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La música de ABBA era sexista, pero ‘Mamma Mia’ ayudó a arreglar eso

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Este artículo apareció originalmente en Noisey Australia.

En "Waterloo", el sencillo con el que ABBA catapultó al estrellato, la batalla de Waterloo de 1815 es una metáfora de un romance repentino. En caso de que, como yo, te perdiste las clases de historia en el colegio, te cuento sobre la batalla de Waterloo: fue la última batalla de las guerras napoleónicas, y cerca de 75.000 tropas de Napoleón intentaron derrotar a 118.000 soldados aliados del resto de Europa. Napoleón no logró ganar y se terminó rindiendo; alrededor de 70.000 personas quedaron heridas o fallecieron en el proceso. Fue una masacre. Así que la metáfora es que la protagonista de "Waterloo" fue derrotada, capturada, y obligada a rendirse ante el amor de su amante. Qué bonito, ¿no?

No es tan raro el fenómeno: las mujeres en las canciones de ABBA son, de algún u otro modo, prisioneras. Los personajes femeninos de los temas de Benny Andersson y Björn Ulvaeus son mujeres frágiles y solitarias, desesperadas por el amor y la protección de los hombres. A lo largo de sus muchos muchos discos (todos compuestos por Andersson y Ulvaeus —excepto un crédito de Agnetha Fältskog en el primer álbum, a pesar de la habilidad de Fältskog para componer—), los personajes femeninos de las canciones de ABBA están siempre encasillados en roles aterradores y crueles, escritos como vulgares facsímiles en los que Andersson y Ulvaeus proyectaban sus fantasías retorcidas. En los grandes éxitos de ABBA hay un mensaje escondido: las mujeres no son nada sin los hombres. Fältskog y Anni-Frid Lyngstad fueron piezas fundamentales en el éxito de la banda, y puede que si disminuye este trato que le daban a las mujeres, sea en al periodo en el que ellas estuvieron colaborando en la música, pero no sería descabellado decir que Andersson y Ulvaeus básicamente odiaban a las mujeres (el amargo himno antidivorcio "One of Us", en el que una mujer se arrepiente de su divorcio porque odia la libertad es suficiente evidencia). Si pudieras preguntarle a las protagonistas indefensas y perturbadas de canciones como "Mamma Mia" y "Gimme, Gimme, Gimme (A Man After Midnight)", o a la prostituta menor de edad en "Does Your Mother Know", probablemente te dirían lo mismo.

Es fácil ignorar este lado de la música ABBA: Andersson y Ulvaeus realmente son dos de los mejores compositores de pop de todos los tiempos, y es fácil olvidar los detalles en las letras si un coro o una melodía son lo suficientemente magnéticos. El periodo previo a la controversia de "Blurred Lines" es una prueba de eso. De ningún modo estoy diciendo que la música de ABBA es mala. Andersson y Ulvaeus han escrito 10 o 15 de las canciones más perfectas de la historia, según como yo lo veo. Pero el status de ABBA como una "banda más allá de los gustos" ha prevenido que, en gran parte, se hayan canonizado y repensado de la misma manera que les ocurrió a sus contemporáneos. Los fans y críticos ven a ABBA y piensan en pop inofensivo, útil para el disfrute pero no rara vez lo vuelven objeto de análisis exhaustivo. De muchas maneras esto ha servido como un escudo: ABBA tiene permitido ser una banda de pop sin ser objeto de interrogación por sus sesgadas políticas de género y su amargura encubierta dentro de su música.

En algún punto del futuro cercano —muy pronto, probablemente, considerando la inminente reunión de ABBA y el álbum de covers de ABBA de Cher—, la música de ABBA será repensada con sus defectos y virtudes, y seremos capaces de apreciar su música por lo que es: pop increíblemente escrito con una tendencia lírica casi distópica (no soy muy partidario de la "cultura de cancelación" a menos que un artista haya sido en efecto abusivo, así que no pienso que las letras sexistas de ABBA merezcan que los cancelemos; si cancelamos a cada artista con un historial ligeramente problemático, tendríamos que olvidarnos de todos, desde Nick Cave hasta Kendrick Lamar y Bjork).

Si bien no hay ni una mención o comentario frente a las letras de ABBA, hay que decir que tenemos a Mamma Mia!, una pieza más amplia del canon de ABBA que es clave para reconsiderar la música de la agrupación. Mamma Mia!, un musical exagerado y kitsch, luego convertido a película, salió en cines hace una década y cuenta la historia de Sophie Sheridan (Amanda Seyfried), una chica de 20 años a punto de casarse. Sophie invita a su boda a tres ex-novios de su madre Donna (Meryl Streep) para por fin saber cuál de ellos es su padre. No es una trama compleja, y no es que pasen muchas cosas, pero está divertida; es la definición de una película para pasarla bien. Con frecuencia, Mamma Mia! es considerada —injustamente— como una pieza de cultura ligera y hueca, pero también sirve como corrección al sexismo arcaico presente en la música de ABBA. Las canciones más retrógradas de ABBA como "Gimme Gimme Gimme" y "Does Your Mother Know", están reestructuradas para darles agencia a las protagonistas marginadas del canon de la banda. Mamma Mia! toma las canciones perfectas de ABBA con sus núcleos podridos, y las retoca para hacer brillar el interior tanto como el exterior.

En un momento dad, la película nos dice todo lo que tenemos que saber de ella. En medio de la despedida de soltera de Sophie, sus tres padres potenciales llegan al evento. Apenas los ve, Rosie (Julie Walters) decide echar al trío de hombres. "Esto es una despedida de soltera", grita, "¡Solo mujeres!". Y eso siente como un mantra para el resto del film. Si bien Mamma Mia! es sobre la búsqueda de Sophie por encontrar a su padre, los hombres de la película —su futuro esposo incluido— son más bien añadiduras. Este es un film, ante todo, sobre la relación de Sophie con Donna, y de la de Donna con sus amigas. Una vez que la trama arranca, los padres ni siquiera importan; solo están para darle un poco más de comedia ligera a la película. Es una inversión del método tradicional de ABBA de 'hombres primero, mujeres después'. Mientras que los álbumes de ABBA eran presentados por mujeres y controlados por hombres, Mamma Mia! es un espacio completamente femenino, donde los hombres existen a los costados. Exageraría si dijera que el film intentaba hacer un comentario frente a la relación de Andersson y Ulvaeus con Fältskog y Lyngstad, pero hay ciertos momentos que dan esa sensación: cuando Donna le dice a uno de sus examantes que "gracias a Dios ella no tiene a un hombre viejo y menopáusico controlando su vida", uno no puede evitar pensar en Andersson y Ulvaeus escribiendo canciones amargas y vengativas para que Fältskog y Lyngstad cantaran, mucho después de que sus respectivos matrimonios acabaron.

Mientras que muchas de las canciones de ABBA despojaban a las mujeres de cualquier tipo de agencia, Mamma Mia! se da el gusto de devolverle el poder a los personajes femeninos. "Mamma Mia", en manos de ABBA, es una canción sobre una mujer que no puede decirle que no a un ex egoísta. En la película esto se invierte: en vez del personaje volviendo con el ex necio, la canción habla de tentación y nostalgia. Se trata más de Donna recordando sus años dorados que de ella cediendo a estar nuevamente en una relación inestable. La narrativa del filme ayuda a arreglar muchos de los temas problemáticos en otras canciones. "Gimme, Gimme, Gimme (A Man After Midnight)" es, por mucho, una de las canciones de ABBA más pasadas de moda; un tema disco sobre una mujer que necesita que un hombre la proteja en la noche. En Mamma Mia!, el concepto es simplificado y modernizado: al ser la banda sonora de la despedida de soltera de Sophie, "Gimme, Gimme, Gimme" se convierte en un canto divertido y caliente sobre liberación, lejos de las políticas de género cavernícolas de la canción original.

Sin embargo, el cambio más revolucionario se lo dejan a "Does Your Mother Know", una de las canciones más lascivas de ABBA. En el tema original, uno de los pocos cantados por Ulvaeus, las letras bordean un área casi horrenda. "Does Your Mother Know" es dirigida a una chica mucho más joven que el narrador, y Ulvaeus tiene que obligarse a estar lejos de ella porque le parece muy atractivo que ella lo provoque. "Does Your Mother Know" —siendo el típico gran éxito de ABBA— no es particularmente explícita, pero si consideramos las dinámicas de poder en las letras de otras canciones de ABBA y en la forma en la que la banda componía, hay algo sumamente inquietante en ella. Mamma Mia! cambia la escena en "Does Your Mother Know" un poco: ambas partes, Tanya (Christine Baranski) y el bar-tender con el que está coqueteando, son mayores de edad y, en vez de la condescendencia macho de Ulvaeus, Baranski la canta como un coqueteo, eliminando la asquerosa literalidad de la letra. Esta escena de Mamma Mia! es una de la reestructuraciones más inteligentes de ABBA en la película. Presenta la situación poco usual de una mujer mayor como un objeto de deseo incondicional. En vez de enfocarse en una de las amigas más jóvenes de Sophie, la película le da la misma importancia a Baranski (de 56 años en ese entonces) que a las mujeres de menor edad. Y en el proceso, logra tomar la dinámica frecuentemente explotadora de ABBA —la del hombre viejo y la chica menor de edad— y la convierte en algo divertido, ligero y libre de preguntas incómodas.

Puede que el canto y los arreglos no sean tan precisos como los de ABBA, pero Mamma Mia! es, en muchas formas, esencial para el canon de ABBA: una reestructuración de la visión de una de las más —si no la más— importantes bandas de pop de todos los tiempos. Es inevitable que ABBA un día sea objeto de reevaluación y, con suerte, de valorización. Pero hasta entonces, tendremos Mamma Mia!: el comentario crítico, exagerado y kitsch más importante de ABBA.

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The Mills le hizo una canción a la Alcaldía de Bogotá y ya no pueden caer más bajo

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Ay, The Mills. Nuevamente nos encontramos escribiendo de ti y ni siquiera tiene que ver con tu música sino con eso que ahora cogiste de maña: ser la banda favorita de agencias para comerciales. Bien sabíamos que no ibas a destacar con tu "rockcito" de colegio, pero que ahora te llamen más para campañas tipo "sacamos una nueva hamburguesa y necesitamos que compongan algo súper repetitivo y sinsentido", que para conciertos, es bien triste.

Ahora te montaste en el bus político y junto al Instituto Distrital de Turismo hiciste "Un video de The Mills para Bogotá", que aparte parece salido de un borrador que tenían guardado hace 10 años, le quitaron una estrofa y le embutieron el "Yo a ti te amo Bogotá", con una descripción ultra básica y un ritmo genérico de cualquier banda de rock adolescente, que además no puede ser más evidente que existe su nexo con la institución distrital y no tanto un acto desinteresado y sincero de la banda a su ciudad.

Disculparán los que hicieron el video, pero las tomas preciosas que lograron de la ciudad y el amor a la misma a veces pasan a un segundo plano con cada estrofa de esta banda que por cada canción original saca dos comerciales, como queda en evidencia en su canal de YouTube.

Nosotros sabemos que vivir de la música en Colombia no es fácil, pero tampoco es para que tengas "una banda de rock" de fachada solo para volverte el rey de los jingles comerciales, aunque tienes toda la libertad de hacerlo, claro. ¿Necesitan plata? Hagan reggaetón, toquen en matrimonios, en colegios, en Kukaramakara, La Santa, Salamandra...(si es que todavía existe) pero ya dejen de venderse como una "banda de rock" y asúmanse como un emprendimiento que musicaliza lo que sea que un cliente necesite.

Mike Diaz explora el amor (y el amor lésbico) en "Kintsugi"

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Hemos hablado en otras ocasiones de Mike Díaz, uno de los más respetados artífices de palabras en la música popular mexicana actual, más allá del hip hop y la etiqueta de underground, (que han sido la casa desde donde atiende changarro este MC conectado con el Internet infinito de la mente). El resucitador de vocablos ha tenido una temporada ocupada en lo que va del año, con cuatro temas estrenados en estos meses, tres videos, presentaciones en ciudad capital y en festivales y, lo que será el plato fuerte: el estreno de su segundo material discográfico oficial, después del exuberante Elephonteasis del 2014, un disco doble con 45 temas que sigue siendo recorrido por los monjes benedictinos del rap en español.

Justo hoy primero de mes, Mike estrenó su tercer video del año, "Kintsugi", un fantástico tema sobre el amor y el desamor, con un beat que te atrapa y te deja flotando, un coro que te aprendes a la segunda escucha y letras en el registro siempre elevado de Mike. Una canción en su conjunto que tiene todo para ser un clásico contemporáneo. Como todos los temas que ha estado sacando Mike, el trabajo en la producción, mezcla y máster es de Kibou, en este tema acompañado por Castmu, y con toda la idea musical también suya.

Por si fuera poco, el video es un ejercicio narrativo de mirada quirúrgica, que relata un amor lésbico o tal vez un triángulo amoroso, y tiene una profundidad cinematográfica que suma bastante a la visión artística de Mike. El video es cortesía de Kyzza Terrazas, director de Somos Lengua, el documental sobre el rap en México que se estrenó en 2016. Dale play arriba a otro capítulo de una de las sagas protagónicas del hip hop en México en 2018.

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Desde Buenos Aires, 5 productores imperdibles de electrónica experimental

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Manija, chispazos eléctricos. Compresión, rarefacción, longitud de onda, muestreos, distorsión y delays. Bailes tranquilos, desencajados, transpiración, aullidos, ruido blanco y sets A/V. Sororidad, amistad, algoritmos, controladores, síntesis modular, walkman, computadoras, 8-bit y máquinas hechas a mano. Fiestas de dirección por mensaje vía inbox en una Buenos Aires ahogada en la recesión económica.

Con ese marco y tales herramientas, la escena subterránea de electrónica experimental de la capital argentina mantiene la ebullición tan identitaria como distópica. Así se resignifican la música ambient, dance, noise, juke y ritmos latinos en el encuentro interpersonal y con el baile.

Lo mejor de la música urbana actual estrujando digitalmente sonidos de la calle, de las sierras, del agua o de una olla de cocina. Te presentamos 5 productores de la escena electrónica alternativa de Buenos Aires que no se te pueden escapar.

Rrayen

Maia Koenig hace música con su Game Boy y con generadores de ruido y mixers construidos por ella misma. Agitadora/organizadora del ciclo Feminoise, Maia lleva adelante Sister Triangla Records, por donde edita compilados que congregan chicas ruidosas de Latinoamérica. Su más reciente, el tremendo Canciones de Mujeres Argentinas, reúne verdaderas perlas de creadoras atravesadas por “amistades, sonrisas sonoras y sororas”.

Rrayen fue convocada desde Montreal, Canadá, para ser parte del line up de Mutek 2018. “Lo peculiar es sentirme viva cada vez que pierdo el control en el ruido blanco, y el sonido se transforma en canalización” entiende. Y sigue: “Nadie sabe, ni siquiera yo, qué va a pasar o cómo se desencadenará la ruptura del propio imaginario”.

Como una rave ocurriendo dentro de un videojuego de los 80, su música 8-bitera carga “lo imprevisible como modo de existencia”, replicando “un fruto energético que nunca nadie probó”.

Astrosuka

Luego de una década viviendo en La Paz, Bolivia, el ruso Sergey Kolesov se instaló en Buenos Aires en 2010. Desde entonces, el trabajo de su proyecto Astrosuka lo llevó a ser miembro fundador de TRRUENO, un colectivo de artes experimentales del cual es responsable de la imagen y del manejo del sello.

En una coproducción de TRRUENO y el sello de Shanghai Genome 6.66Mbp, Sergey acaba de editar Astrosuka, un EP de seis tracks pesados en procesamientos algorítmicos que generan paisajes caóticos como de un futuro distópico donde la carne humana es una aleación más. “Mi idea era armar temas que tengan beat y sean adaptables a una situación de baile, pero a la vez mandar mis bizarreadas de siempre”, sincera.

La creación de esos ruidos digitalmente inquietantes es parte de un proceso bien artesanal: “Creo que hay énfasis en el diseño sonoro con grabaciones medio fisura: grabé muchas chapas, objetos de metal que excitaba de diferentes maneras para poder usarlos como percusiones o como elementos melódicos; todo a partir de un mismo objeto. Eso lo reforzaba con síntesis para darle un toque más de alta definición. O sea, la parte estética está armada con chapas, y el refuerzo es con sintes y cosas puntuales”.

Sergey cuenta que jugó mucho con voces y acapellas, grabaciones de amigos, de Tati Heuman y Agus Genoud, y un par de acapellas de canciones poperas mainstream. “Lo que hacía era samplear esas voces, chopearlas por sílabas y tocarlas como un instrumento. Rearmé lo que decía la letra, y daba la sensación de decir palabras, pero es como un lenguaje desarmado. Quería que sea bastante manija y melódico y medio emotivo también”.

Yoto

En Córdoba, una de las provincias más grandes y pobladas de Argentina, además de esa tonada súper reconocible, está calado en sus habitantes el sonido de la “R” como una “sh”, y que en Buenos Aires puede sentirse como la fonética de la “y”. Así, las sierras son “las sieyas”; Rambo es “Yambo”; arruinado se dice “ayuinado”. En ese sentido, el cordobés Ignacio Sandoval es Yoto.

Salta, corre, deambula enérgico de un lado a otro, mientras sus bases se expanden y retuercen igual que él. “Cuando descubrí hacer collages con samples fue como si se me hubieran desempañado las ventanas de la imaginación por la cantidad de cosas posibles que se me venían a la mente para hacer”, explica.

Nacho, como le dicen, ejecuta sus instrumentos favoritos: la voz, la batería y la guitarra, en ese orden de preferencia, deformando todo con alteraciones de pitch y efectos: “Armo cosas con ruidos, golpes y muchos instrumentos metálicos de cocina, donde estoy seguido porque amo cocinar. Ahora sumé una (Akai) MPC donde puedo meter desde sonidos de vinilos, de YouTube y sobretodo muchas baterías que había grabado en estudios, y que me terminaron funcionando re bien”.

Habiendo editado por Abyss, el sello especializado en juke latinoamericano, Nacho concibe sus creaciones como una hermosa ensalada experimental. “Cuando surgió tocar en vivo, metí la voz y el cuerpo explorando el mundo de la intervención con el público y las coreografías espásticas, por lo cual estoy teniendo que entrenar para no morir en vivo. Quedo siempre yoto (risas)”.

Minicomponente

Los climas sonoros que la compositora y multiinstrumentista Paula Acuña confecciona en su proyecto Minicomponente irradian una energía onírica y sanadora. “Trato de escuchar con todo el cuerpo y buscar sonidos que generen empatía, tranquilidad y que permitan relajar”, cuenta la artista sonora con base en Adrogué, al sur del conurbano bonaerense.

Armada de un teclado, un walkman, un pedal de loop, delay y reverb, Paula bucea en una música ambient colmada de pequeños detalles: “Los encuentro y los dejo sonar hasta lograr un momento claro en el que, a partir de la consciencia cotidiana, accedo a otro lugar mucho más especial, alterado, de conexión. Ese momento es curativo, yo he sanado por medio de las frecuencias y quisiera que los demás también lo sientan”.

Paula ha editado de manera independiente y a través del sello Pakapi, dónde también coló material de su alias más pesado, Lota. En cuanto a lo que le atrae escuchar y sentir de su trabajo, resuelve: “Me gusta ir hacia lo hondo, donde están los recuerdos, o el dolor, pero para liberarlos, no para quedarme allí”.

Shis Unusual

Micaela Pérez vuelve de dar una clase de síntesis sonora en Balcarce, a más de 400 kilómetros de Buenos Aires, y durante el viaje usa el Paint para dibujar un pianito tumba que funcionará como sequencer en Pure Data.

Licenciada en artes electrónicas, ha sido parte del combo Tildaflipers, se ha presentado como Mica Ruido con un set de juguetes intervenidos, generadores de onda y sintetizadores hechos por ella, y su más reciente alias es Shis Unusual: "un proyecto ruidista industrial bailable dedicado a la fabricación de ritmos y sonidos mediante la utilización de instrumentos auto construidos".

Así lo siente: “En lo que hago me gusta encontrar otras músicas, ruido, estructuras arquitectónicas geométricas, programación, teoría de circuitos, luces de neón, baile, conurbano, frames frizados de algún fílmico o pedazos de libros que leí y que sólo entendí al pasar el tiempo, cumpleaños, ramen, procesamiento, paisajes rurales, fábricas abandonadas, centrales nucleares y todo tipo de objetos industriales; un montón de cosas que reflejan lo que siento que soy: un amontonamiento de data hermosa inolvidable”.

Bajo un ritmo no lineal donde el arte no es más que hacer indiscutiblemente todos los días, Mica encuentra fascinación y emoción en el oficio diario de creación. “Me encuentro a mí misma rendida, encandilada y sorprendida ante el aprendizaje en general. Así como hago, hablo; como hablo, me visto; como me visto, pienso; como pienso, siento; como siento, soy; y como soy, sueno. Cuando entendés que el arte está en el ser y hacer todos los días, y que eso es gratis, no existe la frustración. Y cuando la frustración no existe, me gusta pensar que la música que construís es libre. En conclusión, me gusta la música libre y eso es todo lo que intento hacer”.

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Ellen Allien lanzará un nuevo EP a través de NonPlus Records

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Ellen Allien es una DJ, productora y diseñadora de playeras que ha labrado su propio camino en el house y en el techno. Nacida en Berlín, Ellen fue testigo de la caída del muro, y con el consiguiente aumento de creatividad en la música electrónica, pronto se convirtió en un miembro importante de la escena de la ciudad. Con sus primeras residencias en Tresor y E-Werk, Ellen fijó sus bases y en poco tiempo gestionó una disquera y la organización de fiestas se sumaron a su agenda. Hoy en día, vemos a la veterana al frente de uno de los sellos más emblemáticos de Berlín, BPitch Control, sin dejar de hacer fiestas y diseño, todo mientras cumple su calendario como DJ.

Esta vez Ellen nos sorprendió con los snnippets de Take A Stand, un nuevo EP que será lanzado el 31 de agosto a través del sello londinense Nonplus Records. Será la primera ocasión en 20 años en que Ellen haga un release fuera de BPitch Control.

A continuación puedes escuchar los adelantos de Take A Stand. ¡Dale play!

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Avandadoom: Un proyecto en busca de psicodelia, bruma e idependencia

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De un tiempo para acá se han gestado distintos colectivos musicales que apoyan las nuevas propuestas, las nuevas bandas mexicanas que surgen por sí mismas y desde abajo. Avandadoom, proyecto que se originó a finales de 2014 en Monterrey, Nuevo León, a lo largo y ancho de su Estado ha hecho una inmensa tarea. Su finalidad, comentan sus integrantes Luis, Ángel, Tony, Humberto y Chivo, es hacer las veces de una plataforma para los grupos nacionales, enfocándose en subgéneros como el sludge, stoner y doom.

“Avandadoom surge a causa de la ausencia de sonido cósmico en la ciudad”, explica Tony, en referencia a sus tres subgéneros preferidos. “Un día nos despertamos con la idea de mejorar esta situación, tomando como ejemplo a Lxs Grises, LSDR Records y otras organizaciones del centro de México”.

Los cinco integrantes que conforman Avandadoom, buscan levantar la música pesada, todas esas voces brumosas que radican en lo subterráneo. “Organizando shows es precisamente como nos hemos dado a conocer”, dice Tony.

“Salimos a la calle, buscamos el venue y a divertirse. Siempre está presente el compromiso con cada una de las bandas que se la parten en el escenario. Pero en estos momentos, más que ofrecer un espacio, estamos en perfecta conjunción con Las Dunas, estudio de grabación de Chivo. Así es la manera como nos sentimos más seguros y confiados de poder realizar nuestros proyectos”.

Las Dunas

Para estrenarse como sello independiente, editaron Volume Death, primer material de Chivo Negro. Sin embargo, aclaran los integrantes de Avandadoom, no únicamente piensan editar o colaborar con agrupaciones ligadas al sludge, stoner o doom; también están abiertos a otros estilos que oscilan dentro de la extensa gama del punk y lo experimental.

“Nuestro segundo lanzamiento fue Desidia (2017) de 90’s, un dúo de noise originario del Poniente de Monterrey. Este material nos ayudó a que la gente se diera cuenta que no solo trabajamos con ciertos estilos musicales”.

Ángel agrega que la escena donde hoy en día se desempeña más Avandadoom tiende a ser un público bastante clavado y exigente, por lo que ya también cuentan con dos lanzamientos más: Ciudades flotantes (2018) de Los Mundos y Superficie de uso mixto Vol. 1 (2018) de Pirámides.

“Son personas que van a los shows y apoyan a las bandas comprando su mercancía. Le dan a la música la importancia que se merece. Respecto a las bandas, de pronto hay demasiadas, pero es parte del crecimiento de esta cultura del rock psicodélico”.

Otra cosa que recientemente comenzó a dar conocer Avandadoom son las sesiones en vivo que grabaron en Las Dunas, como parte de los planes que surgieron entre todos ellos, y en conjunto con Museo Mutante.

Chivo (integrante de Los Mundos), desde que montó el estudio se ha dedicado a buscar nuevas propuestas musicales. La sinergia, recuerda Tony, se dio cuando se conocieron durante la grabación del grupo de los demás miembros de Avandadoom (The Crimson Trip).

“Estuvimos platicando y vimos que teníamos mucho en común, que nuestros gustos musicales eran muy parecidos”, explica Chivo. “Salieron muchas ideas para iniciar la disquera, hacer sesiones de bandas, etcétera. La finalidad de todo esto es hacer algo por el lugar donde vivimos. Si nadie va a traer bandas que nos gustan o si nadie va a hacer discos de música que nos gusta, entonces lo tenemos que hacer nosotros mismos”.

Las primeras sesiones en vivo que Avandadoom presenta, dejando en claro que es una muy buena forma de difundir a las bandas independientes, que quieren enterarse de cosas nuevas y saber de gente que está haciendo algo diferente son:

20 de junio 2018: The Crimson Trip
27 de junio 2018: Heterofobia
3 de agosto 2018: Los Mundos
10 de agosto 2018: Pirámides
17 de agosto 2018: Reptoides
24 de agosto 2018: Moonwatcher
31 de agosto 2018: Owain
7 de septiembre 2018: Tajak

Por el momento, el futuro de Avandadoom estará lleno de nuevos lanzamientos, más tocadas y una segunda temporada de sesiones en vivo que este grupo de amigos ya está cocinando. Mira las sesiones que ya subieron a su canal de YT por acá.

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J Balvin y Nicky Jam cantaron en el show de Jimmy Fallon y están en la cima del mundo

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Hay termómetros claros y visibles en la vida de los artistas. Están los populares sold out, los millones de streamings, la influencia en la cultura popular, los memes, y obviamente The Tonight Show de Jimmy Fallon. El año pasado, lo hizo Luis Fonsi con "Despacito", y este 2018 le tocó a la probable canción más importante en español del año: "X". Nicky Jam la cantó en la final del Mundial de Rusia 2018, con una camiseta tierna con la cara de J Balvin. Pero al show de Jimmy Fallon sí fueron los dos. En un medley de "Mi gente" y "X", Nicky Jam y Balvin pusieron a Fallon a hacer el bailecito que nos hartó a todos en Instagram de la canción. Fallon trató de mover sus piernas al ritmo de los latinos, pero de a ratos se vio que está más cerca de beber Jack Daniel's en Idaho con algunos abuelitos que salen a cazar todos los domingos, que de bailar. Es bien blanquito el bueno de Fallon.

Nicky Jam y J Balvin están en sus máximos poderes. La cima del mundo. Main. Top. Están viendo desde un rascacielos cómo todo el planeta habla de ellos, los ama, los odia, y copian los tennis que sacan en Instagram. No hay canción que suelten y no sea un hit. Están en un momento tierno y dulce, como si sus músicas fuesen gotas de miel cayendo sobre algún tronco. Sus carreras están lejos de la superficie y de los más normales. Y era una consecuencia bastante lógica llegar al Late Night más querido por los usuarios de internet y consumidores de pollo frito.

Mira el video acá y vean a dos tipos ser bastante exitosos:

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Hey, millennials puristas: respeten al Tomorrowland

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Otra vez en Tomorrowland, el festival de música electrónica más grande y conocido del planeta, nos regala un desopilante detalle con el DJ sueco Salvatore Ganacci haciendo un “clowning” que pasa de largo lo cómico y llega a lo incomprensible durante su presentación en el escenario principal del evento.

Esta cuestión ha dejado en shock a gran parte de la Internet. Dividió reacciones entre quienes "pertenecen" a la industria del EDM y los puristas que no ven un ápice de profesionalismo en unos movimientos corporales estrambóticos con un booth a medio abandonar. No hubo un DJ que realizara un beatmatching y procurara una sesión medianamente leal con el publico. El festival belga, una vez más, queda en entredicho y nos regala piezas virales, que se suman a un puñado de momentos memorables como la experiencia existencial de David Guetta en 2014, la oda al Titanic por Steve Aoki en 2015, o “La Gasolina” de Dimitri Vegas & Like Mike en 2016.

Ganacci, apadrinado por Sebastian Ingrosso y con producciones en sellos como Magik Muzik (Tiësto), Dim Mak Records (Aoki) y Refune Records (Ingrosso), además de colaboraciones con Jillonaire de Major Lazer, ha dejado la vara muy alta en cuanto al contenido viral, el verdadero combustible de la redes sociales.

Riamos para no llorar, podría ser la frase de cajón necesaria en este caso.

¿Pero es necesario esta clase de escarnio mundial? Vale la pena reconocer que el mismo EDM desde que fue separándose del clubbing, se ha convertido en todo un fenómeno de festivales que ha dado mucho de qué hablar por su estética poco ceñida a lo técnico de una sesión de mezcla regular. Los drops, la inmensa cantidad de mash-ups con esos añadidos de “lugares comunes” de la música pop anglo, sumado a los hits del verano actual, se han convertido en los ingredientes predilectos de esta particular gastronomía a la EDM. Tampoco hay que olvidar los perifoneos constantes, porque también es indispensable un micrófono junto a las unidades y el mixer, para después pararse sobre el booth y ondear banderas de toda clase.

Pero, desde mi punto de vista, el EDM ha adquirido dinámicas propias y fans propios, ha sido el puente entre la música popular y la música electrónica, y quienes soslayamos esta clase de “actos” quizás estemos un poco fuera de lugar. El EDM no pertenece al rígido segmento tradicional de la música electrónica donde siempre hubo un DJ encargado de la música y un público atento a bailarla –por mas dispar que fueran los géneros y estilos, siempre ha existido esa regla–. El Mainstage y algunos otros de los dieciséis escenarios del festival belga no son los indicados para nosotros.

Ahora, hablemos de los escenarios que sí pueden involucrarnos como parte activa de dicho festival, escenarios que se enfocan en el techno, house, drum & bass, progressive house, tech house, etc. Tomorrowland es la democratización de la música electrónica, que se vende con una producción titánica, un lenguaje de fantasía y con los nombres más pesados de ese masivo circuito comercial, sin embargo, existen ciertos espacios mencionados para congregar a ese público que es más clásico, de gustos más definidos y que no quiere ir a extender una bandera y esperar ser capturado por los famosos aftermovies en YouTube. Incluso siguen manteniendo conceptos vigentes de antaño como el Trance Energy y el Thunderdome, vitales para todos aquellos que fueron jóvenes a finales de los noventa y principios del 2000, y que por varias generaciones se ha conservado como un baile insignia para los fieles amantes de la música electrónica.

El punto es que no hay porqué alarmarnos por actuaciones que quizás no entendamos o lleguen al punto de irrespetar nuestro criterio, creyendo que no representan los valores con los que nos adentramos a los muchos matices de la electrónica. Pero, al igual como asumimos que muchas veces un DJ o acto en vivo no está ni cerca a lo que era antes, también hay que comprender que la música electrónica, años atrás, no era el brazo predilecto de la industria de la música anglo como lo es hoy en día. Ahora hay intereses económicos en busca de generar mucha más fortuna, tal como pasa con Tomorrowland, Ibiza o con la carrera de Paul Oakenfold. Lo valioso es no perder de vista esos espacios que nos representan y no cegarnos con una actitud “hater”. Por ese mismo escenario de Tomorrowland han pasado Jeff Mills, Surgeon, Speedy J y, tan solo hace una semana, Joris Voorn, Charlotte de Witte y Paul Kalkbrenner.

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Preparan disco compilatorio con las colaboraciones de Gustavo Cerati

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Cuatro años después de su muerte, y un día antes de lo que sería el cumpleaños número 59 de Cearti, Sony Music lanzará una compilación con sus colaboraciones, este 10 de agosto. Estarán grandes nombres como Luis Alberto Spinetta, Mercedes Sosa, Andy Summers, Bajofondo y otros más. Tendrá colaboraciones grabadas en estudio, otras tomadas de conciertos y algunas versiones del argentino como “I’m Losing You” de John Lennon.

En el Twitter del ex Soda, ya se mostró algo del nuevo arte del disco. Un micrófono en blanco y negro volando como un cohete en un fondo negro será la carátula y contracarátula, diseño del ganador del Grammy Latino al Mejor Diseño de Empaque, Alejandro Ros.

Abajo el tracklist de canciones para Satélite Cerati. El disco sale el próximo 10 de agosto.

1 - “Tráeme la noche”, con Andy Summers.
2 – “El Mareo”, con Bajofondo.
3 – “19”, con Emmanuel Horvilleur
4 – “Zona de Promesas”, con Mercedes Sosa
5 – “Los Libros de la Buena Memoria”, con Luis Alberto Spinetta
6 – “Desde el Papel”, con 202
7 – “Eiti Leda”, con Fabiana Cantilo
8 – “Sueño en Gotas”, con D-mente
9 – “Té Para Tres”, con Luis Alberto Spinetta (live)
10- “Bajan”, con Luis Alberto Spinetta (live)
11 – “I’m losing You” con Los Durabeat
12 – “Electroshock”, con Telefunka
13 – “Nunca Iré", con No lo Soporto
14 - "Tesoro", con Leo García.

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La historia detrás del video de J Balvin cantando en una peluquería

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Hoy en día todo el mundo quiere tener algo que ver con J Balvin. El cantante paisa se convirtió en el nuevo Rey Midas del reggaetón y se volvió costumbre que canción que toca, canción que se convierte en un palo instantáneamente. Y no solo se vuelve un éxito en Colombia, en Sudamérica o en Latinoamérica, sino a nivel global, sonando literalmente desde Medellín hasta el mundo entero. Y sí, la corona del reggaetón estuvo muchos años en Puerto Rico, pero no hay duda de que ahora está en el Valle de Aburrá.

Y es que solo basta con seguir a Balvin en redes para ver como llena conciertos en cada tarima a la que se monta, se codea con el jet set internacional y hasta lanza su propia línea de ropa, porque hasta en eso la rompe José. El hombre está redefiniendo las barreras del mainstream, llevando al reggaetón al centro de la discusión del pop y la música comercial, y Vibras, su último álbum, es esa gran muestra de que el género ya no tiene barreras en términos sonoros y se está llevando constantemente a nuevos niveles de la mano de productores jóvenes antioqueños como Sky rompiendo el bajo, Mosty o Bull Nene.

Ahora bien, la historia no siempre fue este boom global que estamos viviendo, hubo un ante. Si nos devolvemos más de diez años en el tiempo, el panorama era bien distinto. El reggaetón hecho por artistas locales estaba apenas comenzando a pegar por todo el país y grupos como Golpe a Golpe, Fainal & Shako o el mismo Balvin, andaban sacando sus primeros totes. Sonaban en radio pero para realmente darse a conocer, cantaban fin de semana tras fin de semana en discotecas, primeras comuniones, matrimonios, grados y hasta ferias en colegios. Era un combo con un sueño pero que en ese momento andaba hasta ahora despegando.

Un poco antes de eso, entre el 2005 y el 2007, se grabó ese famoso video de J Balvin tocando en una barbería en Bello, Antioquia. Con gafas oscuras grandes, una pañoleta verde y sin la cantidad de tatuajes que tiene hoy en día, se ve a Balvin cantando “Extasis” -tal vez su primer gran éxito en el país- en un clip que poco más de tres minutos que se volvió viral y para muchos representa esos comienzos humildes de un artista que hoy está en la cima del mundo.

“Ese video fue en la apertura de la barbería de un parcero del combo que empezó con todos nosotros y se llama Jay T. Desde sus inicios era conocido como El Rapero de Bello y aparte de rapear, motilaba al estilo de Daddy Yankee o Wisin y Yandel, que era la moda entre los jóvenes”, cuenta Pequeño Juan, la otra mitad de Golpe a Golpe junto a Mr. Dec que aparece en el video con una cerveza Pilsen en la mano. Una inauguración en la que no solo cantó J Balvin sino también se presentaron otros artistas de la época como Gran Chester, DJ Gringo y el mismo Golpe a Golpe, que comandaba la escena del reggaetón local en el país bajo la producción de Alexander DJ y grabando en el estudio de La Palma Productions.

Una primera ola de reggaetoneros paisas que ya funcionaba como un pequeño gremio local conocido como Colombian Flow y que como dice Pequeño Juan, “todos venían de experiencias de la calle, de improvisar en las batallas de freestyle, de estar de discoteca en discoteca y esquina en esquina, de rimar, de escribir, de compartirnos las cosas y de soñar”. Un primer momento en la historia de J Balvin y por consiguiente del reggaetón, que quedará por siempre como el registro de un artista que empezó de abajo y hoy en día tiene al mundo entero hablando.

La extraña carta de "perdón" de la Policía de Maine a Marilyn Manson tras arrestarlo

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El pasado 29 de julio el antichrist superstar se encontraba en el Impact Music Festival en el estado de Maine en EE.UU. en una fecha más de su gira junto a Rob Zombie. Mientras esperaba su turno para presentarse, no tenía su maquillaje y el oficial Curtis Greiner lo confundió con un fan colado en el backstage y procedió a arrestarlo. Poco después lo reconocieron y liberaron.

Esta oportunidad la tomó el controversial artista para postear en Instagram un video con “No me gustan las drogas (I don’t like drugs)” como descripción mientras fumaba marihuana.

Después, en otro post, escribió “Pero le gusto a la policía (But the cops like me…)” mientras le ponían las esposas jugando con su canción “I don’t like drugs, but they like me”.

La policía no se quedó atrás y sacó el siguiente comunicado con el mismo tono de chiste para reivindicarse con la comunidad musical en su página oficial de Facebook.

“Con el fin de evitarnos un montón de llamadas, queremos informar que Marilyn Manson simplemente fue esposado y liberado inmediatamente después.

El agente Curtis Grenier, conocido por escuchar únicamente Enya y un poco de Oasis, se encontraba en el backstage del Impact Music Festival. No reconoció al Sr. Manson sin su maquillaje. Nuestras disculpas.

Después, cuando se acercó a Rob Zombie, se escuchó decir al agente Grenier “nunca le he visto en ‘The Walking Dead’, así que no creo que sea para tanto”.

Grenier ha sido relevado de tareas en el backstage de conciertos durante el futuro cercano. El jefe ha determinado que Grenier puede trabajar en backstages únicamente de Lord of the Dance (espectáculo de baile celta) o cualquier cosa relacionada con Disney.

Deja tus manos quietas, deja a otras personas en paz y se amable con los demás. Estaremos ahí. Con las personas bonitas (“The Beautiful People”)”

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'Play' la nueva mini-serie de Dave Grohl donde interpreta siete instrumentos

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Esta nueva entrega audiovisual del ex baterista de Nirvana será el retrato de cómo fue grabar una pista instrumental de 23 minutos donde él solo toca todos los instrumentos. Tendrá dos entregas: la primera es un detrás de cámaras narrado por el mismo Grohl y la segunda es un montaje audiovisual de la grabación del tema. Además, vendrá acompañado de una experiencia virtual que permitirá al usuario "tocar" cada instrumento que utilizó el multi-instrumentista. Aún se desconoce por dónde podrá verse.

Según Grohl, esta idea surgió de ir a recoger a sus hijas a la escuela donde aprenden música y ver cómo se esfuerzan los niños por conocer el instrumento que tocan. “Incluso ahora, siendo un hombre de 49 años, todavía estoy tratando de entenderlo. Es algo que nunca llegas a dominar realmente”, añade el cantante con algo de nostalgia. Por ahora nos toca esperar y seguir viendo el despliegue audiovisual de uno de los rockeros más carismáticos de este tiempo, revisando piezas que ha creado como Back and Forth (2011), Sound City (2013) y Sonic Highways (2014).

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Fito.C es un MC de Monterrey afiliado a un partido político

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Fito punto Ce es un nombre relevante del rap de Monterrey en los últimos 15 años. También es uno de los amlovers más aguerridos del timeline. Fito es parte de una generación de raperos que comenzaron sus andadas en el seno de Tres G, el colectivo regiomontano fundado en 2001 por él, Quid Comba (Miguel Contreras), Jars Man y Tocadiscos Trez y que entienden el hip hop como una forma de hacer comunidad.

Tres G ha sido un pilar fundamental en el desarrollo del hip hop en la Sultana del Norte y en torno a su ciencia han gravitado proyectos como Trigarante, Skool 77, Menuda Coincidencia, La sarta de barbajanes, Bribones hasta el cuello y más recientemente Cromosapiens. Sus aportaciones no han sido solamente musicales, sino de todo tipo: una escuela determinante para su ciudad.

Me comencé a escribir con Fito durante la elección presidencial de México en 2018, debido a que es uno de los raperos que, más allá de los memes, defendía y promovía abiertamente el proyecto del ahora virtual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Es justo decir que me movía cierto morbo y el escepticismo de muchos ciudadanos que nunca hemos militado ni simpatizado con algún partido político. Nunca he votado y he sido apático ante cualquier fenómeno electoral del corte que sea. Y en el mundo del hip hop en México, la postura abiertamente partidista de Fito, es aún más rara.

No soy ciego. Si en su discurso del Zócalo del 1 de julio, AMLO agradeció a las “benditas redes sociales”, fue porque en ese terreno se libraron batallas importantes para seguidores y escépticos. Y conozco el trabajo de Fito desde que formaba parte de los Bribones hasta el cuello, junto a Trez y Miguel Contreras. Recuerdo esa era del rap mexa en la que la “Hip Hop Revolución” fue protganosita y, fuera del Sonido Líquido, La Vieja Guardia y Caballeros, editaba los mejores trabajos, tenía los shows más nutridos y al público más fiel. Hablo de la triada formada por Bocafloja, Akil Ammar y Skool 77. (Ahora me veo ahí, púber e inocente, coreando “Sector Lucido”, “Todo sigue igual”, “Lo que más pesa” o “El día de mi suerte” en el foro Alicia. Así es la vida).

Pero también recuerdo que la gran mayoría de esos raperos no defendían ningún partido político establecido; al contrario, mantenían su solidaridad con causas independientes, como la de EZLN, los maestros, radios comunitarias, mediactivistas, cooperativas, estudiantes y el largo etcétera del activismo social de este país. En fin, he crecido, Fito y el rap mexicano también. Así que quise mantener este diálogo con él, justo en el momento en que el fenómeno Morena arrasó en las elecciones pasadas, tendrá la mayoría en el Congreso, la gubernatura de la Ciudad de México y, desde luego, la Presidenjia de la República.

NOISEY: Recientemente uniste fuerzas con Cromosapiens (Jars Man, Jonah, Sergio Funk, DJ Ventura), un combo que representa un refresh interesante para el género, por su identidad y sonido.
Fito.C: Cromosapiens era un proyecto que Jars Man había visualizado desde 2013, cuando me encontraba grabando Los hijos de los días. Él y Sergio Funk eran los que ya tenían en mente la movida de devolver el funk a los escenarios. Así que mientras grababa mi disco, Jars Man llegaba con estos beats funky y yo me emocionaba con ellos. Sergio y yo empezábamos a improvisar ideas y terminamos dando forma a Cromosapiens y a nuestro primer EP, Lando.

Cromosapiens se crea en torno a Tres G, colectivo con larga historia en la producción de hip hop en Monterrey. ¿Cómo te involucraste? ¿Cuál es la historia del proyecto y en qué momento se encuentra ahora?
Me involucré hace más de 15 años. Todo comenzó porque éramos amigos de la misma colonia. Yo tenía un grupo de música con Jars Man, actual productor y beatmaker de cabecera en Tres G, y él a su vez tenía un grupo con Miguel Contreras, fundador del colectivo y hermano mayor de Sergio Funk.

El objetivo principal del crew era desarrollar una plataforma cultural para potenciar la difusión del hip hop, de nuestras canciones, así como organizar eventos culturales para ser un referente nacional con nuestro trabajo.

Actualmente Tres G trabaja en cosas independientes. Por un lado, está La Sarta de Barbajanes (Quid Comba, Menuda Coincidencia y Peus Lee), quienes trabajan en su más reciente proyecto; por el otro, estamos Cromosapiens, preparando nuestro segundo EP.

Lanzaste en 2014 Los hijos de los días y has soltado un sencillo, “Extraordinario”, de tu proyecto solitario, ¿cómo va eso?
“Extraordinario” fue el primero de una lista de seis tracks que tenía pensado publicar hace un año. Son canciones con beats a doble tempo y sonidos menos boom bap, pero repletos de crítica social. Sin embargo, decidí esperar y dedicarme más tiempo a Cromosapiens.

Tus raps tienen una orientación sociopolítica, algo muy presente en Los hijos … ¿te sitúas en el espectro de la izquierda?, ¿haces “raptivismo”?
Me siento más pegado al pensamiento de la izquierda que al de la derecha, pero mentiría si te digo que profeso una ideología de izquierda de manera ortodoxa. La mayoría de mis raps, y en especial Los hijos de los días, comunican mi punto de vista e intentan poner sobre la mesa cosas que están pasando en el país y en el mundo. Darle importancia a lo colectivo sobre lo individual, imponer al amor sobre el dinero, y despegarnos de lo material, son algunos de los ejes del disco. Considero que estas ideas, independientemente del lado que estés, son de suma importancia y todos podemos tratarlas y comulgarlas.

¿Militas en algún partido político?
Sí, en Morena. Soy fundador del partido en Monterrey, aunque ya no estoy tan activo como hace tres años. Y antes de eso, jamás había pertenecido a algún otro.

Soy una persona que no abreva del sistema de partidos. Me llama la atención que seas de los pocos raperos que defendió y promovió abiertamente a un candidato durante las recientes campañas.
Todo empezó en el 2004-2005. Antes de esos años a mí no me interesaba la política. Pero un día, vi la noticia del proceso de desafuero contra López Obrador. Me llamo la atención que existiera un juicio contra un político del entonces Distrito Federal por “violar la ley”. La primera impresión que tuve fue “qué bueno, que se haga justicia”. Pero unos minutos de raciocinio después me dije “ah cabrón, ¿en el país donde los políticos corruptos nunca pisan la cárcel, por fin se hará justicia?”. Y en ese entonces viajaba mucho a DF por cuestiones del rap, con el grupo Bribones hasta el Cuello, que teníamos Tocadiscos Trez, Miguel Contreras y yo. Entonces pude ver de cerca cierto fenómeno social en torno a AMLO; a muchas personas que veían una posibilidad de cambio. A partir de eso me interesé por él y su ejercicio en el gobierno, hasta que terminé formando parte de su movimiento.

¿Cuál es tu balance de las recientes elecciones, de los resultados y del fenómeno postelectoral?
Creo que fue bueno. No sólo porque ganó la opción que me parecía la mejor, sino porque el ejercicio democrático fue mayor y más consiente que otras ocasiones. Además, la ciudadanía despertó un criterio que estaba dormido y creo que estará más al pendiente de todo lo que haga o no haga el gobierno.

Hubo una era del rap mexicano definida por su consciencia política. Hablo de raperos como Akil Ammar, Skool 77, Bocafloja, incluso en Tres G Contreras y tú mismo. ¿Qué piensas de esa era?
Era una era muy comprometida con su generación, con sus palabras. Se trató de una generación completamente dedicada a lo colectivo. Sin embargo, esa misma generación se hizo más individualista y perdió su esencia.

¿Qué piensas sobre las principales críticas que se le hacen a la política de alianzas que tuvo y tiene AMLO, como lo del PES (un partido conservador) y el caso de Napoleón Gómez Urrutia, por ejemplo?
La política de alianzas no es algo que, considero, le agrada mucho a López Obrador; sin embargo, hay algo que muchos no toman en cuenta: vivimos tiempos tan difíciles que lo que se necesita es sumar. Los partidos en el poder han sido dos —PRI y PAN— y están coludidos, así que ir a la guerra solos era casi imposible. Recordemos las elecciones de 2006. Si hubiéramos tenido una alianza un poco más grande y organizada, se hubiera evitado el fraude electoral.

Es importante mencionar que, por otro lado, las alianzas se dan porque es necesario que en el cambio participen todos. Por suerte o desgracia en México hay muchos conservadores, liberales, políticos, apolíticos… no obstante, hay un punto de coincidencia para todos: el país no está creciendo y para lograrlo es necesario que todos, con nuestras diferencias, lo saquemos adelante.

Pongo un ejemplo cercano: recuerdo tiempos en el hip hop cuando se buscaba que hubiera un buen festival. Ese era el plan, pues no había una escena. En los primeros eventos había grupos buenos, otros malos, unos comerciales y otros más radicales, pero el objetivo en común para todos es que hubiera una escena. Actualmente, aunque han cambiado las cosas, podemos ver shows y subescenas completamente desarrolladas. Existe ya un camino. No quiero decir con esto que se debe aceptar cualquier cosa, pero ser conscientes que un cambio no se da de la A a la Z de inmediato, sino por cada una de las letras.

Con lo de Napoleón Gómez Urrutia no estoy de acuerdo. Pero, por ejemplo, tengo amigos que conocí por el rap, cuyos sus papás son mineros y realmente apoyan y consideran a Napoleón como perseguido político. Es muy extraño, la verdad. Y es como comentaba antes: una parte del sindicato apoya Napoleón y en estas elecciones estuvieron cuidando casillas y evitando fraudes. Es decir, se sumaron a la batalla y bajo ese concepto, pues, bienvenidos sean.

Por otro lado, existía en el imaginario colectivo esta idea de que el norte del país era indiferente a AMLO. En 2012 consiguió la mayoría de votos en un promedio de mil 200 secciones de las más de 12 mil en los siete estados de la frontera norte, pero el pasado 1 de julio obtuvo 10 mil 392. Morena arrasó en esa región, ¿cómo ves esto como regio?
Muy bien, la verdad. La clave del éxito en el norte se debió a que todo el movimiento se ha dedicado estos años a organizarse y a concientizar a todas las personas. Además, en estos tiempos de mucho individualismo, es bueno que la gente esté unida. En este caso, el norte con el sur.

Ciertamente, el hip hop es una cultura que ha estado fuertemente ligada a movimientos sociales, a causas históricas, y de pronto existe esta disyuntiva o dicotomía que la pone también en un mood apolítico, ¿no?
Todos son libres de hacer y pensar lo que sea, pero todo es política. Y, como se dice por ahí, “sí, sé que a usted no le interesa la política, pero a ellos les interesa más que usted no le importe la política”.

¿Particularmente, qué es lo te llama más la atención de un proyecto como el de Andrés Manuel?
Lo plural. Muchas corrientes, muchos ciudadanos, afiliados, no afiliados, muchos jóvenes y, sobre todo, mucha equidad de género.

¿Por qué no ir Jaime Rodríguez Calderón, el “Bronco”? ¿Cuál es tu balance de este personaje?
El Bronco no representa una opción. Lo considero un analfabeto funcional que no tiene ninguna visión del país. Acá en Monterrey no ha hecho más que “ahorrar dinero”, pero el bienestar no se siente. Además, solo gobernó unos meses. Por otro lado, tiene una deuda muy grande con los maestros del Estado y es algo que no le aplaudo, pues los maestros de Nuevo León son gente muy trabajadora y no es justo que enfrenten injusticias por parte del gobernador.

Cómo ves la reciente polémica que ha desatado la designación de Manuel Bartlett Díaz como próximo director de CFE, su relación con AMLO y el papel histórico que ha representado (PRI, fraude 1988, etc.).
Sinceramente no me gusto, no te puedo dar un nombre de algún otro candidato para ese puesto, pero sé que hay personas capaces. Sin embargo, entiendo que para sacar al país adelante hay que organizarse de la mejor manera y si esa designación está planeada estratégicamente según su plan, habrá que ver y evaluar los resultados.

¿Cuáles consideras que son los límites de una propuesta como la de AMLO?
Los límites comienzan por el hecho de que es una propuesta muy amplia y no podrá ejercerse al pie de la letra. No obstante, la ciudadanía tendrá que entender que eso no significa fracaso, que significará que está en camino. Por supuesto que tenemos que vigilarla y exigir resultados. No le entregamos un cheque en blanco, vamos a pedir cuentas y a eso no estamos acostumbrados.

¿Cómo vislumbras este próximo sexenio?
Más dinámico, un ejercicio más cercano a la verdadera democracia.

¿Podría de alguna manera ganar el rap y el hip hop nacional con un presidente y un proyecto de gobierno de esta envergadura?
Claro, este cambio de gobierno es una coyuntura para todos. El arte, la ciencia, la educación y por supuesto el hip hop.

¿Qué viene para tus proyectos musicales?
Viene otro EP con Cromosapiens, todavía más recargado de funk. Estoy armando la estructura de lo que será mi próximo disco como solista; tengo varias letras e ideas, lo quiero hacer muy dinámico, invitar a varios raperos. Y por ahí tengo la intención de armar algo de Lo-fi hip hop. La verdad me llama la atención y es el mood en el que estoy actualmente, jajaja. Esperen más cosas.

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El cuento psicodélico de la música olvidada de Terence McKenna sobre el DMT

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Terence McKenna, el último etnobotánico y autor, era un verdadero polímata. Además de su investigación sobre metafísica y chamanismo alucinógeno––que le dio el dudoso honor de ser el "Timothy Leary de los años 90"––fue profesor, contrabandista de hachís, e incluso, coleccionista de mariposas. Estas son las historias más comunes que lo siguen, las coloridas anécdotas que se adhieren fácilmente a un hombre demasiado involucrado en la filosofía y la psicodelia. Pero menos personas saben que McKenna también estuvo involucrado en la escena rave temprana, tanto en Estados Unidos como en el extranjero, a menudo expresando su filosofía psicodélica única antes de tropezar con multitudes mientras la música trance retumbaba y se proyectaban fractales en cascada en una pantalla.

El mejor ejemplo de esto es probablemente Alien Dreamtime, una grabación en vivo durante un evento multimedia de 1993 realizado por Spacetime Continuum en el Transmission Theatre en San Francisco. También está "Re: Evolution", un single de acid y techno de 1992 en The Shamen, presentando las predicciones de McKenna de que "la historia se está acabando", lo que llamó como el "Renacimiento Arcaico". Esto fue mucho antes de que todos los productores de psytrance como Shpongle y Wizack Twizack comenzaran a probar los discursos de McKenna. Incluso Sheryl Crow una vez mencionó el credo del tecno-chamán en el que "El cosmos se sienta en la punta de un alfiler".

Pero de todos estos esfuerzos de grabación, antes de convertirse en un cliché, una banda prácticamente desconocida llamada Zuvuya parece haber capturado mejor a Terence McKenna. Aparte de algunos singles, el trío de ambient del Reino Unido solo produjo dos álbumes de larga duración, Dream Matrix Telemetry y Shamania , ambos grabados con McKenna alrededor de 1993.

Zuvuya––el nombre fue tomado de un término maya para "The Big Memory Circuit"––fue Paul Chousmer, Phil Pickering y Mick West. Todos ellos fueron veteranos de la escena underground de la música psicodélica durante los años 80 y principios de los 90, cuando el ex-funerario y promotor Christian Paris organizaría una "psychedelic fun house" en un club llamado Alicia en el país de las maravillas o llevaría a la gente al medio de la nada para Magical Mystery Trips, como raves en las Cuevas de Chislehurst. Incluso hubo fiestas al aire libre en Stonehenge antes de que la primera ministra Margaret Thatcher enviara policías para impedir el festival anual en 1985, se conoció como la Batalla de Beanfield.

"La Generación E tenía un gran interés en el chamanismo y el budismo que surgió del ethos pagano en torno a Stonehenge", dice Chousmer en una entrevista con Noisey. "Creo que muchos en la Generación E estaban buscando significado en el uso de drogas más allá del mero hedonismo, así que cuando escucharon a Terence con su atractivo acento californiano describir coherentemente sus experiencias y teorías, tocó su lado más sensible, y muchos comenzaron a verlo como un gurú".

Chousmer conoció a Pickering en 1983 en una banda llamada Ring of Roses, que firmó con RCA por £ 100,000. Pero el cantante principal, James Vane, arruinó todo sin antes lanzar nada.

"Además de la traición, y de haber sido estafado sin dinero, creo que tuve la suerte de alejarme de esa mierda sin talento", dice Chousmer. "¿Quién ha oído hablar de Ring of Roses? No hicieron un solo álbum. ¡Nada! Es un caso real de estilo sobre contenido".

Chousmer solo quería hacer música, dice, así que se conectó con Pickering en Cornwall para formar un grupo de rock progresivo psicodélico llamado Webcore, junto al poeta local Mick West. Antes de disolverse en 1987, Webcore tocó en clubes y fiestas alrededor de Londres, a menudo con el otro proyecto de Chousmer, Another Green World, una grupo de ambient que más tarde, alrededor de 1991, se convirtió en Zuvuya.

The cover of 'Dream Matrix Telemetry'

Zuvuya se aferró a esa "corriente filosófica profundamente pagana", tal como se describieron a sí mismos. Richard Allen, del sello Delirium Records, fue alentador para muchas de las bandas en la escena de ese momento, dice Chousmer. Fue él, según Chousmer, quien sugirió la colaboración entre Zuvuya y McKenna y lo preparó. McKenna estaba viviendo con su amigo, el investigador Rupert Sheldrake, en Hampstead Heath, y la banda fue invitada ahí para una "entrevista", que finalmente se distribuyó en dos discos.

El segundo álbum de Zuvuya, Shamania, está más inspirado por la danza, plagado de didgeridoos que hacen cosquillas en la garganta, mientras que Dream Matrix Telemetry, es fiel a sus principios, refleja una experiencia con N, N- dimetiltriptamina o DMT.

DMT es un psicodélico potente y de origen natural, y uno de los principales ingredientes activos en la bebida enteogénica ayahuasca. Cuando se fuma, los efectos del DMT son de corta duración, aproximadamente 15 minutos, pero incluso un viaje breve puede producir profundas experiencias místicas en algunas personas. El Dr. Rick Strassman lo llamó la "Molécula del Espíritu", y muchos consumidores, incluido McKenna, profesaron encuentros con seres de otro mundo, a los que denominó "elfos de las máquinas".

"Lo que está sucediendo en el otro lado es que estas criaturas gnomo duende hablan en un lenguaje que ves", dice McKenna entre los rituales tribales de "The Whisper in Trees" en Shamania.

Pero Dream Matrix hace un mejor trabajo emulando una experiencia real de DMT, el álbum, que es un track de 53 minutos, es tres veces más largo que un viaje normal. Comienza lento, con aleteo onírico, la voz de McKenna entrando y saliendo, explicando lo que implica una experiencia DMT al hacer un eco que se desvanece a la deriva. El torbellino se vuelve más fuerte, lleno de niños risueños entre cascadas apresuradas antes de llegar a un zumbido que resuena con cantos confusos y trinos extraños.

El álbum me transporta a ese interminable y palpitante pasillo de calaveras aztecas y fondos de pantalla de ojos que todo lo ven. Los últimos minutos del álbum son una especie de degradación interdimensional, el mundo vuelve a enfocarse con un zumbido interior.

"Es como un carnaval hipercósmico que realmente acampa en tu mente. El niño en la botella, la niña con cara de chivo", dice McKenna. "De alguna manera rompí la membrana entre mí y el espacio común".

Los elfos de la máquina, que McKenna describe como "balones enjoyados y autodirigidos", tienen una apariencia sónica como balbuceos de sonidos alienígenas. Simplemente escuchando puedes sentir como si se hubieran manifestado frente a ti.

"Creo que los sonidos de los 'elfos de la máquina' vinieron encadenando varios efectos en un Yamaha SPX90", dice Chousmer. "Esto fue antes de la revolución del estudio con producción en computadoras–––mucho antes de que existieran los plugins––– No recuerdo la configuración de grabación, pero estaba usando un Korg M1, también un Roland Jupiter 6, más un Roland SH09 ".

Sin embargo, poner McKenna en cinta fue un poco más fácil.

"Conecté un micrófono a una grabadora DAT portátil, lo puse frente a Terence, ¡y luego él solo habló y habló! Él no necesitaba mucho estímulo. Simplemente me gusta escribir sobre sus temas favoritos", recuerda Chousmer. "Estaba realmente impresionado de conocer a Terence, pero estaba muy relajado... Recuerdo que su hijo adolescente [Finn] también estaba ahí".

El difunto Fraser Clarke, fundador y editor de Encyclopaedia Psychedelica, fue indispensable para llevar a Terence McKenna a Reino Unido y Zuvuya tocó en algunas de sus lecturas en pequeñas librerías.

"Eran audiencias extrañas. En su mayoría parecían adorarlo, todos sentados en el suelo, ya sabes ", dice Chousmer. "Y él solo estaba definía el ritmo, de la forma en que lo hace, atrás tocábamos cosas muy relejadas. Ya sabes, solo un par de sintetizadores".

Pero Zuvuya no duró mucho más después de eso. La banda no tuvo muchos shows o giras y ahora tienen una escasa presencia en la web, dominada por otros dos grupos, uno de Nueva Zelanda y el otro de Colorado, que comparten el mismo nombre. Traté de contactar a Pickering y West, pero no pude encontrarlos.

"Simplemente se esfumó", dice Chousmer. "Mi hijo mayor nació y comencé a dar clases en una universidad local, realmente, me enfoqué solo en eso".

Finalmente, Pickering "se escapó" a Colombia, como lo dice Chousmer, y nunca volvieron a hablar. Se rumoreaba que West se había metido en las drogas más duras, lo que Chousmer no quería cerca de su nueva familia, aunque dice: "No lo quería a mi alrededor así que... "

Quizás esto sea apropiado para una banda tan ligada a las experiencias psicodélicas. De ensueño, breve, como una chispa contra cierta sustancia cerosa y anaranjada en una bombilla de cristal que te teletransporta a un lugar extrañamente familiar que nunca antes habías visitado.

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Conoce a Daymé Arocena, el futuro de la música cubana

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Daymé canta como sonríe: amplia y enérgicamente. De su voz entre ronca y potente se disparan versos rumberos que invitan al quiebre de cintura a punta de paso fino, calidoso. Pero también de su garganta surgen profundos gritos espontáneos convertidos en solos magistrales, melancolías contemplativas y narraciones preciosas que remontan a las calles de la capital cubana, al malecón habanero, al Paseo de Martí. Es la banda sonora para la abstracción, es la historia, su historia, narrada en cada verso que constantemente encaja perfectamente con la banda que siempre la acompaña de fondo, que abraza cada palabra y la convierte en seducción para el oído de cualquiera.

A la vez alegría improvisada en clave de jazz y rumba y lamento nostálgico de bolero; a la vez arrullo de son y diversidad de world music, mística yoruba e hipnotismo a base de virtuosismo. Eso, en un resumen forzado, es más o menos el cosmos en el que flota una de las voces más increíbles de la Cuba contemporánea.

Esta hija del barrio Diez de Octubre en La Habana, graduada del sistema de educación musical como directora de coro, y fundadora unos años atrás de una banda de jazz totalmente integrada por mujeres, Alami, representa la nueva sangre de la música hecha en la isla. Y aunque para muchos haya pasado desapercibida, ha publicado hasta ahora, con tan solo 26 años, dos discos: Cubafonia (2017), Nueva Era (2015), un EP One takes (2015) y una serie de increíbles remixes que se pueden encontrar en su Spotify. Eso, sin contar que es una de las apadrinadas más queridas de Gilles Peterson, un DJ británico en todo el sentido de la palabra, un nómada del world music, un descubridor de joyas como Dayme.


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Previo a su primer aterrizaje en Bogotá, Colombia, y luego de llevar años conquistando tierras europeas con la varita mágica que es su voz, decidimos adentrarnos de una manera más íntima en su mundo. En sus gustos musicales, sus inspiraciones y referentes que la hicieron convertirse en la figura que es hoy: la gran promesa de la tierra de grandes como Omara Portuondo, Benny Moré, Compay Segundo y la Buena Vista Social Club. Le perdimos una lista con sus 10 discos esenciales, para así descubrir su universo lleno de jazz, RnB, soul del clásico y del futurista, world music, funk, rap y hasta música popular brasileña.

Bienvenidos al viaje.

***

1. The Best of Nina Simone
Nina Simone

Nina marca un antes y un después en mi adolescencia. Antes de escuchar este disco creía que lo mejor que podía cantar era a Cristina Aguilera. Cuando descubrí "I Put A Spell On You" en la versión de Nina me di cuenta que ella era el inicio para encontrar mi propio yo. Fue mi puente hacia el jazz. En ese disco se encuentran mis canciones preferidas en su voz.

2. Dance with the queen
La Lupe

La Lupe es la representación de la mujer cubana dentro del jazz de los años 60. Ese disco me dio las herramientas para hacer jazz sin dejar a un lado la cubanía.

3. Doce Boleros Mios
Marta Valdés


Marta Valdés es mi compositora cubana preferida. Sus obras suenan en las voces de muchos pero Doce Boleros Míos es un disco desnudo donde escuché a Marta por primera vez cantar su obra acompañada de una guitarra. Sentía que podía tocar su alma a través de la música. Desde ese momento decidí ser cantautora y defender mis ideas.

4. Grandes Éxitos
Bola de Nieve

Este disco reúne las canciones más sutiles y auténticas que conozco en la interpretación magistral de uno de los grandes amores musicales de mi vida: Bola de Nieve.

5. Soldier of Love
Sade


Es el disco preferido de mi padre y lo escucho desde que era niña. Escuchar a Sade es como una reunión con mis raíces y mi familia.

6. Ao Vivo
Djavan


Todos los alumnos del Conservatorio Amadeo Roldán heredamos este disco por generaciones y nadie sabe por qué. Lo que está claro es que es como una lección de vida porque Djavan nos hace sentir que tenemos que crecer para componer tan complejo y a la misma vez tan universal. Es un álbum que no le teme al tiempo.

7. Niña de Fuego
Concha Buika

Mi primer contacto con la música española, de la que me enamoré por su complejidad rítmica, armónica y melódica, gracias a Concha que llegó a mis oídos como cantante de jazz y me transportó a casa, porque los cubanos somos muy españoles.

8. To Pimp a Butterfly
Kendrick Lamar


Rompe con todos los esquemas e incluso ideas muy absolutistas y generalizadas que tenia para con el hip-hop. Me hizo reír, llorar, bailar y reflexionar. Es un todo en uno; una clase magistral de comunicación y arte.

9. Choose your weapon
Hiatus Kaiyote

Mi disco preferido de los últimos tiempos. Siento que me ubica en tiempo y espacio. Desafía la geografía con un lenguaje propio y otro común, que es la música en si.

10. Residente
Residente Calle 13

Más que un gran fonograma siento que es una investigación casi musicológica, sólida.... Es como un viaje a la semilla y motivo de inspiración para saber que somos y de dónde venimos.

***

Daymé Arocena será la encargada de abrir el ciclo de concierto Tempo Trópico en Bogotá este viernes 3 de agosto junto a Elkin Robinson directamente de Providencia. Más información aquí.


Olvídate de Pablo Escobar, Lao Ra es ahora la “Patrona”

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Escuchar a Lao Ra es sentir una mirada penetrante e intimidadora de una mujer que sabe lo que quiere y a lo que va. En cada canción que ha sacado hasta el momento, se siente la actitud retadora y rebelde de una chica caprichosa y parada en la raya a quien las convenciones sociales le saben a mierda y por lo mismo no tiene miedo de expresar lo que siente.

“Patrona”, su más reciente lanzamiento, no es la excepción. Con ritmo hipnótico en las bases que se debate entre el global bass y el dembow, y una voz que evoca cierta similitud a la desafiante M.I.A, llega la colombiana residente en Londres y reina del pineapple pop, a decirte de frente que en una industria marcada por el machismo, ella es la que manda, mientras paralelamente te sirve salsa picante en la punta de la lengua para que te recorra el cuerpo, te active y te seduzca todo.

Según ella: "es una canción sobre ser latina, mujer y poderosa. Es sobre poseer el pasado y convertirlo en algo que te haga sentir orgulloso. Quiero cambiar la mente de las personas cuando hablen sobre Colombia, para que cuando lo hagan no vuelvan a mencionar a Pablo Escobar, a las drogas ni a los narcotraficantes. Desde ahora van a hablar sobre mí, La Patrona".

Después de “No pressure”, canción que estrenó en junio de este año, este sería el segundo adelanto de su próximo trabajo que espera ver la luz en diciembre de este año y que por lo que hemos venido escuchando, será un tote para la pista y una declaración de empoderamiento lejos del discurso académico y más bien cercano a un sentimiento de liberación desde el cuerpo.

Escucha “Patrona” aquí abajo.

MPEACH y la nostalgia reggaetonera

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Mariana Martin Capriles es una artista multidisciplinaria de Caracas, Venezuela, radicada actualmente en Brooklyn, Nueva York. Cantante, escritora, directora y diseñadora. MPEACH tiene un largo camino recorrido desde sus días como parte de la banda de culto venezolana Todosantos, como miembro del colectivo Abstractor junto a Pocz, Pacheko y Cardopusher, hasta sus días como artista independiente donde ha sido colaboradora de artistas como Los Amigos Invisibles y The Joshua Light Show; además ha realizado instalaciones dentro del BRIC Contemporary Art y la Safari Gallery en Nueva York.

Actualmente se encuentra realizando un nuevo material donde rinde homenaje a la nostalgia de los primeros días del perreo, evocando la banda sonora de su adolescencia en su natal Venezuela y de donde nos llega el primer sencillo “TBT”.

“TBT” traza sutilmente la evolución de diversos estilos de producción y tecnología, elementos que forman la columna vertebral del ritmo del dembow, el cual evolucionó desde ser un punto de conexión entre el Caribe, América Latina y más allá, hasta convertirse en un fenómeno pop global.

El track fue creado con hardware analógico, un sampler MPC y terminado con herramientas de producción digital. Será lanzado bajo su propio sello, Peachtown y fue producido por Jimmy Flamante, Cardopusher y MPEACH.

El single viene acompañado por un video musical que, como la canción, honra la nostalgia de los primeros días del reggaetón y el romantiqueo de "Cierra los Ojos Bien" de Baby Rasta y Gringo con un enfoque coqueto y empoderado tipo Ivy Queen, pero también incorpora el sentimiento actual, su estilo propio y un poco de sentido del humor.

¡Acá el estreno del clip, denle play!

A continuación Mariana nos explica de qué va todo este material.

NOISEY: ¿Cuando comenzaste la producción de este álbum?
MPEACH: Hay un par de tracks que comenzaron como colaboraciones, hace más de un año que no sabía bien cómo los iba a sacar. Luego a principios de este año me propuse hacer un EP corto por separado y cuando ya tenía demos escuchando todo el material pendiente pues me di cuenta que tenía sentido sacarlo junto.

¿Cuantos tracks y qué colaboraciones contiene?
Por ahora son cinco temas, es posible que se agreguen algunos más si tiene sentido, pero cinco seguro. Hay dos temas en colaboración con Uproot Andy y tres que son producidos entre Jimmy Flamante, Cardopusher y yo.

“TBT” tiene todo el aire del reggaetón de antaño, ¿que te motivó a crearlo así?
La nostalgia de esa época y el revival que está viviendo el sonido underground de los 90, que ahora llamamos reggaetón. Es parte tributo, parte reinterpretación.

¿Nos puedes contar más sobre el sello donde será lanzado?
Peachtown es mi propio sello, lo creé en el 2017 para hacer lanzamientos bajo una estructura propia. Por los momento he usado esta plataforma solo para sacar mi propia música y videos musicales pero en un futuro sí me gustaría apoyar a otros artistas.

¿De qué trata el video de “TBT”?
Es un historia sencilla. El video busca transmitir un mood, más que una historia puntual.

Es verano en la ciudad de NY, y estoy en un techo en el medio de Soho con la ciudad rodeándome. Luego en un patio trasero con un grupo de amigas bailando, la cámara nos sigue por las calles de Brooklyn y en el metro, mientras que hangueamos casual y coquetamente, entre risas y escenas de baile. Yo dirigí el video y fue grabado por Suzi Sadler. Las protagonistas son: MPeach, Cass, Maria & Patty Padilla y Chiti. Mi chaqueta fue intervenida por @invertedny y accesorios de @eccode de Nueva York..

Gracias especiales a: Sylvia Cedeño, Luis Herrera, Anibal Hern and Richard James.
#latinxdelfuturo

¿Para cuando está agendado el lanzamiento del material?
Otoño del 2018, finales de Septiembre / principio de Octubre.

Sigue a Mpeach en: Instagram @_Mpeach.

Jumbo: Un nuevo arranque acústico

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Dos décadas de historia no son poca cosa, y Jumbo celebra los años andados con Manual de viaje a un lugar lejano, un disco grabado bajo las reglas del formato unplugged y con la producción de Adan Jodorowsky. Para tal cometido, el cuarteto apartó un día en Victoria Records, un estudio ubicado en su natal Monterrey y ahí repasó varios de sus más sonados éxitos al lado de invitados como Tony Hernández (El Gran Silencio), Daniel Gutiérrez (La Gusana Ciega), Paco Familiar (DLD), Alberto Lugo (Okills), Jay de la Cueva, Alicia Villarreal, Chetes y Daniela Spalla. “Es que contamos ya con una historia, una larga trayectoria, pero sentíamos que nos hacía falta generar una reconexión con el público. Es con este disco que buscamos reencontrarnos”, dijo Clemente Castillo.

“Tenemos un chorro de discos atrás, así que procuramos repasar las canciones que pensamos que valdría la pena re versionar”, prosiguió Flip Tamez. “Al final juntamos todos los sencillos, un lado B que casi nunca habíamos tocado y un cover. Todos tocamos con instrumentos acústicos, ayudados por una sección de cuerdas, otra de metales y también de coros femeninos”. Al lado de Castillo y Tamez, están Charly Castro (bajo) y Beto Ramos (batería), además de Íñigo Rizo (teclados). Según ellos mismos, darle forma a su más reciente producción significó experimentar una suerte de angustia gozosa que, a fin de cuentas, los dejó con largas sonrisas colgadas de las orejas: “Estábamos rodeados de cámaras y de mucha presión, pero después de todo, disfrutamos el show como si estuviéramos a solas, tocando en nuestro cuarto de ensayo. Justo lo que venimos haciendo desde hace tantos años”.

NOISEY: ¿Cuál es su momento favorito de Manual de viaje a un lugar lejano y cuál es su unplugged predilecto de los que existen en el mundo?
Flip: Pues resucitamos del disco Superficie “Cuántas veces me dices que no”. Y francamente jamás pensé que fuera a sonar tan bien. Lleva una trompeta que cuando la escuché por primera vez, de verdad, se me cayeron los calzones. Por otro lado, “Alberta”, del unplugged de Eric Clapton, es un gran tema.

Charly: De este disco, mi preferida es “Cada vez que me voy”. Me gustó mucho el tratamiento que Alberto Lugo le dio con su acordeón. De la otra pregunta, mira, Pearl Jam hizo un unplugged donde tocó todas las canciones tal y como están en el disco Ten, pero con instrumentos acústicos. Un gran concierto del cual me quedaría con “Alive”.

Beto: Yo hablaría de una canción a la que le dimos muchas vueltas: “A veces”. Al final se quedó un arreglo muy padre, tirado al blues. De los discos unplugged que conozco, el que más me gusta es el de Nirvana. En su momento, encontrarme con esas versiones tan desnudas fue una sorpresa.

Castillo: Mi momento favorito de nuestro disco es el tema que hicimos con Alicia Villarreal, “Yo sin tu amor”. Ya lo escucharán. Combina muy bien el estilo Jumbo con la voz de Alicia, una voz que predomina mucho. En realidad, estábamos buscando un hit atemporal de la cultura norteña, y pensamos en Bronco e Intocable, pero finalmente nos decidimos por Límite y sí, fue un acierto. Mi otra respuesta es “The man who sold the world”. La versión unplugged de Nirvana es muy buena.

Pensé que alguien mencionaría un unplugged latinoamericano.
Todos: ¡El de Soda Stereo! Nos lo sabemos de principio a fin.

Beto: Y el de Café Tacvba.

Flip: El de Zoé es una locura. Me tocó verlo en el Metropolitan. Una maestría.

Y, francamente, ¿a poco no checaron qué podían copiar de esas puestas en escena?
Flip: Fíjate que son circunstancias distintas. Para empezar, porque los discos de los que hemos hablado fueron hechos por MTV, y el nuestro no tiene nada que ver con eso. De pronto sí decíamos “bueno, esta parte podríamos resolverla como lo hicieron aquéllos en tal unplugged”, pero Adan desde el principio nos hizo apoyarnos en tres elementos: los metales, las cuerdas y las voces de Priscilla Orfanos y Daniela Spalla, y ni hablar de los teclados. Entonces no emulamos ningún unplugged, sino que desde el primer ensayo dijimos “ah, cabrón, la cosa va a ir por aquí, va a sonar más o menos así”. Queríamos encontrar una personalidad propia.

Molotov recientemente hizo su desenchufado.
Castillo: Fue casualidad que nosotros lo hiciéramos más o menos al mismo tiempo.

Charly: Yo ni enterado estaba.

Castillo: También División Minúscula está en algo parecido, y otros proyectos igual. Todos son buenos amigos. Ciertamente tenemos públicos similares, pero no idénticos. No creo que interfiera el andar de un disco con el del otro.

Algunos llaman “angústicos” a los shows acústicos. Cada uno cuente cuál fue el instante más tortuoso vivido durante la grabación de este proyecto.
Castillo: Habíamos invitado a Jay de la Cueva, la verdad, un poco de última hora. Entonces a él no le dio tiempo de llegar a los ensayos. Yo dije, “qué lástima, ya no se va a armar”; pero él nos seguía diciendo que sí iba a llegar a tocar frente a las cámaras, así, sin haber ensayado nada ni conocer el arreglo de su rola. Y bueno, el mero día tocamos todas las canciones para checar video y audio, obviamente sin público, y en mi mente ya estaba cancelado lo de Jay; pero de pronto me dicen que me lance al camerino porque ahí está el tipo, esperándome para montar la canción. Y dije “no, no puede ser”. Pero así pasó. Estuvimos ahí diez minutos, ensayando. Y al final todo salió bien. Jay cantó “Fotografía”.

Flip: Para mí fue bizarro estar preocupado por el público, porque nos fue imposible invitar a todos los amigos que hemos hecho en veinte años. Por lo apresurado del asunto, no pudimos quedar bien con todos. Por otro lado, por más que Victoria Records sea una maravilla, hay épocas en Monterrey en las cuales es imposible enfriar un lugar lleno de gente, cámaras y luces. Todos salimos a tocar con sacos, cuellitos de tortuga y tal, y fue una locura porque nos moríamos de calor. Preguntábamos, ¿qué, no sirve el clima?, y claro que servía, era nada más el pinche calorón de Monterrey; pudimos salir a escena en chanclas, pero de todas formas hubiéramos sufrido. Tocar la guitarra con las manos sudadas es muy incómodo, entonces yo estaba de, “chinga, no estoy a gusto”, y en algún punto Castillo se paró a decirme, “oye, wey, disfrútalo”. Y tenía razón, había que gozarlo, porque sonaba con madre.

Beto: Es que sucedían demasiadas cosas a la vez. Gente moviéndose por todos lados, entrando y saliendo, resolviendo cosas; que tal silla no sirve, que esa luz está mal puesta, que aquel micrófono hay que prenderlo. Un torbellino. Como contó Castillo, le dimos un pasón a todas las canciones, sin público, y, ¿sabes qué?, todo nos salió mal. Nos equivocamos todo el tiempo, pero ya no había vuelta atrás. Platicamos entonces, así, de “a ver, no es la primera vez que hacemos esto, disfrutémoslo como si estuviéramos en el cuarto de ensayo”. Y sí, lo logramos.

Veinte años de historia, caballeros. ¿Será posible que los resuman en una sola palabra?
Flip: Arranque.

Castillo: Aguante.

Beto: Aprendizaje.

Íñigo: Historia.

Charly: Rock and roll.

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Johnny Marr está en otro planeta y quiere que lo acompañes

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La realización de Call the Comet, el nuevo álbum de uno de los fundadores de The Smiths y leyenda de la guitarra Johnny Marr, es una alegoría muy apropiada de la cámara de resonancia de noticias y comentarios en la que vivimos hoy en día. Por nueve meses en 2017, Marr y su banda se encerraron en su estudio Crazy Face, un viejo edificio con pinta de fábrica a las afueras de su ciudad Manchester, en Inglaterra. En él, proyectaron las noticias de Al Jazeera, Fox, BBC, y otros medios internacionales en las paredes del estudio.

Entre ensayos y sesiones de composición, Marr deambulaba por el enorme edificio, solo con sus pensamientos y en busca de las canciones que eventualmente compondrían el nuevo álbum. Pasó horas con sus guitarras, pedales, y efectos, con el ruido de las noticias proyectadas resonando de en la inmensa estructura vacía.

"Utilicé el proceso [de Call a Comet] como una necesidad pulsante de escapar; no hay otra forma de decirlo", dijo Marr a Noisey por teléfono desde su casa en Manchester. "Pero no me di cuenta de eso sino hasta la cuarta o quinta canción. Y cuando lo hice, eso me dio el ímpetu para seguir en esa línea. Era consciente de que necesitaba escapar".

Call the Comet, el tercer álbum solista de Marr, es una desviación de sus temas anteriores más introspectivos y apegados a la identidad británica y el consumismo, para dedicarse a explorar temas de escapismo, política actual y sociedad global. Sónicamente, sigue siendo fiel a su sonido indie rock —con esa magia de estudio pulida, las guitarras brillantes, riffs chispeantes, y sus arpegios y movimientos insignia en la guitarra—, que estuvo presente en sus dos últimos álbumes como solista, The Messenger de 2013 y Playland de 2014, así como en Boomslang, su proyecto de 2003 como Johnny Marr + The Healers. Pero mientras que en esos álbumes su presencia como frontman era opacada por su talento en la guitarra, Call the Comet muestra a Marr en medio de un nuevo acercamiento creativo: uno agresivamente temático y políticamente visceral.

Por medio de una narrativa suelta en un futuro no muy lejano, Call the Comet sigue la historia de dos habitantes de una sociedad alternativa en busca de un nuevo idealismo tras la caída del cometa del que habla el título del álbum. Aunque el disco a veces entra en el terreno de los space operas —"The Tracers" habla de una versión evolucionada de humanos que vinieron para rescatar a los terrícolas, por ejemplo— Call the Comet es menos sobre una tierra de fantasía o un fondo sci-fi, y más sobre el realismo mágico del propio Marr; ese lugar de paz que creó en su cabeza.

"Hacer este disco fue una necesidad emocional para mí", dice Marr. "Por conmovedor que suene, fue así. Pero esta vez, definitivamente necesitaba hacer canciones de la misma manera en la que necesitaba hacer canciones cuando era un joven frenético, frustrado y medianamente aislado".

Utilicé el proceso [de Call a Comet] como una necesidad pulsante de escapar; no hay otra forma de decirlo… Sabía que necesitaba escapar.

Las primeras ideas para Call the Comet surgieron en junio de 2016 luego de la "gran desilusión y decepción" que Marr sintió por lo sucedido con el Brexit. Unos meses después, en medio de la gira de promoción de su autobiografía Set the Boy Free, Marr se encontraba en Nueva York el día después de la elección de Donald Trump, sumando otro golpe y reavivando el fuego que estaba dormido en lo profundo del músico de 54 años.

"Cuando me volví a ver con mis amigos en Estados Unidos, les dije a un par de ellos, 'lo entiendo, estás destrozado', porque me había pasado lo mismo con el Brexit", dijo Marr. "Ese desconsuelo no fue solo por el impacto y la preocupación por un nuevo presidente, [sino] por la decepción que uno siente de muchos compatriotas que pusieron a esa figura en donde está".

Meses después, Marr estaba en medio del inmenso estudio, aún temeroso y buscando inspiración.

"Hubo algo que me recordó la forma en la que solía reaccionar cuando era un adolescente, y el arte, en mi caso siendo un compositor, me ayudó a despojarme de toda la hipocresía y la mierda de la sociedad para la cual no tenía respuesta, y a la cual sentía que veía muy, muy claramente", dijo Marr, recordando su juventud plasmada en álbumes de artistas como Patti Smith y The Only Ones. Años después, él proporcionaría ese mismo espacio para jóvenes británicos en sus días políticos con The Smiths, cuando él y sus compañeros se enfrentaron en los 80 al thatcherismo en el Reino Unido.

Aunque Marr se ha mantenido socialmente activo a lo largo de las décadas —reprendiendo públicamente al Primer Ministro David Cameron por ser fan de The Smiths, hablando de la indigencia en "The Priest" de 2017— él ha sido el primero en admitir que hablar de política en la música es de "aguafiestas". Pero tal vez no tiene que ser así.

"Me recordaron que lo que yo hago es muy personal", dijo. "Y el hecho de que pueda compartir esto con gente que me sigue y que tiene cierto tipo de confianza en mí, o que me simplemente me escucha, así sea por entretenimiento, era lo mejor que podía hacer".

Mientras Marr trabajaba en su nuevo álbum, el mundo seguía yéndose a la mierda: el primer año de Trump como presidente, los desastres naturales como el huracán María en Puerto Rico, los tiroteos masivos, el movimiento de #MeToo, las políticas raciales de inmigración, las prohibiciones de viajes. Él abordó algunos de estos grandes temas en Call the Comet: en "Bug", la pieza más ácida en cuanto a comentario social, Marr asemeja la ideología de derecha con un virus —"Don’t catch it / Spreading all around / Out-breaking / Infecting our lives…Everybody feels the aching / Population is sick and shaking".

Pero en vez de tratar estos temas trillados del Brexit o Trump directamente, Marr abordó la agitación existencial creando una sociedad imaginaria en la que nada de esto había pasado; un lugar en el que él y su audiencia podían desentenderse del cataclismo diario de la realidad para explorar las luchas espirituales internas. Para Marr, el escapismo es desafío.

"Veo muchos beneficios en el escapismo… porque de todas formas uno sigue teniendo que cruzar la calle y montarse en trenes y lidiar con otros humanos en aeropuertos", dijo Marr. "Creo que no participar en esta cultura abusadora, grosera y egoísta en la que supuestamente tenemos que participar, pero de todas maneras habitar el mundo e interactuar con otras personas, se siente casi como ser parte de una resistencia".

"Hacer este disco fue una necesidad emocional para mí. Pero esta vez, definitivamente necesitaba hacer canciones de la misma manera en la que necesitaba hacer canciones cuando era un joven frenético, frustrado y medianamente aislado".

Incluso ahora, con Call the Comet siendo su proyecto más políticamente directo hasta la fecha, Marr ve poca eficacia en profundizar en lo obvio.

"Creo que todo lo que se encuentra del lado más agudo de la cultura siempre tiene un conocimiento implícito sobre la política", dijo. "No creo que el arte tenga que decir algo. Creo que simplemente tiene que ser bueno, y está implícito que las personas agudas estarán del mismo lado, a menos de que manifiesten lo contrario. Al ser el mundo lo que es, la gente que tiene tendencias reaccionarias simplemente no puede evitar hablar de estos temas".

Claro, esto evoca ciertas referencias a Morrissey. Aunque los fundadores de The Smiths alguna vez estuvieron alineados política, creativa e ideológicamente, Morrissey y Marr ahora se encuentran e lados opuestos del espectro, con el primero enfrascándose en una racha de comentarios —desde defender a Harvey Weinstein a apoyar el Brexit, junto con una larga lista de infracciones culturales— que solo ha manchado su figura mesiánica. Aún así, Marr prefiere seguir siendo un espectador silencioso mientras que el espectáculo de Morrissey termina de desarrollarse.

"Siempre he sido mi propio ser en términos de mis principios, y nunca me he definido por ser el opuesto de nadie", dijo Marr. "¿Y si mi antiguo compañero de composición de hace 30 años ahora tiene una posición pública muy diferente a la mía, qué pasa? Muchas personas tienen una postura distinta a la mía. Difiero de esa posición del mismo modo que lo haría con cualquiera que tuviera esos mismos principios. De alguna forma, la respuesta más fácil es, '¿Qué mierdas piensa la gente que voy a hacer al respecto?'".

Esa verdad inquebrantable debajo todo el ruido cotidiano es, quizás, el punto de Call the Comet. Es una forma de escapar, un vistazo a una utopía interna en la que, como canta Marr en "Spiral Cities", "los días están brillando", y los habitantes andan en procesión "con nuestros ojos fijados en el brillo del amor".

"No creo que el arte tenga que decir algo. Creo que simplemente tiene que ser bueno, y está implícito que las personas agudas estarán del mismo lado, a menos de que manifiesten lo contrario. Al ser el mundo lo que es, la gente que tiene tendencias reaccionarias simplemente no puede evitar hablar de estos temas".

Tal vez no es la conclusión que estamos buscando, pero Marr no es el salvador de nadie; después de todo, no es responsabilidad suya, ni de nadie, la de salvarnos de nosotros mismos. Él ya hizo su parte.

"Lo único que yo sé es que estoy feliz de tener una vida que tenga que ver con el arte y la interpretación de ideas", dijo Marr. "Trabajaré con eso lo mejor que pueda, y con suerte será de ayuda, de alguna forma. Si no es así, me basta con ser guitarrista e intérprete".

Call the Comet de Johnny Marr ya está a la venta en New Voodoo Records.

Este artículo se publicó originalmente en Noisey US. Léelo aquí.

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El mestizaje ecléctico de J Balvin

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Este artículo fue publicado originalmente por VICE Colombia.


Karl Lagerfeld, quien diseña para la casa de Chanel desde 1983, está junto a los dos hombres de la imagen. La figura es más que reconocible: el característico pelo blanco, las gafas oscuras, los trajes ajustados de Hedi Slimane.

A la izquierda está José Álvaro Osorio Balvin, conocido por todos simplemente como J Balvin. Un fulgor en la mirada, chaqueta de paño (o tweed) —una de las piezas insignes de la casa de Mademoiselle Chanel—, pelo engominado, camiseta con estampado militar, cadenas, y a la vista la piel de los brazos, llena de tatuajes. Junto a él está Pharrel Lanscilo Williams, también enfundado en una chaqueta de la misma textura con brillos leves. La textura de una tela que suele encontrarse en el lado de lo femenino y que, además, significó la consagración definitiva de Coco Chanel como ícono de la modernidad al vestir.

La foto, tomada durante la presentación de la colección Métiers d’Art 2016/2107 ‘Paris Cosmopolite’, de Chanel en el Ritz, era una declaración. Y es que en el historial de la moda, la presencia de dos hombres en el desfile de Alta Costura de una de las casas que mejor personifica la moda del siglo veinte, no es poca cosa.

Uno latino y el otro negro, estaban los dos cantantes sentados en la primera fila de lo que hace unas décadas era un mundillo reservado para damas europeas y norteamericanas que no tenían que preocuparse nunca por dinero, cuyos roperos se hacían a la medida y para las temporadas sociales que les permitía su prosperidad.

Más allá de la polémica foto, la invitación de Lagerfeld a J Balvin revela la afinidad que el artista ha fabricado con la moda y la vestimenta expresiva. Y la chaqueta que usó ese día —de mujer, además— presenta dos de las características que definen sin duda su idioma estético: expresión y personalidad, dos lemas que no son comunes en la masculinidad convencional.

Dentro de esa forma de ser hombre en Latinoamérica, que dicta que los varones no invierten en su apariencia ni juegan con ella por ser “intrascendente” y porque esas son cosas de mujeres, J Balvin, heterosexual, ícono del género macho que, se estima, es el reguetón, expresa un sentido de virilidad que no cede ante esa normatividad. La atención que llama por sus atuendos es proporcional a la audacia con la que se viste.

Sin duda cierto número de colombianos han figurado recientemente en las cumbres de una moda global que hace unos años parecía inalcanzable. Pero ninguno de ellos provenía del los predios de este género musical.

En noviembre de 2017, Balvin fue convocado por la CFDA (el consejo de diseñadores de moda estadounidenses) como embajador de la Semana de la Moda de Nueva York. Un año antes, Vogue Latinoamérica lo tuvo en su portada de edición masculina. Su cuenta de Instagram —con más de 23 millones de seguidores— ofrece con frecuencia las composiciones que hoy marcan su estilo: abrigos de piel, cadenas largas de Chanel, estampaciones Gucci, trajes urbanos colmados de estampados, chaquetas con figuras de piel animal, cadenas, taches.

El ensamble de su aparición reciente en Colombiamoda incluía pantalones y chaqueta deportiva que combinaban con resplandor plata y una camiseta naranja, encendida, con el nombre de su más reciente álbum: Vibras. Eso sí, todo dentro del esquema masculino —pantalones, camisas, camisetas y shorts (no hay más)— pero notoriamente expresivo, vivaz, juguetón, dispuesto a atraer la mirada hacia sí. Atípico dentro de las normas de masculinidad que puede llegar a dictar una ciudad como Medellín.

Hace seis años, cuando entre sus hits estaba “Yo te lo dije” la estética era más convencional, más 'pulida', cómo dirían muchos. De negro, en trajes o con ensambles simples y casuales, las modificaciones empezaron a ser palpables hasta 2016, cuando en “Safari”, junto a Pharrell Williams, ambos evocaron esa sensualidad fogosa y esa atmósfera de danza urbana que es familiar en las ciudades latinas: luces rojas, aires caribe, referencias africanas, abanicos, pieles oscuras…

El de 2016 ya era un Balvin decidido a referenciar las vestimentas del hip hop, pero que al mismo tiempo le hacía guiños a lo que habría sido la atmósfera musical de su crianza en los noventa. Un arete en forma de cruz hace un guiño de luz desde una de sus orejas: ¿Es acaso un guiño que el artista le estaba haciendo a su gusto adolescente por Metallica?

Ese mismo año, perfilado por The New York Times, Balvin habló sobre lo cool de la cultura latina y sobre su intención diáfana de reeducar esas percepciones que a veces nos ubican en los predios de lo narco y el subdesarrollo cuando hablamos de este continente. Y esa habilidad, la de entender y personificar varias de las sensibilidades que hay en Latinoamérica, se hizo palpable en su más reciente colaboración con GEF, en la más reciente edición de Colombiamoda.

Rubén Blades decía: “usa tu consciencia, latino, no la dejes que se te duerma, no la dejes que se muera”. La de Balvin, por ejemplo, se hizo sentir cuando, en 2015, y ad portas de tener su primera presentación en vivo en la televisión estadounidense y masiva, canceló su performance en el concurso de Miss América debido a los comentarios que había hecho Donald Trump, reforzando estereotipos y alentando actitudes racistas hacia los latinos en los Estados Unidos. (Trump aún era copropietario del certamen). La decisión fue una contundente afirmación de identidad.

En términos energéticos, o de “Energía”, como diría él, hay algo sobre J Balvin que suscita una especie de gozo colectivo, una dicha en hacer parte de esta colombianidad, que a veces nos pesa. Y que la reconoce, además, como una identidad moderna y criolla, sabrosa y urbanita, colorida y diversa, folclórica e hipermoderna.

Sin embargo, mucha de esa sensibilidad estética de Balvin deviene de la cercanía geográfica con lo norteamericano. En los noventa Balvin escuchó grupos como Nirvana y, en su propio paso efímero como trabajador ilegal en los Estados Unidos, vivió el surgimiento de íconos como Jay Z y P.Diddy. Medellín sería el territorio de su propio reconocimiento, donde su nombre comenzó a resonar en 2008 dentro de la escena de un género que hoy por hoy sigue dominando al país.

Ubicuo, heredando algunos legados musicales del hip hop estadounidense y el reggae jamaiquino, y considerado una de las máximas expresiones musicales actuales de la cultura popular latina, el reguetón nace en los barrios bajos panameños a principios de los noventa y estalla finalmente a finales de la década en Puerto Rico, con exponentes como DJ Playero y DJ Blass, a los que le siguió la generación de Tego Calderón y Daddy Yankee, todos vigentes, con sonidos que han evolucionado de las entrañas del Caribe bajo hasta el ‘mainstream’ global.

El de Balvin, uno diseñado para conquistar audiencia global pero que al mismo tiempo tiene un carácter que cada vez se escucha más propio, ha sabido abrirse paso dentro de la industria reescribiendo con un diferencial en las letras, ritmos y arreglos, sus propias reglas para hacer reggaetón en esta época. Bien lo dijo hace poco a la revista Billboard, que canciones como "Despacito" (cuyo video es el más visto en la historia de YouTube) y "Mi Gente" eran apenas “el inicio del dominio musical latinoamericano”. Pero ya nos ha hecho saber a todos que este dominio, el propio, lo va a escribir a su manera y a pulso, canción por canción, dembow tras dembow.

Así lo dejó de claro con su último álbum Vibras, un trabajo que incluye colaboraciones con reggaetoneros de talla mundial, estrellas pop latinoamericanas y hasta la cantaora española del momento. Un álbum que le puso a preguntarse a medios como Pitchfork y Remezcla si la música anglo sigue siendo la que domina el mercado global y si no es la música latina la que está empezando a escribir la historia del ‘mainstream’. Y nuestro país está escribiendo por primera vez uno de sus capítulos.

En 2017, Balvin lanzó el video de “Mi gente”, una canción del Vibras y con un título que le hace guiño a Héctor Lavoe, otro patrono del imaginario latino. Visualmente, el video es alegre, potente y celebra la vivacidad de una Colombia y una Latinoamérica diversas. Hay pluralidad en los rostros de las mujeres y los hombres que lo protagonizan y aparecen paisajes comunes para el colombiano promedio: Medellín desde el aire, plazas de mercado llenas de frutas, tejidos de molas, una cancha de micro, fiestas… en poco más de tres minutos, Balvin visibiliza parte de lo criollo, lo mestizo y lo heterogéneo de nuestra identidad visual. La vestimenta del artista no desentona con el video: ecléctica, mezclando contrarios que resultan llamativos y descoordinados en atractiva armonía.

Esa onda magnética que parecen tener en común la escenificación con GEF en Medellín y este video musical evoca un sentir preciso: Balvin nos hace sentir orgullosos de ser de aquí. Lo hizo también cuando, este año, una de las reinas actuales del pop, Beyoncé, creó un mix con “Mi gente”, con un video que hacía eco, además, a la diversidad de prototipos que Balvin suele incluir en su discurso visual.

En Coachella, apareció unos breves instantes junto a la Reina B quien, forrada en charol, replicaba la canción en español. Mientras que el panorama común es el de los artistas latinos pasándose al inglés para ganar visibilidad, Balvin, se ha mantenido firme en su idioma, ganando la misma o mayor visibilidad, apelando quizá a algún tipo de conciencia latina.

Esa onda magnética que parecen tener en común la escenificación con GEF en Medellín y este video musical evoca un sentir preciso: Balvin nos hace sentir orgullosos de ser de aquí.

En el video de “Machika”, que plantea un escenario tipo Mad Max, desértico, postapocalíptico y hasta con referencias al festival Burning Man, Balvin sale al lado de Anitta, que aparece como una especie de diosa indígena. O en “X”, con Nicky Jam, aparece con gafas redondas de Chanel, sudadera y chaqueta que aluden a la cultura rasta y jamaiquina; y en algún verso se palpa su acento distintivo de Medellín.

Y en su colaboración con Bad Bunny para "Si tu novio te deja sola", aparecen ambos, varones, latinos, bailando en un patio atiborrado de grafiti, rompiendo con sus vestimentas la masculinidad convencional —color rosa, pañoletas en la cabeza a lo Tupac Shakur, Gucci y la estampa marquillera que es frecuente en esta escena. Incluso el pelo colorido y las gafas blancas y redondas de Balvin pueden ser leídas como un pequeño homenaje al grunge, y a Kurt Cobain en especial.

A su vez, los bailarines de varios de estos videos, reiteran algo que también es evidente: que J Balvin reconoce y visibiliza la cultura afro en la colombianidad, un gesto que no es pequeño en un país cuyas estructuras racistas suelen inclinarse por modelos de belleza más foráneos.

En la estética de Balvin hay un reconocimiento de lo mestizo, pero con el sincretismo que implica vivir en la era digital. Porque Balvin, además, ha sabido leer el alcance de la pantalla y sus ritmos. Su naturaleza parece haberlo inclinado por otra fórmula de la actualidad global: el espíritu colaborativo. Algo que va en sintonía con quien canta y personifica el lema “mi ritmo no discrimina a nadie”.

El sociólogo y académico de la moda William Cruz Bermeo explica el fenómeno J Balvin, un artista con una serie de antecedentes que “lo legitiman como una persona que experimenta con su imagen, disfruta del cambio y está seducida por la ropa”, tres condiciones que para Cruz lo hacen todo un fashionable, y alguien que atrae marcas de todo tipo.

Los imaginarios de lo latino gravitan con frecuencia hacia lemas de soltura y sensualidad, de vigor y tropicalismo. Sin duda somos pueblos cimentados sobre el sincretismo. Y gran parte de lo latino se ha forjado, además, desde la habilidad para crear híbridos. Pero el eclecticismo mestizo de J Balvin logra canalizar el espíritu de la estética de nuestra hipermodernidad, colmada de signos mixtos y con un ingrediente extra para celebrar: un performance de masculinidad que refleja que la virilidad puede vivirse de manera diferente también a través de las ropas y el estilo.

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