, portando una playera de las leyendas del screamo francés, Mihai Edrishch (ahora Celeste).
“Me parece que eso nos dio la oportunidad de hacer un proyecto que tenía un sonido poco común, aun cuando ya había una escena de post rock en México. Recuerdo que a Pera le gustaba mucho A Colores [alguna vez proyecto alterno de Austin Tv] y Expedición a las Estrellas. Pero, también, por otro lado, había bandas como Agonía, que eran más crust, nos gustaba mucho, y estaban haciendo algo diferente en esas épocas”.
Del olvido al no me acuerdo, Arcadhianonstabian lo publicaron por cuenta propia en 2007, en un formato de disco CD-R muy a la DIY, y dejándole toda la tarea del arte y el diseño a Feto, que ahora forma parte de Pictoline, siendo uno de sus fundadores.
El material se dividió en tres partes: 1. A veces siempre, 2. Y creer que no es cierto, 3. Del olvido al no me acuerdo. Y, siendo un álbum que pudo haber caído en lo “conceptual”, los samples (I. Intro, II. Recuerdas, III. Esperando vivir-Vivir esperando, IV. Eterno suministro de mil memorias de reserva, V. Quién recogerá todos los escombros, VI. Outro) iban brotando y uniendo una y otra de las canciones, gracias al documental de Juan Carlos Rulfo, más algunos extractos que tomaron de la novela Pedro Paramo de Juan Rulfo, y un poema de Jaime Sabines titulado como "Qué costumbre tan salvaje".
Piquitos
De esa forma, y junto a “Tiempo definido por tiempo limitado”, “El nombre que nunca estuvo” y “Chistes tristes” (tres canciones que grabaron para un 3 way split junto a Carlton Banks y Zarathustra Has Been Killed in The 70’s que nunca salió), las presentaciones de Arcadhianonstabian, precisamente era como si fuera una sola canción, en un set que no duraba más de cuarenta minutos y, siempre, dejando a cualquiera de los presentes con un sentimiento de vacío. Esto, para una banda donde no todos sus integrantes vivían en la misma ciudad, y únicamente tomaban las vacaciones para ensayar, tocar, componer y convivir como los amigos que son, era algo especial.
“Nuestra historia ha sido un proyecto de vacaciones. En aquel entonces vivía en la Ciudad de México y sólo podía reunirme con la banda cuando iba a Mazatlán”, recordó Tlaqh, casi a punto de que diera inició la primera banda del Distopía Fest. “Cada quien se preparaba con ideas y las reuníamos en casa de Pera para componer, ensayar y echar a andar tocadas”. Y explica en relación a su disco que hoy en día es una referencia del screamo mexicano: “La grabación Del olvido al no me acuerdo la hicimos en Semana Santa 2006, solo teníamos tres o cuatro días para hacer todo y no había mucho dinero ni equipo… Fuimos los conejillos de indias del Pollo, un amigo que tenía un estudio caserón. Tuvimos muchas broncas porque el tiempo era vital y hubo muchos detalles que quedaron plasmados en la grabación. Grabamos sin cuantizar, con problemas de afinación en algunas partes por la premura; pero aun así decidimos seguir adelante, a marchas forzadas porque el tiempo era lo que nos castigaba. Sin embargo, disfrutamos mucho de eso: éramos chavos con una amistad que nos forjaba a echar las cosas para adelante, y lo que saliera, eran las consecuencias de nuestra juventud”.
Ahora, y tras su regreso a los escenarios por una sola ocasión y gracias al Distopía Fest, dijo Tlaqh, después de únicamente ensayar dos veces para su presentación, y así tocar Del olvido al no me acuerdo de principio a fin junto a sus amigos de Mazatlán, que todos se motivaron y se llevaron una grata experiencia, después de ver que hay personas que siguen gustando de las canciones creadas por Arcadhianonstabian.
Feto
“El estar de nuevo en una tocada te regresa a esos años de los que te habías escondido. Ya hasta estamos planeando ver la manera de masterizar la mezcla en mp3 que conservamos del disco, para ver si podemos sacar un vinyl”, comentó Tlaqh.
Ahora, y después de su presentación que dejo a todos con un buen sabor de boca, con ganas de que regresen de una forma “más formal”, y hasta con invitaciones a otros países como Colombia o ciudades del país para ir a tocar, mencionó Tlaqh que hasta pensó en las viejas épocas, cuando llegaron a proponerles giras por Chile y Alemania. Igualmente, y por desenvolverse en los shows de crust y hardcore de hace más de diez años, Angie, una de sus amigas de Mazatlán y quien llevaba Makina Records, les propuso ver la posibilidad de hacer un split con unas leyendas del crust como lo fueron los ingleses de Fall of Efrafa; como también, estuvieron a punto de hacer algo en conjunto con Men as Trees de los Estados Unidos.
“Estas oportunidades no pudimos echarlas a andar porque todos nos encontrábamos en esa transición de ser estudiante a enfrentarse a la vida profesional. Estábamos un poco mal de ánimos y fue cuando se dio el hiatus”, dijo Tlaqh.
No obstante, Pera, Feto, Tlaqh y, ahora, en compañía de Piquitos, pudieron revivir en una solo show lo que fue Arcadhianonstabian, ese paraíso que no está bien, y volviendo la segunda edición del Distopía Fest como algo inolvidable para muchos que descubrieron a esta banda cuando ya no estaban tocando más.
“Fue algo increíble, pero también fue algo complicado por los compromisos personales y de trabajo que tenemos cada uno de nosotros ahora”, explicó Tlaqh. “Al final el resultado fue muy reconfortante, porque a lo largo de estos diez años que teníamos sin tocar, entre nosotros mismos nos creamos prejuicios, los cuales, al final, cuando comenzamos a planear nuestro regreso, nos unieron de nuevo. Y agregó Tlaqh, al final de la tocada y a punto de ponernos a recordar cosas que vivimos juntos gracias al screamo: “El revivir lo que hicimos hace mucho tiempo fue algo que no pensamos que nos fuera a pegar tan duro. Cuando comenzamos ‘A veces siempre’ me dieron ganas de llorar… Feto me comentó que el sintió lo mismo. Cada pasaje nos acarreó un montón de sentimientos y para nosotros fue algo bien profundo, nos recordó lo que ya no podremos ser, pero que nos forjó de por vida. Fue volver a recordar, como decía la esposa de Juan Rulfo”.
La influencia de los Beatles en diferentes vertientes de la cultura popular es contundente e incomparable: fueron la primer banda de rock en presentarse en un estadio deportivo inaugurando la industria de los conciertos y festivales que tanto celebran, queridos lectores. Participaron en la primera transmisión satelital interpretando su clásico "All You Need is Love", que fue visto en más de veinticinco países en 1967: una transmisión global. Lo anterior aunado, por supuesto, al éxito comercial de sus canciones y a la conmoción que causaron sus peinados.
La maquinaria Lennon-McCartney-Harrison produjo decenas de sencillos que se apropiaron de las listas de popularidad por mucho tiempo, asegurándose de incluir a Ringo, creando suficientes canciones infantiles para que las interpretara el baterista. Su impacto en países como México se puede sentir a la fecha a través de sus miles de aficionados que sintonizan religiosamente las dos emisiones (sí, dos de una hora cada una) del programa de radio dedicado devotamente a la obra de los Cuatro Fantásticos de Liverpool, además de que se sigue vendiendo con éxito sus discos y parafernalia asociada. No sé si exista otro país en el mundo (fuera de Inglaterra) con más aficionados a los Beatles. Los fans de los Beatles o beatlemanos o beatlemaniacos, son como el arquetipo de los fans de Radiohead o de Pearl Jam.
Por mi parte, debo confesar que durante un tiempo me bebí todo ese Kool Aid y, como el resto de mis conocidos, escuché hasta el hartazgo los discos de los Beatles. Lo anterior lo atribuyo a mi formación como aficionado a la música popular y mi necesidad de pertenecer a algo, de preferencia muy conocido y establecido. Yo también quería decir: Los Beatles son la banda más grande que haya existido, y que ‘nadie’ pudiera contradecirme.
Tiempo después escuchando otras cosas, me di cuenta que no era el caso y que si bien había que seguir reconociendo los logros de esos chicos de Liverpool 1) No eran la banda más grande que haya existido; 2) No había necesidad de intentar convencer a los demás de ello (beatlemanos, este punto se puede releer las veces que sean necesarias para no seguir con esa práctica); 3) Lo que los Beatles hacían no era más que una versión blanqueada de lo que Muddy Waters, Little Richard, Sam Cooke o James Brown llevaban décadas haciendo.
Insisto, lo anterior no pretende quitarle méritos al trabajo de los Fabulosos Cuatro. Si bien fueron influidos por Little Richard y James Brown, sus exploraciones en la psicodelia se abrieron paso de vuelta a América e influyeron a músicos como George Clinton y Prince, por mencionar dos de los músicos americanos más importantes del siglo pasado.
La influencia del Cuarteto de Liverpool es mayor y a continuación presento algunos ejemplos de esa influencia:
Stevie Wonder
Stevie Wonder grabó su versión de "We Can Work it Out" para el álbum de 1970 Signed, Sealed and Delivered que, únicamente por su entrega vocal, compite palmo a palmo con la de Sir Paul. Para el principio de los setenta, Motown ya se había dado cuenta que los gustos de su audiencia estaban cambiando primordialmente por la influencia del funk y del sonido de las bandas de rock blanco inglesas. "We Can Work it Out" en la versión de Steve es una muestra del impacto del cuarteto en alguien que sin duda había sido un antecedente para ellos mismos.
Otis Redding
"We Can Work it Out" fue lanzada como sencillo con doble cara A incluyendo del otro lado "Day Tripper". Ambas pertenecen a la era del Rubber Soul y la segunda fue versionada por Otis Redding en el último álbum que grabó antes de morir (Complete & Unbelievable: The Otis Redding Dictionary of Soul, 1966) en un accidente aéreo en Madison, Wisconsin. En ese disco, la banda que acompaña a Otis es la banda de sesión de Stax que por esos años no era otra que la que comandaba Booker T., conocida como los MG’s.
Booker T & The MG's
Por su parte Booker T y su banda grabaron McLemore Avenue en 1970 que es un álbum en el cual la banda de Stax interpreta su propia versión del Abbey Road incorporando su clásico estilo de rock sureño. La muchachos de Booker T. hicieron más versiones de los Beatles que incluyeron "Michelle", "Eleanor Rigby" y "Lady Madonna". La influencia del Cuarteto fue considerable entre las filas de Stax, sello que entendió bien que la fórmula de incorporar la psicodelia inglesa sería determinante para alcanzar el éxito comercial en la década de los setenta y que la fórmula de soul de Motown estaba quedando fuera de uso.
Aretha Franklin
Aretha Franklin (descanse en poder) grabó "The Fool on the Hill" durante el proceso del disco This Girl’s in Love in You haciendo una versión jazzy acompañada de su increíble voz que sentó las bases del soul interpretado por chicas. Como dato anecdótico, la misma canción fue versionada por Sergio Mendes, quien echó mano atinadamente de la aterciopelada voz de Lani Hall. La versión bossa nova edulcorada del brasileño tuvo mucho éxito y es una de las piedras angulares para la creación de esas colecciones de versiones jazz o bossa nova de clásicos de sí, los Beatles, pero también Guns N' Roses y más aberraciones.
Les Demerle
En 1969 el baterista Les Demerle grabó su primer disco titulado Spectrum. El viejo Les hizo su exitosa carrera siendo músico de sesión y acompañando bandas de jazz y pop por igual. Sammy Davis, Lee Konitz y Tony Bennett son algunos de los nombres con los que colaboró. En ese primer disco incluye su rendición a "A Day in the Life", el clásico que clausura Sgto. Pimienta y su Club de Corazones Solitarios. La versión del baterista es una versión jazz instrumental con prominentes vientos añadiendo a la épica de la original. La versión de Demerle bien podría musicalizar alguna película de polis corruptos en Los Ángeles de la década de los cincuenta.
Junior Parker
Los covers anteriores se acercan a la grandeza de la original y es cuestión de debate decidir si pudieran ser mejores, pero la versión que sí es mejor que la original del Cuarteto de Liverpool es la versión de "Taxman" de Junior Parker. Junior es una referencia en el rock porque es el compositor del clásico de rockabilly "Mystery Train", hecha famosa por, desde luego, Elvis Presley. Parker interpretó y se apoderó del tema que abre el Revolver en su disco Love Ain’t Nothin’ But a Business Goin’ On, donde incluye un par de covers más a los Beatles. La versión a "Taxman" es una versión bluesy con cierta dosis de funk. Concuerdo con un comentario leído en YouTube: 1 para los Beatles y 19 para Junior. La versión de Parker se abriría paso hasta la era dorada del hip hop basado en sampleos, pues fue utilizada por DJ Muggs en el clásico imperecedero que abre el Black Sunday de Cypress Hill: "I Want to Get High".
Cuando los Beatles y otras bandas inglesas incorporaron arreglos de música clásica y motivos psicodélicos a sus composiciones, llevaron al rock a convertirse en un género contemplativo que erosionaba al estilo original teniendo como consecuencia un sonido que no era más que iteraciones de la misma fórmula, pero al mismo tiempo esos elementos nuevos en la música popular serían de gran influencia en los músicos que continuaban en el cauce original del rock y su mezcla de soul y blues ahora reforzándolo con psicodelia extendiendo así la vida útil del género.
Dijo Nietzsche alguna vez que si miras mucho al abismo, el mismo abismo te mirará de vuelta. La oscuridad a la que uno se enfrenta termina adentrándose en uno, absorbiendo la luz. El abismo que se menciona en la letra de “L'abîme” de Mar De Sombra alude a un vasto universo donde alguna vez las estrellas brillaron, visto en algún sueño que un día buscaba volverse realidad, pero al encontrarse en verdad solo había oscuridad perpetua. Esta caída al eterno vacío que una vida puede soportar se refleja en la música de este corte, al descomponer la hermosa y melódica canción de piano en tonos graves que poco a poco se desbaratan en fragmentos flotando fuera de la realidad; el piano permanece durante todo este tiempo como una nave a la deriva, moviéndose sin dirección.
L'abîme también le da su nombre al más reciente EP de este proyecto del cual está detrás Oscar Coyoli. Tras la separación de su banda Coyoli hace algunos años, Oscar ha experimentado con nuevas herramientas y maneras de expresar sensibilidad tanto bella como escabrosa, llegando a los actuales experimentos de Mar De Sombra en los que voz, piano y procesos digitales toman un lugar principal.
Mar De Sombra también es un proyecto donde Oscar ha buscado la colaboración en terrenos visuales, habiendo realizado con Galamot Shaku un video 360/videojuego para el track "El Mar Vaiente". Ahora, “L'abîme” cuenta con un video realizado por el artista Esstro9, a quien anteriormente le conocimos trabajos visuales en conjunto con proyectos como Mondragón y Turning Torso. El video de “L'abîme” se desarrolla en tonos negros y grises, fracturas glitcheadas en el plano que algo orgánico se mueve a la vez que escuchamos la voz de Óscar. El abismo nos canta un canto de sirena.
Para su estreno, Coyoli buscó llevar el espíritu colaborativo a un nuevo plano, al invitar al mismísimo Belafonte Sensacional, Israel Ramírez, a interpretar la música, letra y video a su manera muy particular. El resultado es un poema que toma una mirada no solo al material artístico de donde partió su inspiración, sino a sucesos en su propia vida, al vacío que suena desde sus entrañas.
El abismo por definición absorbe, pero en esta ocasión ha desencadenado lo inverso: ha multiplicado el deseo y la unión para darnos más, nutriendo un sentir que parte de la desolación pero encuentra lazos de los que emanan belleza. Así que sin más, les dejamos abajo el poema de Belafonte Sensacional, y posteriormente el video de Esstro9.
abismo ladrones de pan bimbo abismo "estado de ser no es lo mismo que a way of being" abismo yo parado, tú inclinado abismo albur nuestro de cada día mío abismo no es cayendo sino para todo lado abismo si lo lees despacio dice vicio abismo medallas en el precipicio abismo la firma de zombra en la tiniebla abismo no estaba muerto andaba besando banquetas abismo decide tu muerte como un lazo que revienta abismo muere en manos de 2 hombres lejos de tu tierra sin quererlo en el contrato abismo pierde todo, quitado de todo, lo que se dice todo todo: abismo no te voy a perdonar no te voy a perdonar lo que tú hiciste conmigo tú lo tendrás que pagar abismo a 40 minutos del centro en metro un poco más como 35 abismo deswesadero de a roberto de vochitos abismo memoria o falta de abismo.
Miles de años atrás, según datan las respectivas investigaciones, eran varias las culturas que creían firmemente en un poderoso flujo de energía capaz de lograr en el ser humano una percepción única y especial de los diferentes componentes sublimes que lo rodeaban. Este vórtex, como se le llamó siglos después, se logra experimentar en ciertos lugares, donde la conexión energética se convierte en una espiral que, a modo de ola, te absorbe hacia su belleza abrumadora.
Quienes tuvieron la posibilidad de asistir a la última edición del Berlín Atonal, me atrevería a decir –con algo de osadía– que experimentaron parte de esta energía mística. El festival alemán, que por sexta edición consecutiva se llevó a cabo en la imponente y antigua planta eléctrica Kraftwerk, congregó una vez más al público más exigente del ámbito electrónico más arriesgado. Con solo atravesar sus puertas el pasado miércoles 22 de agosto, ya te encontrabas con decenas de camisetas alusivas a actos de culto como Coil, Boards of Canada, DeepChord, Prurient y Underground Resistance.
Una vez ingresas al monumental Kraftwerk, el vórtex comienza a volverse tangible: sus enormes estructuras de concreto te hacen sentir diminuto, casi que insignificante; la vastedad del espacio te deja perplejo, al punto de perder la motricidad por unos segundos; su inmensa resonancia trae consigo una historia propia, haciendo retumbar la historia viva del techno tras cada golpe de bajo. A pocos metros de su entrada principal, puedes ingresar a la catacumba más famosa del techno alemán: Tresor, en donde los destellos fulminantes de luz se conjugan con espesa capa de humo, capaz de hacerte perder cualquier posible noción del tiempo.
Durante cinco largos días, los sentidos de miles de espectadores estuvieron atentos a los ofrecimientos audiovisuales de más de un centenar de artistas, todos con una excursión propia, digna de los más altos niveles de la laboriosidad sónica. Si el techno sigue siendo de los "hombres más rudos", nombres como Astrid Sonne, Lucrecia Dalt, Iona Fortune, Klara Lewis y Caterina Barbieri demostraron que la música del futuro es enteramente de ellas. British Murder Boys, diez años después, dejó claro que Berlín sigue siendo su degolladero predilecto. Lanark Artefax pareciera haber trabajado su presentación en conjunto con el director Ridley Scott, alienando a todos los presentes con un juego disruptivo de sintes letales. En el caluroso OHM, DjRUM dictó una clase magistral sobre cómo mezclar jungle, gabber y breakbeat sin desfallecer en el intento.
Para quien desee sumergirse de lleno en la experiencia única que ofrece el Berlín Atonal, les proponemos realizar el siguiente ejercicio: con "Human Developers" de fondo –track que aportó Caterina Barbieri al compilado Berlin Atonal Force Majeure (2017), y que posteriormente saldría en su segundo álbum titulado Born Again In The Voltage (2018)–, vamos a recorrer minuciosamente a través de una serie de fotografías, las entrañas del festival que, hoy por hoy, más cerca está de adjudicarse el rótulo de superioridad sónica.
Eck Echo [ɛ'kɛ.kɔ] es el dios andino de la abundancia. También es “la pequeña criatura de los Andes que brinda suerte y música a la nueva escena latina en Berlín”. Dicho de una manera menos poética, Eck Echo es un colectivo con base en Berlín dedicado a la música y cultura latina, sobre todo a sus fusiones con la electrónica contemporánea. Está dirigido por el fundador/curador Diego Hernández (DJ Qrichi) y ha marcado el ritmo de la “nueva Berlín” desde sus inicios en 2015. En el aspecto visual ha sido dirigido por Dalís Pacheco. Ambos –Diego y Dalís– son de Perú, son estudiosos/entusiastas de la música latina en Europa, y desde Berlín han formado estrechos lazos con gente afín a su trabajo en ciudades como Madrid, París, Londres y Bruselas, además de haberse embarcado en una búsqueda constante por estrechar lazos con gente de toda Europa.
Eligieron establecerse en Berín porque –entre otras razones personales– los focos de concentración para el movimiento son reducidos y, en contraste, logran un alcance mayor y más sólido para la escena latina, en comparación con otras ciudades de Europa. Probablemente se debe a que es la ciudad con mayor cantidad de gente trabajando en algo relacionado a la música en todo el mundo y, en conjunto con su gran multiculturalidad, provoca un efecto abierto y receptivo a sonidos de todas partes.
Hoy tenemos el honor de transmitir la primicia de su documental titulado BERLIN - Tropisches Tor, que en español significa Puerta Tropical. Un trabajo audiovisual de casi ocho minutos que retrata las aventuras de los Eck Echo siguiendo a los artistas y DJs como Dengue Dengue Dengue (Perú), Barrio Lindo (Shika Shika/Argentina), Duncan Ballantyne (Tiger's Milk Records - UK), Coco Maria (México) y el dúo peruano Animal Chuki –en una de sus últimas apariciones antes de separarse y de que su ex integrante Daniel Valle Riestra anunciara su proyecto solista QOQEQA.
Dale play abajo al estreno mundial del documental BERLIN - Tropisches Tor y luego lee una interesante charla con Diego y Dalís sobre la electrónica latina en Europa actualmente.
NOISEY: ¿Cómo inició todo antes de siquiera pensar en el documental? ¿O va todo de la mano? Diego: No, el documental se generó después. Yo empecé porque siendo muy melómano había estado muy metido en música electrónica de EUA y de Londres sobre todo. Luego empecé a meterle a la cumbia colombiana y después a la chicha; quería escuchar esa música en un club.
Estaban un par de fiestas que hacían eso, pero eran de rollo más salsa y cumbia conocida. La cosa es que hice una fiesta y salió bien. De ahí empezó a avanzar con nosotros, como estábamos todos viniendo de la electrónica, del dub, esas cosas, pudimos conectar mejor con contextos de club. También hicimos chichadas en clubes de formato electrónico y el público respondía.
¿Desde 2013 están en Berlín? Diego: Yo estoy en Berlín desde el 2007, Dalis desde 2015.
¿Por qué Berlín? Diego: Llegué aquí desde los 24 años. Siempre estuve fascinado con la ciudad; recuerdo que de pequeño iba a casa de los amigos de mis papás y veía sus libros sobre el muro de Berlín, me parecía muy surreal la idea, como un cuento de hadas o algo así. Luego, cuando empecé a entrarle a la electrónica, se volvió referencia. Entonces, cuando pude venir a estudiar a Alemania, ya tenía a la ciudad en la mira directa. Cuando llegué conecté muy bien con su ritmo y me quedé. Acá vivo y trabajo desde hace 10 años.
Me llama la atención que parece haber una sólida comunidad peruana en Berlín ¿Qué relación tiene Alemania con Perú en todos sentidos, aparte de lo musical? Diego: Bueno, en realidad se reparten esas conexiones sobre todo hacia México y Colombia, y claro también Perú, pero cuando comenzamos esta escena lo que más la unía era la cumbia. Ahora ya hemos mutado, siempre con esa vena latina pero sí. Eck Echo es para mí en primer lugar un homenaje a Latinoamérica porque pienso que más allá de ser peruano, paraguayo o guatemalteco, eso de ser latino es un sentimiento bien especial. Mi gancho con Perú en todo caso es la chicha. Yo me metí mucho a investigar y fue lo que empezó a diferenciarme como DJ en la escena local. Claro que la música es una manera de regresar y explorar.
La chicha era la bulla que salió del autobús en el mercado central de Ate, y ahora es la música sublime que está bailando gente en un club de techno.
Suena como la latinización musical de Europa, algo bien chévere considerando que estamos educados al eurocentrismo. Diego: Exactamente. A partir del 2008, pasaron varias cosas que empujaron la balanza de la atención mundial a Latinoamérica; empezó más que nada con Colombia. Se hicieron unas compilaciones del label Soundway y en el 2008 también fue el release del Roots of Chicha, la compilación. Luego, cuando la cumbia se electrificó con gente como ZZK en Buenos Aires y los Dengue en Perú, entra ya al lenguaje del dancefloor y desde entonces es de donde sigue saliendo la vanguardia electrónica.
Hay una relación interesante ahí entre peruanos y mexicanos. Diego: Sí, entre peruanos y mexicanos hay muy linda afinidad; también somos de escuchar música cortavenas. De hecho, el "centro de operaciones" de la comuna latina acá es una taquería que es donde hacemos también las fiestas del primero de mayo.
¿Cuándo comenzaron con la idea y con la producción del documental? Dalis: Yo llegué a Berlín a inicios del 2015 para estudiar la universidad. Al comienzo no conocía a nadie y poco a poco me fui acercando al movimiento latinoamericano. Estaba más relacionada a las artes visuales y apoyaba como fotógrafa en el Festival de Cine Latinoamericano en Berlín (Lakino) que a su vez tiene una plataforma que organiza conciertos (Deputamadre Club), que trae a artistas más comerciales como Bomba Estéreo, Aterciopelados, Molotov. Pero en su momento también recibimos a Cumbia All Stars y Chancha Vía Circuito, en un evento que recuerdo mucho celebrando la fiesta del sol.
Por otro lado, Diego fue uno de los primeros contactos peruanos que encontré acá porque nuestras familias en Lima se conocen. Fue así que comencé colaborando con Eck Echo, en la parte visual. De hecho fue un viaje interesante.
De alguna forma siento que estaba buscando algún tipo de conexión con mi lugar de procedencia. Pero fue mucho más enriquecedor que eso. Creo que aquí aprendí realmente lo que es pertenecer a un continente y tuve acercamiento a ciertas cosas que no es muy fácil de acceder en Lima.
Desde medios análogos hasta digitales. Cada evento que cubría era muy distinto. Recuerdo haber escuchado un vinilo del Grupo Génesis en el departamento con amigos y luego descubrir que tenía relación familiar con ellos hablando con mi mamá por teléfono. Ir conociendo de a poco a los que ves en el video, escuchando lo que cada uno trae de sus países o también de otros lugares. Todo fue muy orgánico y es lo más cercano a calidez familiar que he sentido acá. Muchos vivimos hasta en el mismo barrio y nos reunimos en los eventos que se organizan.
Creo el video inició un poco porque yo llevaba una idea que me rodeaba de retratar esto que te cuento de una forma más íntima––como suelo hacerlo en mis proyectos personales––y por otro lado de la necesidad de Eck Echo por difundir el progreso que iba sucediendo en la escena de Berlín, lo cual ha sido muy interesante en los últimos años.
Estábamos recibiendo visita de algunos artistas que venían de Latinoamérica y comenzamos a hacer unas entrevistas. Un día nos sentamos a conversar y surgió la idea de este clip para compartir lo que está pasando aquí y alejarnos del cliché que muchos tienen sobre la música latinoamericana, se está dando una diversidad de afluentes y sonidos que se están produciendo.
Fuera de Berlín, ¿cuál es su perspectiva del panorama latino en el resto de Europa? Diego: En el resto de Europa las escenas claves para el desarrollo latino son, aparte de Berlín: Madrid, París, Bruselas y Londres. Cada una tiene sus peculiaridades y entre estas ciudades hemos tendido unos lazos muy familiares. En Madrid está la gente de Guacamayo Tropical que son dos colombianos. Allá gustan más de la cumbia digital o electrocumbia. La novedad de la escena va más que nada hacia ese estilo musical. El latino allá ya es parte del panorama desde hace mucho tiempo. La nueva movida latina ha tenido un impacto positivo por parte de mucha gente que, por ejemplo, no gustaba del reggaetón (o lo que ellos conocían como tal). Esto abrió puertas para una apreciación nueva hacia la música trendy latina.
París es un punto clave porque ahí operan entidades y agencias de música y cultura que traen bandas y DJs de Latinoamérica y de África. En París opera la agencia y promotora Selvamonos, también amigos nuestros. Bruselas tiene una dinámica parecida a lo de París en cuanto a entidades que mueven artistas de estas regiones. Allá también se siente una conexión más enfatizada con ritmos y melodías de África del norte y el medio oriente. La plataforma que conecta todo eso en nuestra familia se llama Rebel Up.
Londres es un caso muy particular. Ahí hay una comunidad latina grande, siendo Londres una metrópoli tan vastamente internacional. Justo por eso lo latino ahí no tiene esa visibilidad, demoró más en entrar y tenía una competencia dura con las escenas que se cocinan localmente en Londres, sobre todo electrónica y dub.
Pero en los últimos años y sobretodo gracias a gente como Callum Simpson (Cal Jader) de la promotora Movimientos (que además son muy conscientes de temas sociales y políticos), la escena ha dado un salto fuerte.
Uno de los problemas "inesperados" que ha tenido Londres en su desarrollo de la escena latina es que es el único país de la Unión Europea que mantiene sus puertas cerradas, es decir, para músicos de varios países latinos y africanos está la molestia de tener que solicitar visa. Eso ha creado más de una vez que Londres quede fuera del tour de varios de los artistas que acogemos acá.
Y bueno, volviendo a Berlín, voy a decir que es la más especial por un par de motivos: primero, la ciudad es grande pero sus puntos de ebullición son relativamente reducidos en el espacio y en ese par de barrios la comunidad destaca. Luego está el punto de que en Berlín la cantidad de gente que vive de (o para) la música y el arte, es la más alta que yo haya visto en el mundo.
Entonces, acá la gente no solamente es absolutamente receptiva a la música diferente o distante sino que también son muy abiertos. Acá puedes poner un set de cumbia después de un set de techno y la gente se conecta de todos modos. En los otros países de Europa igualmente la fiebre por la movida latina se siente. En Italia son muy apasionados e investigadores. En los países nórdicos un evento de Dengue Dengue Dengue es sold out total.
En Europa del este hay varios productores jóvenes que incorporan samples latinos en sus temas de trap, moombahton, etcétera. Y por último, en Europa, siendo el mercado de producción y distribución del vinilo tan amplio y activo; operan acá más de un sello de discos que saca compilaciones o singles de música latina, clásica o contemporánea.
Algunos de esos sellos son Soundway, Analog Africa, Man Recordings, Vampisoul, Enchufada, entre otros. Incluso labels de América Latina terminan moviendo más material musical acá que allá. Labels como ZZK de Buenos Aires, Shika Shika que aparece en el documental, e incluso Discos Horóscopo lanzó sus reissues del Chacalon desde Madrid.
¿Qué sigue para el colectivo? ¿Cuáles son sus actos y labels latinos emergentes favoritos a parte de lo que retratan en el documental? Diego: Vamos a lanzar un label de vinilos, la primera copia ya llegó. Serán remixes de Los Shapis, luego continuar con mi label de cassettes Cintas Elefandes que manejo junto a un partner en Barcelona (DJ Abu Sou). Es un label dedicado a mixtapes latinoamericanos en formato de cassette. También la expansión de nuestra presencia en Europa, sobre todo conectar con Lisboa que es una ciudad con la que conectamos mucho pero aún no hay los mismos lazos como en las otras ciudades que mencioné. En el aspecto visual, Dalis seguirá operando para elevar el branding sobre los artistas y colectivos emergentes que apreciamos. Actualmente tenemos a Shika Shika que ya aparece en el video, luego la asombrosa colectiva de Sao Paulo llamada Voodoohop, en especial los artistas Peter Power y Carrot Green.
También apreciamos mucho al label Principe Discos de Lisboa que maneja un sonido afro electrónico, específicamente de productores de países ex colonia portuguesa, es decir, ritmos de Angola, de Cabo Verde, de Mozambique, ritmos como kizomba, tarraxinha y funana.
En Perú, los artistas que más destaco son obviamente Dengue Dengue Dengue, QOQEQA (el nuevo proyecto de ex Animal Chuki), Tribilin Sound, Olaya Sound System y La Nueva Invasión, que ya no son tan nueva. Igualmente los de NAAFI que tampoco son nuevos pero siguen siendo relevantes sobretodo en sus fusiones con dembow y grime.
¿Hay algo que les gustaría agregar? Diego: Si, lo que hemos logrado con la colectiva es aparte de las motivaciones individuales, es una reacción a las condiciones que ya se dan en el aire. Latinoamérica estaba predestinada a brillar en el modo en que lo está haciendo porque el mundo ya se ha globalizado lo suficiente como para que, lo que antes se entendía como lejano y ajeno a los clubes europeos, se torne familiar.
La música finalmente y la apreciación musical son mucho de contexto, el contexto de estar lejos, de estar en otro contexto social, hace que escuches la música de manera diferente. También quiero agradecer a la ciudad de Berlín por poner esa energía que se desprende de un lugar que las ha pasado de todos los colores y por eso nunca ha perdido su espíritu transgresor e innovador.
Piel, costillas, dientes, uñas, dedos, pezones. Bocas abiertas en señal de máximo placer. Ojos cerrados perdidos en cualquier otro planeta. Todo eso es lo que uno observa en el video de “Primitivos” que sacó Oh’Laville en horas de la mañana del 29 de agosto. Esta canción pertenece a su último EP lanzado a principios de 2018 que aparece después de sus dos trabajos discográficos previos Anaranjado (2011) y Pedazos de Papel (2005).
La banda bogotana ha pasado del sonido acústico y acogedor a un sonido más robusto y distorsionado en estos últimos sencillos. De hecho “Primitivos”, “Oro en el Aire” y “Navegantes”, los tres tracks del EP Primitivos, giran en torno a figuras oscuras, brujería y lo desconocido en frases como “somos los dos talismanes, unidos por magia y rituales” y “renacer inmortal en la piel de un animal”. Es más, este cambio se viene dando desde 2017 con el sencillo “Magia”, que presentó el nuevo sonido selvático y místico de Oh’Laville.
En “Primitivos” hay una oda al sexo y lo carnal desde la misma letra. Hay metáforas que describen rasguños como “ave nativa marca mi espalda con formas celestes, con líneas, con arcos” o a mordiscos en forma de “te regalo mis lunares, atrápame en tu mandíbula”. Además tratan el placer como algo oscuro y lo aceptan con orgullo con frases como “bebimos del agua que guarda mis males en cristales”.
Si existía alguna duda de ello el video las elimina por completo.
Un chico de barba se encuentra en un pasillo de un edificio con su pareja de pelo castaño. Después ambos suben a un apartamento mientras las guitarras de fondo van calentando para explotar. Allí nada los detiene y ceden al placer, a lo carnal, como un par de primitivos en una caverna al compás del grito de Mateo París, vocalista de Oh’Laville, que con su voz rasgada alcanza notas estratoféricas.
Tanto es el desenfreno, que entran en un plano no solo corporal sino espiritual, que los encuentra con otros seres en el mismo estado, mientras las armonías de las cuerdas se desentienden de la percusión. Cuando terminan solo se ve el ojo de la chica que está reposando después de todo el rito, y un último acorde que se pierde en un decrescendo.
El video está dirigido por Samir Marún y si quedó con curiosidad lo puede ver aquí abajo:
Hoy, 29 de agosto de 2018, Michael Jackson estaría cumpliendo 60 años si no hubiera muerto en junio de 2009, a causa de una sobredosis de medicamentos. El rey del pop, como sabemos, tuvo una carrera musical desde muy pequeño con Los Jackson Five, grupo que su padre manejaba, en donde hacía la voz principal. Junto a sus hermanos Jermaine, Tito, Marlon y Jackie dio esos primeros pasos en la tarima y entonó las primeras canciones.
Poco a poco fue ganando terreno y convirtiéndose en uno de los más importantes en la banda, tanto así que en 1985 decidió emprender su camino en solitario alejándose de sus hermanos. Michael presentó a lo largo de su carrera artística 10 discos de larga duración que le otorgaron nombres como 'El Rey del Pop' y 'Space Michael'. Sin embargo, también pasó por varias dificultades como manifestar vitiligo en su piel y padecer problemas mentales como trastorno dismórfico corporal. Estas enfermedades le hacían tomar medicamentos fuertes a los cuales generó dependencia y que terminaron llevándolo al cajón por una sobredosis de propofol y benzodiazepina.
Dejando de lado su vida y sus percances, es innegable el legado musical que dejó MJ en la música. Al artista estadounidense en su película HIStory se le veía tocando el piano, el sintetizador, la guitarra, la batería y otras percusiones. Podía hacerlo, aunque con un conocimiento básico de cada instrumento. La genialidad del rey del pop nunca estuvo en el conocimiento teórico o práctico de la música.
Como varios genios musicales, por ejemplo Thom Yorke de Radiohead o el ex Beatle Paul McCartney, Michael Jackson entendía y hacía música a su manera. Desde muy pequeño fue presionado por su padre Joe Jackson para que escuchara canciones y sacará adelante así su carrera musical. Presión significativamente mayor a la que había sobre sus hermanos. Este entrenamiento forzado le entrenó el oído musical a Michael y cuando pudo componer sus canciones lo hacía a través de su voz únicamente.
La fórmula de rey del pop era grabar su voz interpretando cada instrumento por separado y después juntar todas las pistas al tiempo para que crearan una canción. Así creaba los demos MJ, haciendo la melodía de los pianos, la voz y la guitarra; y la base rítmica del bajo y la batería; además de cualquier elemento que se imaginara (como samples o coros) solo con su voz. Si aún no has visto el demo de “Beat It” donde muestra su fórmula mágica de componer escúchalo aquí abajo:
Además de tener el oído para poder imitar cada instrumento, Michael era muy bueno haciendo beatbox. Algunas veces se le vio haciéndolo en estrados judiciales a modo de defensa de su proceso creativo porque algún otro artista pensaba que el rey del pop lo estaba plagiando en sus canciones. Otras veces lo hacía en las entrevistas que tenía o en los documentales/películas donde era personaje secundario o principal. Aquí hay una colección de esos momentos para que te deleites con el beatbox del artista que partió la historia del pop en dos:
"Tabloid Junk" en una entrevista para PTL (1975)
This Girl is Mine en un juicio en México (1993)
Who is It en el mismo juicio en México (1993)
Billie Jean en el documental Living With Michael Jackson (2003) (Minuto 3:38)
Wanna Be Startin’ Somethin’ en la película This Is It (2009)
Este artículo apareció originalmente en Noisey UK .
¿Se acuerdan de la gran disputa que desató aquella imagen del vestido blanco con dorado que algunos veían negro con azul? Olvídense de eso. Hoy es el día que será recordado por la división en dos del mundo melómano: aquellos que, correctamente, vieron un trasero en la carátula del Is This It de los Strokes, y los que pensaron que era una mano con guante de cuero sobre una rodilla.
El pasado miércoles The Guardian entrevistó a Colin Lane, quién hizo esa fotografía a blanco y negro de la que era su novia en ese entonces. En palabras del fotógrafo, “mi novia salió de la ducha mientras yo estaba jugando con una Big Shot Polaroid, una estorbosa y simple cámara de plástico que había encontrado en el ático de mis padres”. Ella se puso un guante Chanel que Lane había encontrado en el apartamento, colocó su mano enguantada sobre el trasero, se inclinó un poco y –clic– él tomó la foto. Aunque después el fotógrafo se conoció con los Strokes y les sacó un montón de retratos, en azoteas de Nueva York y otros lugares que todo artista sueña para posar, la banda primero revisó las fotos de su portafolio y seleccionó la de la ex novia de Lane como la portada de su álbum debut.
Lane se montó a las giras de the Strokes, del 2001 al 2006, como resultado de esa conección que había entablado con la banda. “Es muy loco pensar que esa imagen terminaría en uno de los álbumes más influyentes de los 2000”, también le dijo a The Guardian. Pero… ¿saben qué más es increíble? Que algunos hayan pensado que la portada tenía una mano sobre una rodilla doblada, inexplicablemente, en un ángulo de 90 grados inverso a cómo se mueve esa extremidad. Un comentario en el artículo de The Guardian literalmente dice lo siguiente:
“¿¡Es la parte trasera de una mujer!? Leí hace unos años que era un imagen de una mano sobre una rodilla y es lo que le he dicho a la gente desde entonces. La foto de mi CD está cortada un poco por lo que era un hecho muy convincente en el momento. Qué decepción…”
Después de hacer un encuesta no muy científica en la oficina, cerca del 12% de las personas cerca a mi escritorio pensaron que era una rodilla lo que aparecía en la portada del Is This It. Esto significa un cisma.
Esto es lo que dice tu personalidad si viste una cadera/trasero en la portada del Is This It:
La gente gira en torno a ti desde que tenías nueve años.
O eras inteligente sin mucho esfuerzo, o lo suficientemente encantador para haber tenido notas buenas en el colegio.
La gente usualmente habla de cómo los hace sentir tu contacto visual.
Perdiste algo realmente importante como tu pasaporte o tarjeta de crédito, después te olvidaste de ello y alguien te lo devolvió sin intentar sacar una copia para robar tu identidad o gastar tu dinero.
Si te identificas como mujer has hecho el 90% de los orgasmos de tu pareja; si eres un hombre heterosexual has logrado el 60%; y si te identificas como un hombre y tienes sexo con otros hombres has hecho el 96%.
En resumen: Eres un ninfómano o ninfómana. Por favor empieza terapia para el resto de cosas, si es que no lo haz hecho.
Ahora, si eres de los que vio una rodilla en la portada del Is This It, esto es lo que dice eso de tu personalidad:
Algunos de tus recuerdos más profundos de juventud involucran hornear, escalar y/o escribir poesía que nunca mostraste o recitaste para nadie.
No has muteado las Instastories de nadie aún.
Era broma: las redes sociales ni siquiera son así de importantes para ti, a excepción de los videos de Munchies o el periodismo de verdad.
Aún eres bueno horneando. Tienes 27.
Has leído esas señales de “no conducir en estado de embriaguez” y las tomas como órdenes, no como sugerencias.
Dices cosas como “no haber salido de fiesta en estos dos últimos meses es la mejor decisión que he tomado”.
Tienes una propiedad. Y si no, tienes un montón de dinero ahorrado para comprar una.
Nunca has visto una rodilla, ¿verdad?
En resumen: No eres un ninfomano o ninfomana, pero eres saludable y tienes un equilibrio en tu vida
Este artículo apareció originalmente en Noisey UK.
En el mundo de la música hay artistas, hay estrellas, y hay súper estrellas. La mayoría de la gente clasifica en la primera categoría. Algunos otros en la segunda. Pero se requiere de alguien realmente especial para clasificar en la tercera, y solo unos pocos lo logran. David Bowie. Prince. Patti Smith. Kurt Cobain. Madonna. Beyonce. Tal vez algunos más. Y luego tenemos a Grace Jones —una súper estrella en su propia galaxia— quien a sus 70 años tocó en Bestival el fin de semana pasado, cubierta de pintura y cantando sus más grandes éxitos.
Aunque Grace Jones sea considerada un ícono —y es icónica, con su estética andrógina, su musicalidad revolucionaria y su carrera de 50 años— su discografía no es tan conocida como la de otros artistas de su calibre. Su nombre conjura colaboraciones visuales entre ella y Jean-Paul Goude, Andy Warhol o Keith Haring, en las que usa su cuerpo como pintura abstracta en un lienzo. O tal vez tu mente la recuerde por sus canciones más famosas de mediados de los 80, como "Slave to the Rhythm" o "Pull Up to the Bumper". Pero, a menos de que seas fan de ella, Jones es más conocida por la envergadura de su influencia cultural que por los detalles y matices de sus diez álbumes de estudio y sus 53 sencillos desde 1976 hasta 2008. Lo cual es una lástima, en realidad, porque hay mucho que rescatar y mucho de lo que uno podría enamorarse.
Jones, quien nació y creció en un hogar profundamente religioso en Spanish Town, Jamaica, tuvo una infancia definida por límites y disciplina. Lo que podía y no podía hacer. Lo que debía reprimir. Cómo debía vivir su vida. Más adelante, en su adolescencia, terminó escapándose a París para volverse súper modelo de marcas como Kenzo e Yves Saint Laurent, y luego llegó a Nueva York para convertirse en actriz y música de culto; pero para realmente entender el trabajo de Grace Jones, es necesario reconocer de dónde vino. Porque lo mejor hace ella es romper fácilmente las reglas de alguien que apenas nota que están allí. Lo cual es extraño, considerando su crianza; aunque tal vez por eso tenga todo el sentido del mundo.
"Esconderse, los secretos, y no poder ser uno mismo es lo peor que le puede pasar a una persona", me dijo cuando la entrevisté en 2015. "Le da a uno una baja autoestima. No alcanza uno ese pico en la vida. Siempre deberías poder ser tú mismo y estar orgulloso de ti mismo". Mucho del trabajo de Jones está enfocado en este principio; de hacer lo que uno quiere, y disfrutar al máximo mientras lo hace. Su material es extraño, brillante y progresivo. A lo largo de los años ella ha tejido el disco, el new wave, el post punk, el art-pop, el industrial, el reggae y el gospel en un sonido unificado que es distintivamente propio, juntándolo todo con voces poderosas. Su estilo vocal es igual a su estética: física, llena de movimiento, color y vida.
Básicamente no hay nadie como ella. Y si todavía no tienes idea de nada de esto, pues aquí te enseñamos todo lo que debes saber:
Así que ¿quieres entrarle a la Grace Jones de clubes gays y disco de los 70?
Imagínate esto. En un momento estás en un pequeño pueblo a las afueras de Spanish Town, en sesiones de oración y lecturas de la Biblia todas las noches. Al siguiente instante estás en finales de la década de los 70 —estás en el centro de Manhattan, Nueva York— y te ganaste el título de "reina de los clubes gays" entre los locales. Fotos de esa época muestran a Grace Jones en discotecas legendarias como La Sept, Studio 45 y Area, tomando cocteles en vestidos de seda, montada en motos en su cumpleaños junto con la legendaria drag queen Divine, o simplemente irradiando cantidades ilegales de big dick energy.
Menciono esto porque los primeros trabajos musicales de Jones —el material de finales de los 70— consisten en tres álbumes de disco que realmente encapsulan las vibras de discotecas queer de grandes ciudades de la época. Portfolio (1977), Fame (1978), y Muse (1979) fueron lanzados por Island Records en un lapso de tres años, y se consumen mejor como un trío. Estos álbumes, que fueron creados junto al productor de disco Tom Moulton —que a su vez ya había trabajado con Gloria Gaynor y The Trammps—, estaban pensados para ser interpretados bajo la luz reflejada en una bola de disco, bajo el efecto de quaaludes con Benedictine y para una audiencia de chicos queer, estrellas de la moda y marginados culturales.
Sin embargo, y a pesar del mundo del que vienen, estos primeros álbumes son algunos de los trabajos más controlados de Jones. Su voz es más ligera y más femenina que en su trabajo más maduro, y la música misma consiste de ritmos de bombo en negras y figuras orquestales típicas del género. Aun así, hay algo mágico en estas canciones porque lo transportan a uno a esa era dorada tan influyente. Basta con escuchar "I Need a Man", por ejemplo, y uno puede imaginar a Jones contándola en una discoteca completamente llena, con un público muy bien vestido, con sudor en las paredes, y con ella cantando sobre ella misma, así como un grupo de hombres homosexuales cantándole sus palabras de vuelta.
Playlist:“Fame” / "Do or Die" / “Autumn Leaves” / "La Vie en rose" / “I Need a Man” / "Send in the Clowns" / "Sorry" / "What I Did For Love" / “Sinning”
Así que ¿quieres entrarle a la Grace Jones de New Wave Reggae?
Ahora sí entramos en materia. Es difícil saber dónde uno debería empezar con esta era tan especial de la carrera de Jones, así que empecémosla en 1980, cuando el disco de repente se había vuelto anticuado y aburrido —en parte gracias a que gringos blancos y heterosexuales lo atacaron en hordas. Inspirada en la necesidad de sacudir las cosas creativamente, así como en el éxito relativamente modesto de sus tres primeros álbumes, Jones voló a Compass Point Studios de Island Records en las Bahamas y procedió a sumergirse en una sus transformaciones más radicales.
Fue en este momento, junto al productor Alex Sadkin y el presidente de Island Records Chris Blackwell, en el que ella forjó un sonido y estilo que influyó a la mayoría de tus estrellas pop favoritas. Esta "nueva" Grace Jones era una parte post punk, dos partes new wave, y todas las partes sabor reggae-pop, todo mezclado armónicamente, de alguna manera. Y fue de esta explosión creativa que salió Warm Leatherette (1980), Nightclubbing (1981) y Living My Life (1982), otra serie de álbumes que se disfrutan mejor si se escuchan como trilogía, cada uno con algunas de sus canciones más conocidas y excepcionales hasta la fecha.
También fue en esta época que Jones empezó a colaborar con el artista, y su novio de entonces, Jean Paul Goude. La portada de Nightclubbing, por ejemplo —que contiene el tema sexual de post-punk "Pull Up to the Bumper"— es una pintura hecha por Goude de Jones con una chaqueta Armani con hombreras, un cigarrillo colgando de su boca, y su pelo en el estilo andrógino que terminaría definiéndola. Para poder apreciar completamente la calidad del trabajo que estos dos producían, vale la pena ver The One Man Show, un video musical de 45 minutos dirigido por Goude, en el que Jones puede ser vista desde todos los ángulos. Ella está cubierta de colores primarios, y la visión angular y atrevida de Gouge converge con la musicalidad de Jones para crear una pieza de arte clásica y singular.
En términos de su música, este periodo puede ser mejor descrito por el pionero de los sintetizadores Wally Badarou en su libroThe Story of Island Records, de 2010: "No creo que nada pueda definirlo, así como nada puede definir el sonido de Motown o Stax", dijo, en referencia a la era dorada de Compass Point. "El estudio mismo, los ingenieros, los productores, los artistas, la energía de la época y, solo la combinación específica de todos esos elementos lograban hacer ese trabajo".
Playlist:"Warm Leatherette" / "Private Life" / “Love is the Drug” / "Pull Up to the Bumper" / "Nightclubbing" / “Demolition Man” / "My Jamaican Guy" / "Nipple to the Bottle" / The Apple Stretching”
Así que ¿quieres entrarle al ícono accesible de art-pop, Grace Jones?
He pasado mucho tiempo tratando de poner en palabras lo que significa el éxito de 1985 de Grace Jones, "Slave to the Rhythm", pero no es fácil. No hay nada parecido. La canción comienza con unos acordes brillantes de piano electrónico, con sutiles ritmos go go al fondo, y el actor Ian McShane leyendo extractos de la biografía de Goude, Jungle Fever. Luego la presenta diciendo en inglés, "Damas y caballeros… la señorita Grace Jones… esclava del ritmo", justo antes de que la batería se acople con un beat estable, una línea de bajo aplastante, y la voz sedosa de Jones diciéndole al oyente: "solo estoy jugando, bebé".
Hay tantas capas sobre lo que significa esto, que deberías escucharlo por ti mismo. Está la letra ("Build on up, don't break the chain / Sparks will fly, when the whistle blows") que ha sido interpretada como un comentario frente a la raza y el capitalismo. Está el video, que consiste de retazos de otros materiales audiovisuales, como un extraño collage en movimiento. Está la música misma, un tema perfectamente construido que mezcla el R&B, el funk y la música go go. Se ha dicho que el productor Trevor Horn gastó unos 385.000 dólares en el álbum Slave to the Rhythm, donde sale esta canción —y se nota. Cada momento del disco es perfecto, pulido e increíble, como si alguien hubiese esculpido con maestría el mármol para por fin revelar la estatua escondida.
Muchos consideran que esta es la época más popular de Jones. Ya se había establecido a finales de los 70 y comienzos de los 80, así que para mediados de esta década, ella ya se había consagrado como una megaestrella muy particular. Después de Slave to the Rhythm sacó su compilación de grandes éxitos llamada Island Life, seguida de Inside Story, producido por ella y por Nile Rodgers de Chic. Estas son algunas sus creaciones más accesibles, pero también son algunas de las más desafiantes y conceptuales. Para mí, la energía de esta era llega a su pico con "I'm Not Perfect (But I'm Perfect For You)", una canción de pop en la que ella marca cada coro con cantos feroces, una vez más llevando los sonidos del pop a límites extraños y desconocidos.
La era del pop mainstream de Jones culminó con el lanzamiento de su noveno álbum Bulletproof Heart, en 1989, pero en este punto ella ya se había desviado hacia la actuación, apareciendo en la película de fantasía Conan the Destroyer junto a Arnold Schwarzenegger, y luego en el film de James Bond, A View To a Kill, entre otros. Nadie lo sabía en ese momento —además de Jones, probablemente—, pero pasarían casi 20 años para que volviera a sacar otro álbum.
Playlist:"Slave to the Rhythm" / "The Fashion Show" / “Jones the Rhythm” / "I’m Not Perfect (But I’m Perfect For You" / “Hollywood Liar” / "Victor Should Have Been a Jazz Musician" / “Party Girl” / "Inside Story"
Así que ¿quieres entrarle a la Grace Jones que vuelve a sus raíces?
En 2008, lo último que esperaba la gente era un nuevo álbum de Grace Jones. Ella había permanecido inactiva por muchos años, viajando a París, Nueva York, Londres y Jamaica, criando a su hijo Paulo, pasando tiempo con su familia. Pero en algún momento ella decidió cambiar de parecer y trabajar en su décimo álbum, Hurricane. Y así, la cantante enlistó a algunos de los colaboradores más talentosos que conocía —Brian Eno, Tricky, Sly y Robbie, Tony Allen (literalmente uno de los fundadores del Afrobeat), Antony Genn de Pulp— y escribió su álbum más explícitamente autobiográfico y, en mi opinión, subestimado de su carrera.
No es necesario haber escuchado nada del catálogo de Jones para apreciar Hurricane, es otro tipo de fenómeno. Ella junto el dub, la electrónica, el industrial, el reggae y el gospel. Escribe sobre su madre, quien se casó con un reverendo a los 17. Canta sobre su hermano, su hijo, algunos de sus amados. Su voz es más oscura y, en partes, es hasta masculina. En "Corporate Cannibal" —una obra maestra que debería tocarse siempre en Halloween por la atmósfera que provoca— su voz es como la de un robot: "I'll give you a uniform, chloroform / Sanitize, homogenize, vaporize you". Esta es la Jones más extraña y más maravillosa; el resultado reluciente de la eterna musa que se convierte en su propia musa.
Sin sonar como una aduladora, podría escribir por toda la eternidad sobre Grace Jones; hay mucho más que decir sobre esta artista que ha derribado barreras incluso antes de que la gente pudiese verlas. Pero tal vez simplemente baste con leerla en sus propias palabras. En la introducción a su autobiografía de 2015, I'll Never Write My Memoirs, ella escribió: "Si me quieres, esta soy yo. No la caricatura de mí. Este es mi yo profundo, mi otro yo, y hay otros muchos yos que ni siquiera he imaginado. Pero llegaré a ellos. Seguiré el rastro que dejé para saber a dónde dirigirme luego. Tengo una sola vida para trabajar y le sacaré todo el jugo antes de terminarla".
Playlist: "This Is" / "Williams’ Blood" / “Corporate Cannibal” / "I’m Crying (Mother’s Tears)" / "Well Well Well" / “Hurricane” / “Love You to Life” / “Sunset Sunrise” / Devil in My Life”
De clandestinidad y under sabemos bastante. Hace menos de cincuenta años que la cultura en Chile se vio bloqueada con la llegada de la dictadura, y cada rincón y momento se convirtieron en posibilidad de agruparse y formar comunidad. En el subsuelo de una ciudad que se rehúsa a recordar pero que no puede obviar las heridas aún frescas, la población se organiza para compartir, disfrutar y bailar.
Los sonidos se expanden, los responsables de ellos también. Santiago de Chile no ha perdido el tiempo en cuanto a la consistencia de su entrega musical, y desde los pasivos noventas— cuando creíamos que se era libre, la electrónica ha sido una opción de calidad para todos aquellos que quieren alejarse de la tradición del rock o la cátedra del folk como tal. Ahora no es necesario despegarse de ciertos géneros, porque podemos fusionarlos, mezclarlos, samplearlos.
Porque la tradición electrónica ya nos pertenece y los beats son parte de nuestro folclor, le pedimos a Pía Sotomayor a.k.a Kleine Pia, que nos recomendara algunos productores contemporáneos imperdibles para ella, que ha presentado en la mayoría de los clubes nocturnos de Santiago, sumado a fiestas en Nueva York, Buenos Aires, Lima, Colombia, CDMX, Tijuana, Londres y Melbourne.
La artista, socia y encargada de la producción en los festivales y ciclos Fauna, y voz emblema del destacado programa El Pinchadiscos de Radio Zero, lleva bastantes años experimentando con sintetizadores y máquinas de ritmo, pero este 2018 ya está trabajando codo a codo con Raw C para darle vida a un epé que vendrá a condensar toda la experiencia que la ha hecho abrazar el techno, el house y el experimental club. Trance seguro con una chica que ve la electrónica un poco más allá, entendiéndola como espacio de experimentación y cultura.
“Es ampliamente conocida como DJ y lleva muuuucho tiempo trabajando en su música, buscando un sonido que la represente, y por lo que sé, está pronta a mostrar un LP. Andrea no sólo es una DJ de mucho oficio que transita en el house, techno y acid, sino que también es un referente, porque ha sido una pieza clave en la construcción de la escena underground, siempre congregando, siempre aportando”, dice Sotomayor. Porque el trabajo de Andrea no sólo pasa por sus potentes y profundos sets, también va por la producción de espacios y eventos donde se pueda disfrutar de un buen viaje. Club Sauna es sólo uno de sus proyectos queridos, espacio con seis años de vida que hace alusión a la tendencia de la fiesta: harto sudor, harto calor.
Tiene diez años activo, pero sigue estando en la cresta de la ola como si nada. Si de pequeño se conmovió con los sonidos ligados al funk o el hip hop, es su curiosidad la que lo empujó a los sonidos con los que hoy brilla. “Como DJ es uno de los más geniales que conozco porque tiene el oficio, el sonido, y su performance siempre está en función de un resultado efectivo”, nos cuenta Pía. Su energía no deja fiesta con cabeza cuerda, le queda bien abrir o cerrar porque no necesita más que su conexión con la pista de baile. “Como productor es correcto, y su estética es coherente a lo que le conocemos como DJ. ¡Debería sacar mucha más música que lo que muestra!”. Estamos con Pía.
Hoy está probando suerte en CDMX, pero es de Viña del Mar, junto a la playa. Es en Santiago donde cruza a lo experimental, siempre en clave críptica. Porque no todos los viajes son bailar —algunos son meditar mientras te desplazas levemente en tu lugar—, Tomás Urquieta hace política con su música. “Instintiva y eficiente”, en palabras de Kleine Pía. “Su sonido es un manifiesto muy propio y lo sitúa muy claramente en el mapa”.
Hace recién un año que Ochi comenzó a liberar material en sus plataformas, y hace medio año que estrenó su corto debut titulado Luto. Son tres canciones que suenan a 100, porque el ambient logrado por Simone Corbalán es inmenso. No discrimina, y cada segundo aporta a su imaginario: un poco de trap, un poco de synth y mucho de deep. Tiene 20 años y una prometedora cartera de sonidos por delante. “Trabaja un sonido más house lo-fi, aunque también tiene ambient. Me gusta porque su trabajo se siente libre, porque es capaz de mostrar improvisaciones grabadas con un micrófono ambiente, y tracks de más de 20 minutos. Siento que interpreta muy bien un sonido”.
Ni cinco años lleva como Raw C pero ya es un imprescindible. A comienzos de este año editó su tercer disco y lo hizo bajo el sello alemán NO, de AtomTM y Material Object. Sus canciones han recorrido jardines, infiernos, cielos, y ciudades, como es el caso de su último corte, donde las saturaciones y los ecos se roban el protagonismo. Una fusión santiaguina-berlinesa para destacar. “Es uno de los artistas más artistas que conozco. Nunca se lo ha devorado el personaje. Es talentoso, tiene formación de músico, trabaja tranquilo, constante, sin alumbrar. Se ha convertido en uno de los favorito de ATOM”, no por nada está en su sello.
Gestora, productora, artista íntegra. Se fue a Francia a estudiar Bellas Artes y terminó rompiéndola en la música. Lo suyo es el pop sin pudor, aprovechando máquinas para darle su onda llamativa. Un poco de Ladytron, un poco de Bjork. Estampa de chilean pop que la hizo brillar en Europa. Si ya editó con Letonia Records, giró por el continente y hasta tocó en el festival Villette Sonique de París y Lollapalooza Chile, el resto de América Latina no debería dejarla pasar. “Es cantante lírica, produce su propia música y sus shows en vivo son una performance donde suena música electrónica y pop. Ella es demasiado carismática, se transforma, y juega al rol de la diva en el escenario, que le queda súper bien. Me gusta ver gente que todavía le ve importancia a la puesta en escena, y que tiene contacto visual con el público”.
“White Sample no sólo es un productor genial, sino que también diseña sonido y crea imágenes sonoras que tienen que ver con lo secreto”, adelanta la también ex trabajadora radial y productora de festivales. Es híbrido, recorre el techno y el glitch sin cerrarse. Es un aplicado, estudió programación musical en París y tuvo residencia en el Ars Electronica Center de Austria. Un tejedor de experiencias graduado de la RBMA de Montréal hace dos años, cuya majestuosidad lo lleva a los circuitos análogos y sintes modulares para apoderarse de cada onda y vibración disponible. “Viene de la experimentación, y su aproximación a la pista de baile es reciente. Es conceptual, es prolijo y es original. Es un artista demasiado completo”.
“No es un artista, es un sello que edita en cassette, y que funciona como el soporte perfecto para su electrónica abstracta y noisy”, nos adelanta Pía sobre este proyecto que se define como responsables de difundir electrónica tercermundista con ediciones manufacturadas a mano en orden colectiva. “Son de Valparaíso, son muy jóvenes y hacen todo ellos con esa estética dark que siempre me ha llamado”. Si te gusta el ruido y una que otra alterante secuencia que active las ganas de quemar cosas y derrocar policías, este grupo de coleccionistas de ritmos y problemas eufóricos-psiquiátricos puede ser el paraíso para ti.
Tips de Roman y Mad Antonia son sólo un dato de Futuro Fósil, un proyecto que tira a lo impredecible. “Es el proyecto solista de la Elisita Punto, de MKRNI. Es una exploración sonora, reverberante, intensa, que se manifiesta en improvisaciones en vivo donde uno no sabe hasta dónde va a llegar”. Sonidos electrónicos hechos con el corazón en la nueva faceta de una artista que recién comienza a sorprender con este gigante mundo interno que tiene para plasmar en sus máquinas.
“Son un dúo de DJs que en poco más de dos años, se ha hecho imprescindible en la escena chilena”. Son EL proyecto de la nueva escuela del mundo del techno; el nombre resalta en todas las raves como lo más esperado de la noche -o la mañana-. Porque aún cuando estén bien definidos en su estilo, tienen matices para regalar. Industrial, tenso, cinematográfico sin pudor. La cosa acá se trata de sentir ambientes minimalistas con mucho juego mental. “Su sonido representa a una generación raver que ama sus pasajes oscuros, ambientales, techno. Se han estado comprando algunas máquinas, así es que espero que muestren música pronto”.
Como un oleaje escupido de las profundidades del mar para reventarse una y mil veces en la playa, regresar, tomar otras corrientes y volver a la superficie, la evolución del rap mexicano del reciente lustro está marcada por su diversidad de estilos y, muy importante, por sus diferentes geografías. Si hay quien piensa que en la cresta de ola viaja el trap como vanguardia, existirán a su vez otras expresiones que contradigan el supuesto. Una de las más relevantes es West Gold, el súper grupo que ha adoptado de manera natural el mítico sonido G-Funk de la Costa Oeste noventera y ha diseñado una propuesta única en su tipo a partir de una reinterpretación genuina y legítima del subgénero.
Aglutinados en Guadalajara bajo la producción de Jamgle Records, en conjunto con la marca de streetwear Santa Suerte, West Gold son Robot, Poofer, Jarabe Kidd y iQlover, y lanzaron el homónimo debut del grupo a principios de este año. Como estrategia à la Wu-Tang, cada uno se ha dedicado a soltar sus propias bombas en solitario o en otras alineaciones, como KingZoo (iQlover y Jarabe Kidd, dúo que existía desde antes) o Flakito$ (Robot y Jarabe Kid). Pimpstar es la placa debut de iQolver (se pronuncia “Clover”) y disco que nos reúne. El conjunto de 17 temas fue lanzado por el originario de Ensenada, Baja California en abril pasado.
iQlover creció con la curiosidad de vandalear las calles de Ensenasty. De las canchas de la calle A, con los OGs de la cuadra donde, dice, aprendió a vivir lo que canta. Al hip hop llegó por la vía más tradicional: el graffiti. “No sé, quizá se trataba de ganar terreno, inmiscuido esta idea de hacerte un nombre en la calle, ¿sabes? Todo ese trip me enganchó”. Ensenada, agrega, era una plaza muerta en cuanto a hip hop, hasta que en 2013 se formó el colectivo Kozta Izkierda, integrado por artistas, beatmakers, productores, cineastas, diseñadores y todo el cuadro.
Junto a Jarabe Kidd y Nasty Wend, entre 2008 y 2009 iQlover dio forma el grupo KingZoo para poner en el mapa ese estilo califero que los representaría desde Ensenada, los pondría en el mapa nacional y los llevaría a Guadalajara para integrar West Gold. KingZoo ha editado los discos The Kingdom y One 4 Da Good Times. En solitario, iQlover ha lanzado los mixtapes Millenium shit soultape y Oh my god. No huelga decir que estas producciones se realizaron de manera independiente y con productores asociados como Ruido Porcino, Taxi Dee (luego reconvertido en Fntxy), Xavi Guzmán, Loop'n Soup (el aka de Jarabe como productor) y RMD.
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Pimpstar es una declaración. El estilo agresivamente terso que iQlover había cultivado en sus producciones anteriores, pero con una producción y un cuidado superiores; así como una voz, nasal, arrastrada y cremosa, que logra sus mejores registros y se coloca como una de las más características del rap contemporáneo de México. La conexión se cristaliza porque el estilo Bajakilla y sus remembranzas a los paseos en lowriders y bicis cholas, en la fiesta y en los recovecos de la costa malandra, en iQlover no suenan impostadas. Todo lo contrario.
“Si soy sincero, creo no estaba tratando de conseguir un sonido en especial o una aura electrofunky o espacial, como dices; más bien lo que hice en Pimpstar fue jugar con el abanico de estilos que siento propios, desde el rap y el G-Funk, al soul y el R&B, combinando mis referencias y la evolución de estos sonidos desde los ochenta hasta los dosmiles”, dice iQlover sobre el contenido de su placa.
Los beats del disco estuvieron a cargo de Xavi Guzmán y Loop'n Soup. “Las mejores manos, siempre, los beatmakers que más conocen mi feeling y, por supuesto, mis hermanos de Jamgle: DJ Loki, Solitario Mondragón y Osaka Digital aka Only Pelón. Ellos fueron los encargados de lograr la selección de los sonidos, que superaron los niveles a lo que estábamos acostumbrados”.
Las rimas, agrega, “son mi vida desde que decidí dejar todo para salir a buscarme un puesto en el micrófono”. Pimpstar abre con “Rider”, una de las piezas centrales del disco, retrato del estilo potente en clave niggas in da hood muy frescos, mariguana en la cabeza, hate para los fakes y morritas toda la noche en party. “Smoke mija” lo dice todo en el título; “No mercy” es el himno de los perros más locos: no te metas con el padrino morro, vamos por la plata, pum, candela; “One, Two”, es otro himno a la calle con un beat ponchado y la magia vocal de Jarabe Kidd secundado a su hermano a lo Pablo, criados a lo malo, lokos represent.
“No quiero escucharme subido de humos pero creo que es un disco de hits para todos los gustos”, dice iQlover. Y tiene un punto innegable: “Señorita” con Poofer es un banger para tirar dolor y placer por esas féminas locas. “Boulevard nights” es un viaje mágico y nocturno por la ciudad en un Impala. El coro de “True players”, con Willie DeVille, es quizá la demostración más concreta de lo pegajosa y versátil que puede ser la voz del ensenadense. “Please Don't Go” es una pieza cifrada en R&B, dulce y melosa; como “Pimpstar”, en la que hace aparición Alemán y su estilo malandro que le está dando la vuelta al orbe.
De pronto parecía que el trap dominaba la construcción moderna del rap, pero ustedes han decidido caminar en otro sentido, ¿no?, le pregunto: “No parecía, es la realidad. Nos encanta el trapicheo, pero decidimos que el fuerte del trabajo que hacemos en equipo estuviera más inclinado a un pedo que se tenía olvidado (porque todos lo conocen) y ¡que se llama G-Funk! ¡West Coast flava!”.
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iQlover está consciente de que el rap en México ha dejado de tener a la Ciudad de México como epicentro principal. En Guadalajara, desde donde se cocina Jamgle, Santa Suerte y West Gold, se han edificado otros referentes, como JB Entertainment, y la ciudad es cuna y casa de propuestas tan disímbolas como Sabino, C-Kan, Akapellah (este último de origen venezolano y recientemente mudado a Medellín, Colombia) o Charles Ans.
“Estamos fuertes y creo que a estas alturas hasta el MC más under se preocupa por sonar bien y hacer un vídeo cuidado. La producción independiente (esa misma que tienes con tus compas) se puede llevar más allá, siempre y cuando se tenga la visión. Creo que la independencia es el futuro”.
Para iQlover el rap está jugando un papel en México que nunca le había tocado observar. “Hablo de lo que veo: de la oferta, de los eventos llenos de gente vuelta loca, gritando y disfrutando, además de los raperos que vienen de abajo y ya generan cifras grandes”.
“Pero aún hay que superar los obstáculos. Te cuento algo de lo más loco que me ha pasado —agrega—: en uno de los primeros eventos que tuvimos acá en Guadalajara, se perdió el organizador con la paga de dos o tres artistas, entre ellos KingZoo, Phyzh Eye y Jozue de Trono Mob. Y pues fuimos a la casa de ese homie y le tuvimos que aplicar rapiña (escucha “La palabra”, de Phyzh con Neto Reyno para más información)”.
“Qué loco, ¿algo más?”, le digo finalmente. “Que la Costa Oeste reine por siempre”, agrega iQlover.
Ese miércoles una pregunta incesante me levantó temprano en la mañana: ¿por qué putas acepté entrevistar a Draco Rosa hoy? Había algo en mí que le tenía cierto escozor, cierto sinsabor a esa conversación. Todo a causa de una columna que escribí hace un año criticando sin agüero su presentación en el Rock al Parque de 2017. Creo que de cierta manera sentía que estaba aceptando, por mi propia voluntad, afrontar un karma al que por simple pereza no le podía hacer el quite: no todos los días tienes la oportunidad de hablar con uno de los artistas más importantes del rock en español.
Llegué al hotel a eso de las 8:00 de la mañana y la sensación que ya traía, al mezclarse con los nervios, se hizo más fuerte. Se demoró unos 5 minutos en bajar y cada segundo me pesaba. Sabía que al hablarle me iba a tranquilizar, pero necesitaba que saliera.
Finalmente salió.
Iba acompañado de su mánager y su guardaespaldas. Lo saludé a él de últimas por la manera en que se me acercaron y me le presenté sabiendo que en unos minutos no se acordaría de mi nombre. Ahí mismo, sin mucho protocolo, nos subimos a la van que nos llevaría hacia la pintoresca plaza gris de Lourdes en el corazón de Chapinero, en Bogotá.
Durante el trayecto no hablamos prácticamente nada: ellos estaban charlando en el mejor spanglish que he escuchado en mi vida —y en el cual él me hablaría durante toda nuestra conversación— sobre algo que les había pasado el día anterior; mientras yo, en un silencio culposo, me preguntaba si él hubiera estado dispuesto a hablar conmigo luego de leer la columna que escribí.
Seguramente nunca lo sabré.
— ¿Quieres conocer la iglesia antes de que hablemos?— fue lo primero que le pregunté apenas nos bajamos de la van por la cara que hizo al recorrer con su mirada toda la construcción.
— No, no — me respondió tranquilamente sin quitar los ojos de esa iglesia medio gótica— está preciosa, pero charlemos que no tenemos mucho tiempo.
Escogí al azar una de las bancas desocupadas de la plaza. La señalé, cruzamos el río de palomas hambrientas y nos sentamos uno al lado del otro, muy cerca, casi que chocando nuestras rodillas. Por primera vez lo miré detenidamente y caí en cuenta de lo rara que me parecía su ropa: su chaqueta y sus jeans no podían ser más blancos. Siempre imaginé que un artista como Draco Rosa, uno de los poetas malditos del rock en español, tendría una chamarra y unos jeans negros, algo así como su pinta en el video de “Más y más”, pero no: su pinta era radiante, casi que enceguecedora. Incluso su chaqueta tenía un pequeño parche en forma de corazón que decía “Human Made”.
Inesperado. Por lo menos para mí.
Saqué la libreta con mis preguntas y antes de comenzar el bombardeo noté las imperfecciones en su barba de semanas, las leves pinceladas blancas en su pelo metalero y los pequeños ojos oscuros que se asomaban a través de unas gafas cuyos lentes se fueron aclarando bajo la sombra del árbol que cubría esa banca, nuestra banca.
Aunque llevábamos media hora de conocernos, no habíamos hablado: aún no sabía qué tan abierto y buena onda estaba él esa mañana. Por suerte y al igual que con su ropa blanca, me llevé una gran sorpresa durante la hora que estuvimos ahí, donde el músico quisquilloso y rockstar que conocía del Estéreo Picnic 2015, me habló sin problema del Draco noventero, de su primera banda después de Menudo, de cómo la industria musical casi se caga su carrera , de cómo le volvieron las ganas de vivir y de las razones de su visita a Colombia: su gira de Lo Sagrado y Lo Maldito y la celebración de los 22 años de su obra culmen, Vagabundo.
NOISEY: Draco, ¿cómo nacen los conceptos de 'Lo Sagrado' y 'Lo Maldito' en tu música? Draco: Es muy básico. Es más una excusa para separar mi catálogo. El catálogo ha crecido y me han llegado gente diciendo, “Draco, por qué no tocaste esta canción” y cosas así. Una vez en Buenos Aires llegó una persona llorando y me dijo, “¿por qué no cantaste 'Esto es vida'? Me le iba a proponer a mi novia”. Así que hace años, a quien era entonces mi mánager, le pregunté que si podíamos separar las canciones. Me decía que no, que me iba a diluir, pero alguna vez decidí hacerlo en Puerto Rico y me fue muy bien. Me di cuenta de que era sostenible.
De ahí nacen esos dos conceptos: lo más heavy para lo maldito y lo más light para lo sagrado. Así puedo satisfacer a todos.
¿Te gusta tocar más lo maldito o lo sagrado? Disfruto más lo maldito por la psicodelia, la progresión, el rock n’ roll y el whatever fuck. Dentro de lo sagrado, aunque me gusta mucho, no me siento del todo free, you know.
Al verlo ahí, hablándome sin tanto interés sobre ambos conceptos, pienso en lo parecido que se ve con ese pelo y esa barba al Draco de los noventa, al Draco que se sumergió en el universo pecaminoso del rock al volverse el vocalista de Maggie’s Dream. No soporto la inquietud y se lo pregunto:
A mí siempre me ha interesado mucho ese tiempo tuyo con Maggie’s Dream. Ese único disco es bien funky y potente. Cuéntame de esa época con ellos. ¡Ahhh, esa época fue muy linda! Surgió después de Menudo. Me rechazaron muy fuerte en Puerto Rico por haberme ido de ese grupo que era como, you know, un tesoro nacional. Todos decían como, “este muchacho que se llama Robi Rosa dejó el grupo: eso no se hace, no se escupe en el plato”.
¡Yo me fui pal’ carajo!
Arranqué para Nueva York donde estaba medio loquito y un amigo de Los Angeles me invitó a pasarme por allá para grabar una película. No soy actor pero me insistió y audicioné para ‘Salsa’. Ahí conocí a mi esposa y estando allá intenté cerrar un deal con MCA. Pero me dijeron que el productor tenía que ser ‘Jellybean’ Benítez.
Él es bien importante, ¿no? Claro, él se remonta hasta los principios de Madonna. Él fue quien le dio ese picante a ella. Era un guy que siempre estaba en los clubs, en los afterhours, haciendo y escuchando música y ahí es donde conoce a esta chica. Y bueno, el resto ya lo sabemos.
Entonces, te obligaron a producir con Benítez. Me dijeron que tenía que grabar con él, que no había otra opción y yo pensé, “okay, half a million dollars por mis composiciones: ¡dale!”. Mandé mis canciones, pero ‘Jellybean’ no aparecía. Entonces le dije a Steve Wax, el mánager, que ‘Jellybean’ no contestaba y me decía que los cassettes seguro se habían perdido en el correo, que los volviera a mandar. Pero el problema es que eso pasó muchas veces.
Cuando llegó el día de firmar el contrato con MCA le recordé a Steve que ‘Jellybean’ no me había llamado ni nada y me dice, “no te preocupes de eso, man, eso se arregla en el estudio”. Y no lo firmamos. Después me llega una carta donde decía que no podía grabar por 5 años allá. What the fuck! Por esa razón es que me voy a Brasil a tocar puertas. Allá me dejaron grabar 3 temas. Eso fue un logro impresionante.
Durante esa época viaje back and forth haciendo maquetas y una vez estando en una oficina por casualidad me encontré con Rafael Hernández, un cubano que estaba haciendo lo mismo que yo. Le mostré mis maquetas y le gustó.
¿Ahí fue que formaron Maggie’s Dream? Sí, luego de un tiempo en Brasil me mudé a Nueva York y ahí se formó la banda. Ellos tenían unas maquetas con Lenny Kravitz, cuando aún no era nadie, porque todos ellos se criaron y hangearon, pero terminé siendo yo el cantante.
¿Y el nombre de dónde salió? Antes de que yo llegara se estaban haciendo llamar The Body. Yo solo le decía a Raf, “Really, The Body?” (risas). Por esa época yo estaba leyendo un libro que se llama Maggie’s Dream y de ahí saqué el nombre. Lo propuse y a todos en la banda les gustó.
¿Por qué se separaron? ¿Qué pasó? Rafael quería ser famoso y yo le decía, “No, I come from there, eso no es bueno”. Ahí tuvimos muchos roces porque él quería la fama y yo no. Cuando sacamos el primer disco, nos vamos de gira con Fishbone y me hice muy pana de Chris Dowd (tecladista) y cuando regreso a L.A. hangeo con él y me presenta a Carla Azar (quien ahora toca con Jack White). Carla y yo hacemos una conexión cabrón y me presenta a Rusty Anderson (que ahora toca con Paul McCartney). Con ellos trabajaría más adelante en Vagabundo.
Luego vuelvo a N.Y. y se dieron unos roces cabrones. Empezamos a grabar el segundo disco y yo ahí estaba llevado. Comencé un rehab…
Tan pronto terminó esa última palabra su voz se truncó. A pesar de no poderle ver muy bien sus ojos por las gafas, su expresión delataba las pocas lágrimas que le comenzaban a brotar. Se pasó dos de sus dedos por los ojos para quitarse las lágrimas y luego de tomarse unos segundos para recobrar la palabra me pidió perdón.
Tranquilo, Draco. Tómate tu tiempo. Uff, es que eso fue muy duro para mí, brother. No te imaginas. Me interné en un halfway house (donde te chequean la orina) y me recuperé. Volví a N.Y. y me di cuenta que no quería estar en Maggie’s Dream. Que eso no era para mí en ese momento. Y, claro, Rafael me quería matar. Todos estaban molestos. Les pedí perdón pero no podía más.
¿Maggie’s Dream no quiso seguir sin ti? Esa es una buena pregunta… Yo creo que ellos intentaron hacer cosas, pero en un momento dado Rafael se puso al frente del micro y con otra persona formó una banda que se llamó Adrenaline Sky, creo. He was important, you know, in the MD sound. Solo no me gustaba su filosofía. I loved and love him, pero en ese momento no funcionó.
Aunque con Lonnie —otro integrante de la banda— tuve una relación diferente. Me enseñó mucho de la música negra, mi mamá me había enseñado algo cuando pequeño, pero Lonnie terminó metiéndome ahí del todo . Me mostró Funkadelic y cosas de ese estilo. Fue un gran profesor para mí.
Ahora me pregunto: ¿qué hubiera pasado si hubiéramos seguido?
En Sony me decían que debía estar haciendo y produciendo salsa, que era un gran bailarín. Eso es una película, man. Soy puertorriqueño y me encanta la salsa, pero no.
Claro. Igual fue después de eso que tu carrera como solista despegó, ¿no? Sí, sí, luego de eso llamé a un amigo mío a quien le había mostrado unos poemas, unos dibujos y unas maquetas y me dijo que me iba a presentar a Don Tomás Muñoz de Sony International en N.Y.
Ahí es que Don Tomás me da un contrato para hacer un disco y ahí comienzo lo que es Frío. Don Tomás fue demasiado generoso conmigo. Estoy demasiado agradecido con él por creer en mí en momentos complicados.
¿Cuándo fue la última vez que te sentaste a escuchar Frío de principio a fin? Ufff, 20 años, no sé, puede ser. Yo nunca estuve satisfecho con Frío, you know. Hay una canción que se llama “Mama Hue”, que no tiene nada que ver con nada. En ese momento me dijeron que tenía que usar a Ronnie Foster como productor y crear por lo menos dos canciones pop para el disco. Lo dudé pero al final fue como “Agh, okay, dale”.
En Sony me decían que debía estar haciendo y produciendo salsa, que era un gran bailarín. Eso es una película, man. Soy puertorriqueño y me encanta la salsa, pero no. Pero por eso es que ahí están ‘Mayte’, ‘Guajira’, you know. Lo puedo apreciar pero yo no lo quería en el disco. Y el producer Ronnie Foster tampoco.
En ese momento un par de personas se detuvieron a mirarnos y, aunque por un segundo pensé que habían reconocido a Draco, me di cuenta que estaban era intentando descifrar lo que Camila la fotógrafa estaba capturando tras su lente. Ambos nos distrajimos. En ese instante de silencio pensé en lo tortuoso que pudo haber sido para él enfrentarse a una industria musical voluntariosa que más que sus composiciones quería era su imagen y su voz.
Man, recordar es f uckin’ perderse en miles de memorias. ¿Qué te estaba contando?
Que te tocó meter salsa al disco. Oh, yeah, yeah… Es que con Frío Ronnie Foster y yo estuvimos en desacuerdo todo el tiempo. Y también grabamos con un guitarrista que se llama Michael “No se qué”, que había tocado en Thriller —un súper guitarrista— pero yo le decía, “ Man, ¿puedes tocar esto de esta manera?” y él me decía, “¡Tócalo tú!” (risas). Y es por esa razón que aprendí a tocar guitarra, pero igual sé cosas muy básicas, apenas para componer.
Después tuve un encontrón fuerte con Ronnie. Me acuerdo que me dijo, “estoy cansado de estar aquí tratando de complacerte: I quit”, y yo, “Good, get the fuck out of here”. Claro que después regresa, nos volvemos a hacer amiguitos y terminamos haciendo Frío (risas).
La clave para mí es siempre saberse rodear. Por eso me gusta ser el weakest link, el peor, pero me sé rodear.
¿O sea que nunca estuviste del todo satisfecho hasta Vagabundo? Sí, sí, se podría decir que sí.
¿Cómo te fue trabajando con Phil Manzanera en Vagabundo? Súper bien. Phil te deja ser tú. Donde él es un duro es mostrándote cosas y equipos que puede usar uno para la grabación. Ahí me traje a Carla y a Rusty. Tenía un budget para tanto tiempo y me fui adelante con eso. Aunque de nuevo me pasó lo mismo que con el guitarrista de Frío y terminé tocando muchas cosas del disco yo mismo.
La clave para mí es siempre saberse rodear. Por eso me gusta ser el weakest link, el peor, pero me sé rodear. Me encanta eso: verlos, aprender. Me hacen llorar.
¿Con la música es con lo que más fácil lloras? Sí, porque me aflora todo. Me llega a la espina dorsal.
¿Qué sientes hoy después de 22 años de Vagabundo? Siento una gran satisfacción luego de que me decían que estaba loco por hacer eso, o que los viejos me decían, “tienes que buscar un oficio, el arte no te va a dejar nada”. Pero creí en ese disco y en mi intuición y funcionó.
Y ahora estoy bien.
Cada vez que Draco habla del presente su expresión cambia, sus lentes transition se aclaran y se ve un ardor juvenil en sus ojos. Se siente y se escucha bien. “¿Ahorita podemos movernos de lugar para hacer unos retratos con la iglesia?”, nos pregunta Camila como a las 9:00 de la mañana. “Claro, no hay problema”, le respondemos ambos.
Este mes vas a sacar Vagabundo en vinilo por primera vez. ¿Qué valor agregado tiene para ti sacar este álbum en ese formato? Pues tiene mejor sonido, mejor calidad y el arte. Menos mal las cosas están cambiando porque la música en mp3 es un desastre. Además esta remasterización hizo que quedara mucho más poderoso, con muchas bolas.
Pero lo más especial es que mi hijo, que cumple 24 años ahora, hizo el arte de Vagabundo y Monte Sagrado. Así que tenerlo en vinilo con la ayuda de mi hijo es awesome.
¿Cómo terminó tu hijo ahí? Tuvimos una conversación light y terminamos decidiendo que él era el indicado. Después del cáncer yo me fui de L.A. para la finca, a pasar más tiempo en el campo. Y es por eso que él dibuja ese barco que aterriza en el bosque y ese dude, que soy yo, con una camisa que yo usé durante mucho tiempo y su guitarra, está esperando a que el barco aterrice. Y luego de que el barco se queda enredado en los árboles del bosque, el Vagabundo se va caminando y se va al Monte Sagrado.
¿Y cómo salió la idea de la carátula para Monte Sagrado? Llega mi hijo y me dice, “Papá, tú tienes dos trasplantes de médula y está bien, it’s incredible”. Por eso hizo un tipo medio machine y medio humano con un monte increíble detrás. Es súper futurista, y es como él me ve ahorita (risas).
Cuando terminaba de reír, Camila nos pide que nos movamos hacia la iglesia. Apenas nos paramos me doy cuenta de que mi chaqueta negra estaba llena de mierda de paloma. Mi reacción fue mirar si la de Draco también, pero no: su chaqueta blanca estaba intacta. A pesar de estar en el mismo lugar, uno al lado del otro, la caca solo dio conmigo.
Qué pena que no tenga algo para limpiarte.
No, tranquilo, acá tengo unos Kleenex.
Caminamos unos metros y luego de mirar unos minutos a la cámara, se acercó a mí para que siguiéramos con lo nuestro.
Foto: Camila Acosta Alzate |Noisey en Español
Hablando del vinilo, ¿eres coleccionista o no mucho? No me considero coleccionista. Tengo una colección nice, al natural. Nunca voy buscando así como tal, ellos me encuentran más a mí. Me llegan.
¿Y cuáles son tus favoritos? El de Miles Davis Kind of Blue, todo lo de The Doors y Sly Stone.
Pero ahora voy a abrir dos coffee shops y ahí sí va a llegar la colección. Vamos a hacer uno pequeño en el Museo Contemporáneo de Arte en Santurce y otro más grande al lado de la Universidad del Sagrado Corazón y va a ser all about vinyl.
Ahí me tendré que poner las pilas para comprar y coleccionar. Estoy super excited about that porque a mis 49 años voy a tener un shop y es un nuevo reto al que tengo que prestarle mucha atención.
¿Sientes que al enfocarte tanto en tu proyecto musical, dejaste de escuchar nuevas bandas, nuevas propuestas? Sí, eso es cierto. A mí me gusta hacer música y hay pocas cosas que llegan y que me ponen. Por ejemplo para Monte Sagrado hice un cover de un australiano. Esta historia es buena (risas). Un día le dije a mi esposa que iba a comprarme una camisita, entro al shop y cuando estoy pagando veo un disco en una vitrina. Tenía algo de dust on it, pero un cover de un guy todo en blanco con una calavera. Era un disco de un tal C.W. Stoneking. El dueño de la tienda me dice, “he’s cool, australian, kind of bluesy”. Y yo, “ ok, cool, 10 bugs, aportar a la música: put it in there”.
Apenas me subí al carro lo escuché y quedé como “Wow, qué discazo”. Me perdí por casi 3 horas, mi esposa me llamaba a ver dónde estaba mientras yo daba vueltas escuchándolo. Me gustó mucho ese disco y, sobre todo, haberlo encontrado randomly.
¿A qué canción le hiciste el cover? Del disco me encantó una canción que se llama “That Thing I Done”.
¿That Thing I’ve done? No, let me write it down for you.
Estiró su brazo para coger la libreta que había sido testigo de toda nuestra conversación y debajo de algo que yo había escrito, dejó tallado el nombre de ese artista que le había volado la cabeza. Me la devolvió y leí en voz alta lo que había escrito.
Yeah, ¡tienes que escucharlo!
Obvio, lo voy a escuchar hoy mismo. Ese disco me encantó. Leí al respecto y aunque se demoró escribiéndolo como 5 años, lo grabó en Capital Records en un día. Cuando lo escuchas suena como a 1935, 1940. Eso me enamoró. Y resulta que un día estábamos haciendo el cover en un live, alguien lo subió a YouTube y una persona comentó en Twitter, “Draco, me encanta tu nueva canción y yo, “ Hey, that’s not my song. That’s from C.W. Stoneking, check it out!”.
La cosa es que C.W. me escribió. ¿Puedes creerlo? ¡Qué emoción! ¡Fuckin’ Social Media!
¿En serio? ¿Y qué te dijo o qué? La cosa es que él publicó en Twitter mi versión de su canción y me escribió diciéndome, “Draco, I love your version of the song”. Y yo súper fan, le decía “ I’ll give you a Grammy right now” (risas).
Luego le dije que estaba haciendo un disco en castellano pero que me gustaría meter su canción en inglés ahí. Le dije, “Yo soy bilingual, creo que queda bien, you know”. Y me dijo, “fuck yeah, man, it’d be such an honour”. Cuando la grabé se la mandé y hasta me propuso irse de gira conmigo.
¡Del putas eso! ¿Crees que lo invites a irse de gira contigo alguna vez? No sé, ya iré viendo. Fue algo muy bonito.
Pero entonces como te digo, me tropiezo con joyitas o escucho cosas que me recomiendan, pero no soy de estar pendiente de lo que está pasando en la música, la verdad. Suelo estar pensando en hacer y componer más que todo.
Nos volvimos a mover un poco para que la iglesia quedara erguida a nuestras espaldas y cuando Draco cruza los brazos para una foto, Camila le pregunta que hace cuánto tiene los tatuajes que tiene en sus manos y que se asoman bajo sus mangas blancas.
Mmm desde los 18 años, creo. Apenas salí de Menudo.
Su mánager interfiere en ese momento, algo que no había hecho en toda la entrevista, para preguntarle que si le tenía el celular y un tubito metálico que se le salía del bolsillo.
Oh, yeah, tenme este poquito de cocaína, por fa. Just Kiddin’, jajajaja. Son mis pastillas, mis medicamentos.
Foto: Camila Acosta Alzate |Noisey en Español
¿Tienes más tatuajes? No. Me quiero hacer más pero mi nutricionista está muy en contra de los tatuajes por lo del cáncer. Pero yo le digo que cuando me sane del todo me voy a hacer más. No le gusta mucho la idea, pero bueno.
Cuéntame de esa experiencia con tu nutricionista escribiendo el libro de la importancia de las plantas. Agghh, así como los discos te encuentran, la gente también, you know. Cuando yo me entero del cáncer, llamé primero a mi mamá a contarle, quería que ella fuera la primera. Ambos súper depressed y ella me dijo que me fuera para su casa. Le dije que prefería irme a dar una vuelta para despejarme y llegué a una tienda nutricionista.
Yo estaba como, “fuck, fuck, fuck, fuck, qué mierda”, dándome duro en la cabeza. Y en ese “qué mierda”, veo un póster que dice “salud, conferencias, oncólogos, scientists”, algo así. Era en Costa Mesa (California) por tres días y fue como “vamos”.
Cuando llegué a las charlas, me inscribí para hacerme unas pruebas de sangre y cuando llegué a hacerlas me dijeron, “Lo siento, estamos cerrados”. Escucho la voz de Nena, que ahí no la conocía, diciendo “it’s okay, let him in”. Me senté, me miró y nos pusimos a hablar de todo.
Me tomó la muestra de sangre y me dijo, “Draco, no nos conocemos pero te voy a dar mi número porque quiero checarte, me caíste bien”. A los días me fui a un hospital a ver una segunda opinión y tampoco me fue bien. Salí y me fui al parking a llorar.
Ahora mismo estoy llorando.
Su voz se vuelve a truncar e inmediatamente me abrazó. Su cara se incrustó entre mi brazo y mi pecho mientras mi chaqueta le limpiaba el llanto. Le devolví el abrazo y tras quedarnos unos segundos en esa posición, levanté la mirada y asimilé el hecho de que Draco Rosa estuviera expresando todo eso conmigo, un desconocido, alguien de cuyo nombre seguramente no se acordaba. Quizá para algunas personas es más fácil abrirse ante alguien que nunca han visto y que no volverán a ver.
Lo siento bro, estas cosas son difíciles.
Llora todo lo que necesites. Gracias por abrirte. No, bro, a ti.
Dejamos que los segundos nos reconfortaran y cuando nos vimos otra vez tranquilos, continuamos. Era hora de hablar del presente. No nos quedaba mucho tiempo.
Bueno, y además de Vagabundo 22 vas a sacar otro disco. Cuéntame más de Monte Sagrado. A quien me apoya en Sony, yo le presenté otro disco que no es Monte Sagrado. Pero eran todas canciones light, espirituales, beautiful. Pero a medida que empecé a disminuir mis medicamentos me sentía increíble, normal. Y para mi feeling normal es batería, guitarra, energía, you know. Comencé a hacer algo nuevo y lo presenté en Sony. Mi amigo quedó impresionado porque estaba esperando algo light, pero se súper emocionó de saber que yo estaba haciendo rock y me apoyó.
¡Este disco es un renacer! Con ese disco de Vida que hice en colaboración con varios artistas, yo sentía que era como la despedida, it’s over. Fue un sentimiento muy raro, kind of bittersweet, porque eran personajes increíbles con los que estaba trabajando pero no pensé que fuera a hacer más música, que mi carrera moriría ahí.
¿O sea que este es el primer disco de muchos otros en esta nueva etapa? ¡Sí! Voy a seguir sacando música mientras esté alive. Ahorita estoy explorando con la música electrónica y espero sacar algo próximamente.
Foto: Camila Acosta Alzate |Noisey en Español
¿Electrónica? Sí, mientras estaba enfermo, invertí en equipos para hacer dance music y sentirme bien. Yo ahí, calvito, disfrutando en el estudio (risas).
Jajajaja. Ese es el proyecto que se llama Mr. Blake, algo que quiero explorar más.
¿Cuál es el concierto en Colombia que recuerdas con más cariño? Ufff, el del año pasado en Rock al Parque. Y no solo el de Colombia, ¡el de mi fuckin’ live, bro!
¿Por qué? Hermano, luego de haberme sentido mal y sentirme rechazado por tantos años, ahí sentí que volví, que reviví. Uno de los highlights de mi fuckin’ live.
¿Tenías miedo? Sí, pero salió increíble. La gente me recibió súper bien y yo me sentí igual.
Draco, ¿qué se siente ser un músico exitoso a los 49 años? Mmm, nunca había parado a pensar en ese detalle. Llevo tantos años luchando por mi salud que no me había preguntado eso. Gratitud, estoy muy agradecido con el universo por dejarme estar acá un ratito más. Grateful, afortunado y privilegiado: eso es lo que se siente.
El tiempo se había acabado y ahí, cuando terminamos de hablar y él se distrajo con su mánager nuevamente, pude digerir todo lo que me había dicho. Que el mejor concierto de su fuckin’ live fue el concierto al que yo critiqué sin contemplar lo que él estaba viviendo en esos momentos; que el color blanco en su ropa representa, quizá, el renacer por el que está pasando y que, aunque se refiriera a Lo Sagrado y Lo Maldito como algo muy básico, para mí, tras esa conversación, no lo era: ese Draco Rosa que tuve enfrente durante una hora, al igual que la iglesia gótica de Lourdes, encarnaba esos dos conceptos. Por un lado, la maldición de haber luchado con los demonios de la fama y de una enfermedad brutal para luego, a punta de pulso, liberarse de esos demonios y entender lo sagrado de poder estar acá, haciendo todo lo que a él, como humano, le da vida.
Lo sagrado en Draco, luego de varios años, logró contener a lo maldito. A la larga eso es lo que todos debemos aprender a hacer.
“Quizás a las personas que nos siguen les vayan a incomodar algunos temas. Si estás esperando la segunda parte del Nonato Coo, probablemente no te va a gustar de buenas a primeras, porque suena diferente”. José Mazurett y Simón Campusano lucen bastante similares que hace tres años, cuando lanzaron un aplaudido disco debut que pasará a la historia musical chilena como un pequeño tesoro de la periferia capitalina, ese que en nueve canciones logró levantar peregrinajes e himnos.
Más de mil días han pasado desde ese hito. Ellos no han cambiado tanto, pero sus sonidos sí. Ahora, un poco más maduros y confiados, estrenan hoy en exclusiva por Noisey la segunda placa, uno de los grandes desafíos de cualquier carrera musical. Si Nonato Coo presentó canciones simples y resueltas, Lance es el polo opuesto. “Estamos más grandes como músicos. Esto no es tan al grano como el disco pasado, no es tan oreja. Es la respuesta a las cosas que vivimos, al hype en el que nos desenvolvimos siendo personas a las que, por supuesto, les faltaba mucha experiencia”, cuenta Pepe, baterista y responsable de la cadencia característica del quinteto.
Dicen que fue intimidante tener tantas fichas puestas en ellos, pero de manera superficial. En la intimidad de sus ensayos la historia no sabía de seguidores, coros de estadio ni prensa. En esa complicidad juvenil de los primeros veintes es que se gestó la sanación que significa Lance: sanarse del susto que significa enfermarse, los primeros dolores de espalda, la fatiga de acostarse tarde, la desilusión personal tras fallarle a alguien más.
Foto por Andrés Moncada
“Nonato Coo era para adentro, pero con intenciones de aterrizar sentimientos o emociones para que no quedara todo tan etéreo. Ahora las cosas que pasan por mi cabeza -y por la de toda la banda- son distintas. Es un disco de letras directas y otras abstractas porque la pena es algo difícil de tratar”, comenta Campusano confirmando lo obvio: le inquieta un poco la apertura de relato que plasmó en este trabajo.
Tres cosas le dan vida a la Lance, tres tríos de canciones que terminan armando la historia cronológica.
1) El cansancio físico y mental. “La primera frase del disco habla de un dolor de espalda y es algo que me pasa siempre. Ahora mismo me duele la espalda, todos los días me duele la espalda. Estoy tratando de hacerme cargo de cosas que vengo pateando; se trata de hacerme cargo de mis dolencias. Quiero descansar durmiendo, quiero dormir más”.
2) La felicidad superficial, esas cosas no tan alegres que suenan lúdicas. “La mala relación con los pitos, la primera canción de amor, el atrape, el entusiasmo. Se da vuelta en esta bipolaridad de estar arriba para caer”.
3) La pena. Si estás esperando un segundo Nonato Coo, buena suerte te manda Pepe, porque en lugar de samba y anécdotas de andar en micro por horas, vas a chocar con fantasmas y nostalgia, tópicos que Chile conoce al revés y al derecho.
Foto por Mila Belén
Se abre la temporada de experimentación para los Niños del Cerro, que aprovecharon cada encuentro veraniego para ir más allá de la canción resuelta de buenas a primeras con letra cute. "Estamos yendo más al Yo La Tengo que al Sonic Youth, y eso para nosotros es muy estimulante", remata Pepe, y estamos de acuerdo. Listos para recibir la primavera y su nostalgia, en la espera de ese suceso importante que viene a quebrar nuestra obra dramática llamada juventud.
Descarga Lance aquí y lee abajo la historia detrás de cada una de las canciones.
"Sufre"
“Nos parecía lógico partir con esta canción. Es una buena introducción al resto del disco. Abrir de manera delicada y tener el cuidado de no romper la atmósfera creada e ir dedicándole a cada paso la energía correspondiente, como tomar conciencia de una larga caminata o de un show larga duración. Así se desarrolla esta canción, tanto en vivo como en el disco, con un final que crece hacia la distorsión, producto de nuestra poca costumbre como banda a construir algo completamente delicado”.
"Contigo"
“Lo beneficioso de nutrir el músculo de tocar en vivo es la confianza que genera en uno, tanto a la hora de tocar como al exponer ideas en la sala de ensayo. Está es la canción más antigua del disco y fue la primera que empezamos a tocar en vivo post Nonato Coo. También fue la primera que grabamos, y tomados de esta confianza decidimos hacerlo en vivo, los cinco tocando al mismo tiempo. Acompañados de Víctor Muñoz, Cristián Heyne y Raul Guzmán, tuvimos nuestra primera experiencia en un estudio. Grabamos 11 veces y podemos decir que hasta en la última toma seguíamos con el hambre que teníamos en la primera. Pasó por un montón de cambios, salió de una manera el año pasado y ahora es de otra. Una historia de amor y odio. Creo que la letra, viéndolo en retrospectiva, es una bonita foto del entusiasmo que sentíamos cuando recién comenzábamos a desenvolvernos en esta incipiente escena, hacia mediados del 2016”.
"Flores, labios, dedos"
”Este fue el segundo single y también con el que logramos afirmar, junto con Víctor, el sonido que queríamos lograr. También es el primero que masterizamos con Chalo González, un conocido ingeniero y una muy buena persona que tuvo excelente disposición y paciencia para con nuestro trabajo.
La letra toma el pretexto de una relación amorosa para hablar realmente sobre la relación de Simón con la marihuana, y la ansiedad que ésta le genera: la odisea que se torna navegar por conversaciones cuando se está sumergido entre la angustia y la excitación”
"El sueño pesa"
La sensación de no saber cuánto se ha dormido, 10 o 12 horas; tampoco saber si es por placer o si pasa algo. Pero, si duermo menos, sólo quiero volver a la cama y siento que no está bien. Desde ahí este tema se relaciona con mi propia cotidianidad. Es quizás la canción que coquetea más abiertamente con lo andino, desde la percusión hasta sus melodías, la mayoría pentatónicas, que remiten inmediatamente, al menos para nosotros, hacia aquella tradición. Decidimos invitar a Chini Ayarza porque buscábamos una voz femenina potente, tal como su postura en el escenario. Mucho de la riqueza del tema recae en los juegos de muestras vocales manipuladas que aparecen hacia el final de la canción. Cuando tuvimos la posibilidad de comprobar en la sala de ensayo cómo estas muestras se conjugaban con el sonido que ya generaba la banda, la sensación general de todos era similar a alcanzar la meta de dar con este paisaje sonoro que cohesiona sueño y muerte.
"Las distancias"
Cuando llegó este tema a la sala de ensayo tenía una armonía muy cerrada, que fijaba raíces en una exploración de la guitarra latinoamericana. Ahora parece obvio que la rítmica se resolviera bajo este mismo concepto, pero en ese entonces no lo teníamos tan claro; nos obligó a darnos una vuelta larga pero entretenida para llegar al resultado final. La respuesta siempre estuvo en lo andino. Algo similar ocurre con la letra que transitó inconclusa por varias manos hasta llegar a Martina Lluvias, quien la completó junto con Simón. Así terminaron por definir el carácter de la canción, que en su melodía deambula entre el unísono, la armonía y el diálogo.
"Lance"
Con el pretexto de hacer una canción pop nos encaminamos a lo más ambicioso que hemos hecho. Un largo pasaje de ruido que puede ser interpretado como le plazca al escucha, una decisión tomada con el ánimo de desafiar al oyente y por consecuencia, a nosotros mismos: es un tema que nos demanda energía y concentración, por eso mismo resulta muy entretenido de tocar.
Con el paso del tiempo hemos ido interiorizando las muchas dinámicas y dimensiones dentro del ruido, y cada vez lo entendemos un poco más y su resultado se vuelve más placentero para todos. Más allá de esta sección el tema muta. Diego, quien viene de la electrónica, dispara un loop de piano, cambiando con ello la progresión de acordes, abriéndonos de lleno al primer gran solo de guitarra del disco, que bebe fuertemente del trabajo de Gato Alquinta, así como con algunos tropiezos de Yo La Tengo.
"El susto y el miedo"
Una euforia que encuentra su origen en la calma y retorna a ella. Esa pequeña porción de duda que alcanza a enturbiar la serenidad del charco. Una invitación a sumergirte a tus anchas en esos momentos álgidos y vertiginosos; así como a detenerte en los breves márgenes en los que la paz se hace presente. La letra se refiere claramente al fin de una larga relación. algo que se retoma más adelante en ‘Melisa/Toronjil’ pero ya con un carácter más concluyente. Esta apunta más hacia ese momento ansioso e irresoluto, previo a cualquier decisión definitiva; y por lo mismo, impreso de toda la intensidad y sobrecogimiento que conllevan esos periodos.
"Javier y los vientos"
La letra viene de una conversación entre Simón y nuestro amigo Javier Muñoz, vocalista de la banda Animales Extintos, sobre la capacidad de intencionar o dejar que las cosas pasen, así como el viento. La dualidad presente en la última parte del disco, un tema experimental con el recurso de la repetición que es algo que hemos aprendido a trabajar de manera más eficiente pero que existía como inquietud desde el inicio de la banda. Un descanso y una muralla a la vez, para perderse en la sonoridad. influenciada también por la parte más experimental del trabajo de Frank Ocean en Blonde, que es un disco que a todos en la banda nos gustó bastante.
"Melisa/Toronjil"
Fue de las canciones que más ensayamos para la grabación del disco. Pese a que mutó un par de veces, volvimos a la idea inicial con la cual nos sentíamos bastante satisfechos, aún cuando todavía era un tema instrumental. Días antes de grabar, Pepé se fracturó la clavícula bajando por el cerro San Cristóbal en patineta (suena cool, pero no lo fue), así que debimos retomar rápido la marcha y volver al lugar en el que nos encontrábamos antes del accidente. El día que lo grabamos tuvimos que hacer muchas tomas porque ocurrían problemas técnicos en el estudio, se cayó Pro Tools y eso nos tuvo bien al límite, por lo mismo el registro que quedó tiene una ejecución muy intensa, pues no podía ser de otra forma.
Le tenemos mucho cariño al tema por esta historia. Pepe le puso el nombre y eso encaminó en gran parte la letra que terminó escribiendo Simón, quien intenta resumir en el coro final las temáticas de todo el disco, y nos parece que acierta, dándole un cierre melancólico y de buen ánimo que recuerda lo grato de hacer música con los amigos”.
Hace unas cuantas semanas empezaron a leerse tuits tipo ¿Qué carajos se está metiendo Thalía?, o roten lo que está consumiendo Thalía, todos queremos. Los trinos, pues, se referían a las historias de la cantante mexicana en su cuenta de Instagram. En medio de momentos con su familia o de promocionar su canción con Natti Natasha, "No Me Acuerdo", Thalía mostraba en sus historias una versión de la felicidad que podría darse gracias al amor incondicional de sus seres queridos y el éxito de una carrera profesional larga y duradera, o a las sales de baño.
No podemos probar lo de las sales de baño, pero tenemos este video para la posteridad:
Sea como sea, estamos felices por la felicidad de Thalía.
Pero entre todas esas historias de Instagram, la que más brilló fue una en la que la cantante se muestra en un jardín, preguntándole a su audiencia: "¿Me oyen, me escuchan? ¿Me sienten?". Mientras habla, sedada de felicidad, la artista responsable de temas como "Amor a la mexicana" o "¿A quién le importa?" empieza a subir y bajar sus piernas en un tipo de can-can que solo exacerba la extrañeza del video. Que por un lado nos hace preguntarnos qué le pasó a Thalía, y por otro solo queremos que siga publicando más contenido descontrolado.
"Me oyen, me escuchan" llegó a tal nivel de popularidad, que músicos de toda Latinoamérica empezaron a añadirle instrumentación a las ahora icónicas preguntas de la mexicana. Hay un "¿Me sienten?" acompañado de beats de batería, un "¿Están ahí mis vidas?" musicalizado por un piano tipo balada, e incluso hay una versión tropical. pero, por encima de todo, está la historia completa de Thalía acompañada de una banda completa conformada por batería, guitarras muteadas, bajo, coros y un sintetizador sonoro y juguetón. Todo esto, bajo la batuta del músico Chuy Nuñez.
Después de que la versión de Nuñez se viralizó en todas las redes sociales y hasta en discotecas de México, la cantante decidió volver este híbrido de fenómeno de internet con música de YouTube en su nuevo sencillo que sale hoy.
Yo estoy feliz.
Pueden escuchar la versión completa de "Me Oyen, Me Escuchan", de Thalía aquí abajo:
Es oficial: ¡Eminem acaba de lanzar un nuevo álbum! Se llama Kamikaze y trae consigo “Venom”, una canción que nos presentó en la noche del 30 de agosto perteneciente del soundtrack de la próxima película de Marvel Venom. Kamikaze es el primer disco desde Revival que salió el año pasado. Últimamente Slim Shady ha hecho varias cosas, incluyendo el cierre del último día del Coachella 2018 y una colaboración con Nicki Minaj que apareció en el álbum Queen.
Ahora, hay unos créditos bien interesantes en Kamikaze: Kendrick Lamar está en la lista como escritor en “Greatest”, mientras Justin Vernon, de Bon Iver, tiene el nombre escrito en la composición de “Fall”. Por otra parte, Joyner Lucas, Jessie Reyez y Royce Da 5’9 tienen colaboraciones con Eminem.
El godfather del Nortec, mero padrino de las técnicas shamánicas desarrolladas por unos científicos de la loquera en Tijuana hace ya un par de décadas, y uno de los referentes más importantes de la música mexicana del siglo XXI, ha dejado una mella en el inconsciente colectivo de miles de personas bajo el huidizo mote de Bostich, un vestigio de esa época donde la libertad también tenía que ver con ponerse alias que sonaran a derivados farmacéuticos. Ahora uno de los músicos más influyentes de América Latina bendecirá las plataformas de streaming con música bajo su propio nombre, Ramón Amezcua y comienza el ciclo con "Aries", homónima a un EP de cuatro temas que estrenará el 28 de septiembre en un formato de vinilo transparente que ya puedes pre-ordenar en Bandcamp.
"Aries" es la medicina que hace que te arrodilles y creas en Dios cuando a las 3 AM te hace efecto en la médula espinal el último residuo de mdma que le quedaba a la bolsita; un tema perfectamente alejado de las fusiones latinas por las que adquirió fama inmortal el tijuanense, y que se siente en la dirección correcta.
Esta plegaria cadavérica para revitalizar la energía es una demostración de que Ramón Amezcua conserva sus poderes de hipnosis intactos. Dale play abajo y espera Aries EP en unas semanas.