Chvrches raramente desacomoda sus canciones. Las melodías de Lauren Mayberry están construidas y son desplegadas tan bien que Iain Cook y Martin Doherty pueden centrarse totalmente en lograr sutiles florituras con sus sintetizadores, más que en hacer cambios en el tono. En su mejor momento, las canciones parecen crecer orgánicamente desde la estática. "Down Side of Me" de su segundo álbum, Every Open Eye del 2015, era de por sí espaciosa e intensa antes de que la banda lanzara esta nueva versión reimaginada. Lo que tenemos ahora es la canción en su estado más puro: todo pitcheado hasta abajo, amortiguados acordes de piano en vez de sintetizadores, oleajes de reverbs de guitarra como de iglesia y una batería como latidos del corazón.
La nueva versión de la canción viene con un video íntimo y muy apropiado, dirigido por la actriz de Personal Shopper y fan de Chvrches, Kristen Stewart, quien habló con el LA Times sobre el proyecto a principios de la semana. "Les había dicho que me dejaran hacerles algo desde hacía tiempo", dijo. "Son tan buenos. Terminé con un arco narrativo bonito pero muy simple que pone de relieve la causa de manera dulce y tranquila pero sin dejar de confrontar".
La colaboración es parte del brillante proyecto llamado "7-Inches For Planned Parenthood". Otras contribuciones a la serie vendrán de Björk, Mary J. Blige, Bon Iver y docenas más.
Iván Mayorquín mezcla su imaginación excepcional con ilustraciones chidas. El resultado son cómics que dicen lo que todos pensamos pero casi nadie se atreve a decir en voz alta y tienen el potencial de hacerte soltar un chorro de pis.
Además de esta inyección de agudeza corrosiva creada para Noisey, Mayorquín reflexiona sobre los pesares de la edad ultramoderna a través de Pizza Sandwich, cómics tan buenos como lo que hay aquí abajo.
Mira los otros cómics que Iván ha sacado en abril aquí abajo:
El esperado y gigante cuarto álbum de los Gorillaz, Humanz, finalmente vive en el universo como el nuevo bebé de Damon Albarn, extremadamente atascado de celebridades. Para festejar, la banda fue al Late Show de Stephen Colbert ayer por la noche para tocar la rolita que estrenaron anteriormente "Let Me Out", pero obvio, no sin algunos invitados especiales.
La canción cuenta con Pusha T, quien apareció junto a Gorillaz y Mavis Staples, la cual participó con un conjunto increíblemente atmosférico de proyecciones de ella cantando la rola (imagínate qué chido que pudieras mandar una proyección de ti a cualquier lado como en Star Wars). El resultado de la colaboración en vivo es visualmente cautivador y sónicamente discordante, muy en el espíritu de Humanz. Mira arriba el video y trata muy duro de no reírte del keytar que porta el músico serio que es Damon Albarn.
¿Sabe cuál es la mejor canción? La que dejan escuchar completa.
La canción suena, pronto entrará la guitarra nuevamente. También se aproxima un solo de saxofón. En sincronía con el movimiento de ese músico que va acercando la boquilla a sus labios, alguien en la sala de la casa en la que estás se levanta y se dirige al equipo desde el que está sonando la música. Algún otro le está hablando a la persona que puso la canción, pero él realmente está esperando a ese saxo que tanto le emociona. Sus ojos se fijan en la conversación y no presta atención a esa persona que ya llegó al dispositivo. El saxo hace su entrada, suenan dos notas y… la canción se fue.
Ahora suena otra, distinta, inoportuna. La conversación también se pierde. Hay una intervención triunfal de quien puso la nueva canción. Con voz pretenciosa la describe y explica todas sus virtudes, como si esto fuese posible. Quien esperaba el saxo mira a esa persona y… creo que saben lo que está sintiendo, ¿cierto?
Hay una discusión, un reclamo: "¿Por qué hiciste eso?", "Quería oírla mucho, perdón", "Sí, pero no me quites así la mía oye", etcétera. Ya la conversación triunfa sobre la música. El fracaso rotundo del ruido sobre el sonido. La nueva canción también se diluye entre la vanidad. Ya nadie la disfruta. En un acto de interrupción, se mataron dos pájaros de un solo tiro. La discusión se alarga, otra canción suena perdida detrás. Las personas, parece, no miden las graves consecuencias de interrumpir una canción. Un pequeño crimen que parece risible al lado de los terribles que denuncian los medios día a día pero que se esfuman, como la canción que suena ahora, en una discusión sin sentido, que no tiene las virtudes requeridas para romper con el silencio.
La experiencia de escuchar música con gente puede ser muy desagradable. No solo cuando alguien interrumpe la canción que suena por la incapacidad de dejar que las cosas tomen el tiempo que deben tomar, también porque un ejercicio de compartir se convierte en competencia. Como si escuchar música con otros fuera el espacio necesario para reivindicar nuestros gustos o juzgar los contrarios. También lo es por la impertinencia que caracteriza a ese sujeto que no es capaz de dejar que sean unas notas distintas a las que acostumbra oír las que prevalezcan en la noche. O porque siempre hay alguien, un alguien que no debería existir, que no comprende —como el mal músico— los tiempos en los que debe interpretarse una nota y quiere llegar al éxtasis de la noche, con tal o cual tipo de música, antes de que la noche haya empezado o mínimamente llegado a su culminación. O aquel otro que, en su incontinencia musical, no puede resistir a que llegue su turno para escoger una canción.
Afortunadamente, luego del conflicto, el silencio retorna y alguien que, inteligentemente abandonó la discusión bizantina, pone una nueva canción. Una de esas que logran lo que toda gran canción debe lograr: el silencio cómplice entre quienes están compartiendo la experiencia de escuchar música. Una pausa, como en la música misma, que organiza y le devuelve la armonía a la reunión. Porque la experiencia colectiva puede también ser grata cuando descubrimos bandas y géneros, canciones y sonidos, que nos llegan como enviados por un dios del Olimpo que nos quiso un instante. Hay un intercambio de saberes y de anécdotas que se transmiten a través de una canción que jamás supuso contar esa historia. Se hacen confesiones del mal gusto, y resulta que aquel "pecado musical" suele ser aceptado por todos o la mayoría y nos damos cuenta de que la canción no era el pecado, sino la creencia en los estereotipos que la podrían definir.
También se cultiva la capacidad de selección. Escoger bajo la presión de los otros. Poner música es como si en un restaurante, al ordenar alguno de los platos de la carta, todos los que están allí fuesen a comer nuestra elección. A comerla con gusto, con placer. Y con suerte, con algo de suerte, esta experiencia puede derivar en un banquete —sí, como los de Platón— en el que todos comen y hablan, beben y ríen. La música variada pero coherente, satisface a todos y permite hacer filosofía del amor. Sí, la experiencia de oír música con otros es grata cuando la conversación no es más que el pretexto, el acompañamiento de la música. No, como muchos creen, la música el trasfondo de la charla.
Escuchar música con otros es una tragedia, en el sentido clásico y griego de la palabra, se pasa, en los clics que van definiendo la banda sonora de la noche, del dolor a la alegría, del bien al mal, de lo agradable a lo desagradable, de la música al ruido. En esta dinámica trágica, en este ir y venir de lo bueno y lo malo de oír música con otros, se forjan las amistades. Y se forjan porque entre gustos sí hay disgustos y esos disgustos permiten que salgamos de la corrección política que nos quiere imponer la gente de bien —dueña de la razón y de la música cool— y nos paremos de nuestra silla, nos dirijamos al equipo de sonido para interrumpir esa canción horripilante que escogió el otro, no con el ánimo de oír una que queremos, sino con el ánimo de aguar la fiesta.
Negrah Liyah es una rapera argentina que no se banca ante el machismo explotador de la industria musical global. Es una mujer con muchas agallas y muchos ovarios, mismos que se denotan en las letras de sus canciones, como en "Cerda Punk": Letras colmadas de iniciativa, feminismo, conciencia, radicalidad y feromona de la que mueve montañas y mucha lucha de género, de esa que es fundamental.
Negrah Liyah forja un rap a manera de manifiesto, su SCUM propio, tracks que forman parte de una homóloga crítica a aquella pseudo-teoría de la "envidia del falo", concebida por un tal señor cocainómano llamado Sigmund Freud. Letras arriba de un rap poseso, que se enmarcan en el feminismo contemporáneo más necesario. Por eso y por más, le perdonamos a la Negrah, que —aunque le guste la cumbia— no conozca a Dick el Demasiado (premio Nobel vitalicio de la cumbia alt). En realidad, es lo de menos. Su mensaje urgente resuena de otros modos en el planeta y por otros conductos igual de importantes y rebosantes de materia orgánica y pensamientos edificantes. El futuro es femenino, vaya.
Aquí una entrevista que tuve con esta rapera, quien se encuentra promocionando Crudencia 2109, un disco grabado y mezclado por Ramiro Jota en los estudios El Horno en la Capital Federal y estrenado en noviembre del año pasado.
Noisey: No te representa ni Macri, ni Cristina, ni Scioli ¿Quién sí? Negrah Liyah: Las Autogestivas. Me representa toda mujer cis o trans, lesbiana o mutante que sea autogestiva. Que no depende de nadie para hacer su disco, libro o cualquier herramienta de expresión. Que genera preguntas y replanteos en otros seres, que sin libros de autoras blancas de Europa te enseñan de feminismo con acciones. Las que viajan horas para bancar una movida hecha por y para pibas. Las que se acercan a los barrios. Aquellas que no sólo actúan desde sus compus o celulares, sino que salen a la calle para luchar por las que ya no tienen cuerpo ni voz, para pelear contra el heterocapitalismo.
Arturo Jauretche, el autor argentino de Prosa de Hacha y Tiza', dijo que: "Los intelectuales argentinos suben al caballo por la izquierda y bajan por la derecha" ¿Qué opinas de la política en tu país? [Risas] Siempre. Sea quien sea van a gobernar a su conveniencia. El aire es gratis, y a los discursos los pueden dar vuelta como una tortilla así como si nada. La política es un negocio. Un negocio blanco y heterosexual que sólo beneficia a unos pocos. Ya es historia conocida.
Rap, soul, rock, cumbia y metal, ¿qué más cabe en Negrah Liyah? Neo soul y deformidades espontáneas transtetánicas abortadas por mutantxs en salas de ensayo.
Foto: Cleo Bouza
¿Cómo es crecer en Trelew, la ciudad del valle inferior del río Chubut, en el departamento Rawson, en la Patagonia argentina ? ¿Dónde queda eso? [Risas]. Para mí fue fácil, porque vivía adormecida con privilegios. Por suerte a los 18 años me fui a vivir a Buenos Aires y creo que ahí fue donde realmente crecí. Ahora me volví. Para hacer ruido y destruir los closets.
¿Cómo es que Buenos Aires te dio una "patada en la cabeza"? Me choqué con otras realidades. Supe lo que es tener hambre y no tener para comprar arroz. Lo que es tener que dejar un lugar y no tener donde vivir. A pelearme en la calle para exigir que se me respete. A salir a marchar. Aprendí a sobrevivir, gitaneando de acá para allá. Conociendo seres de todos lados, sobre todo de Buenos Aires y el Conurbano.
¿Cómo fue tu experiencia como corista de Leggo, la banda de reggae y fusiones de Buenos Aires, Argentina ? Fue divertida. Conocí el oeste del conurbano de Buenos Aires, eso estuvo piola.
¿Qué representa el beatmaker Ramiro Jota en tu vida? Es el Master Chef de los beats. Es muy bueno en lo que hace y es buena persona.
¿Qué es lo que más te atrae de la cumbia? Que sea tan negra. Ojo, que ya no me fumo cualquier cumbia. La más popu está hecha por machotes con letras re sexistas.
¿Qué opinas del actor Ricardo Darín y de su papel como portavoz del ciudadano argentino? ¿Ricardo Darín es el portavoz del ciudadano argentino? [Risas]. Ni idea que viaje se come, ni lo sigo. Ni me interesa.
Foto: Carolina Martínez
¿Cómo es la escena underground del rap en Argentina? Argentina es gigante. No puedo decir nada de lo que pasa en todo el país, lo único que sé es que acá en la Patagonia hay mucho rap pero hecho por hombres heterosexuales. Paha.
¿Cuál dirías que es tu verdadero trabajo? Soy instructora, constructora, albañila y pintora de canto.
¿Conoces a Dick el Demasiado? Lo googlié recién.
¿A qué otro artista recomendarías para ser entrevistado por este medio? Choa Ocampo.
(Foto principal vía). Sigue a la Negrah Liyah en Facebook.
La expectativa generada por el quinto disco de la banda virtual más famosa de Occidente ha sido un viaje largo lleno de capítulos y giros, desde las historias individuales de cada integrante en Instagram, hasta una app de realidad virtual aumentada, fiestas en todo el planeta, estrenos de canciones, videos en 360º, una serie de televisión, un festival curado por los dibujos, entrevistas, sesiones de preguntas y respuestas, remixes y, finalmente, el estreno de la placa en todo su esplendor.
No está fácil sacar un disco con 26 tracks, 7 interludios, 19 temas y 22 colaboradores. Pero es el tipo de cosas para las que parece que nació Damon Albarn. Y el resultado está, obviamente, a la altura de la increíblemente gigante expectativa que generaron, con paisajes futuristas y suaves, originales y divertidos. Más que una serie de canciones con denuncias políticas sesudas y urgentes, Humanz es un disco para bailar y sudar en pistas de baile virtuales, como un adelanto de la sociedad de consumo en diez años: un paisaje distópico y sensual que no tiene forma definida, pero es tan oscuro como el corazón de los políticos, y tan luminoso como la sonrisa de los niños índigo. Todo very fine.
Dale play abajo al quinto y nuevo disco de Gorillaz y ¡que vengan a tocar a México!
Después de muchos intentos por parte de muchos promotores, y de una gran expectativa, miles de suplicas a todos los festivales de México en sus redes sociales, discusiones infinitas, chismes, rumores, llantos y seguramente amenazas y desencuentros, finalmente se cumplirá el deseo de cientos de miles de personas, y el próximo 26 de agosto en el Parque Fundidora de Monterrey se llevará a cabo la primera presentación del rapero vivo más importante en el país, dentro del marco del Hellow Fest 2017. Enhorabuena para todos esos regios que lo mantienen real, y tendrán el gozoso placer de ver a K Dot rifar encima del escenario por primera vez en el territorio nacionarc. Además del originario de Compton, LCD Soundsystem, Steve Aoki, Weezer, DJ Snake, y varios más estarán este año rifando en el Hellow.
Checa el cartel abajo y ponte trucha con los boletos, que todo el mundo ya se puso bien nervioso y van a entrar en pánico, ya te la sa.
Radiohead no es gracioso. Esto no es una crítica fácil a la banda ni a su música. Es sólo un hecho. Así como la aceptación de que no todo el mundo es chistoso, ni tiene por qué serlo. Algunos artistas funcionan mejor en su propia línea, graciosos o no. Y los integrantes mismos de Radiohead saben que no dan risa. "Me encantaría hacer un chiste, aligerar la atmósfera, algo así" dijo Thom Yorke en el primer fin de semana de Coachella este año, mientras el caos reinaba supremo en su set por unos severos problemas de audio. "Pero esto es Radiohead, fuck it". De nuevo, es importante saber cuál es tu línea.
Pues resulta que veces, Radiohead sí es chistoso. Claro, sin querer. Por ahí del 2011 en la época del The King of Limbs, soltaron un video para el sencillo "Lotus Flower" en el que un Thom Yorke ataviado con bombín hacía playback y bailaba como si nadie lo viera. Podías ver el video en Internet, por lo que, naturalmente, sevolviómeme. Y eso fue exactamente lo que pasó esta semana: algún industrioso Miguel Angel de los memes encontró el pedazo de Radiohead tocando el mes pasado en el Greek Theater de Berkley la salvaje y electrorocker "Myxomatosis" del Hail to the Thief y decidió que podía ser marinada correctamente con un toque del clásico inmortal de la superestrella boricua Daddy Yankee, el himno internacional del perreo "La Gasolina". Dio para un meme glorioso que rompió Internet de varios modos un buen rato.
El meme:
"Ok, puede que esto haga que Radiohead sea tantito divertido" me dije a mí mismo cuando comenzó a circular por Internet el meme de "La Gasolina" y Thom. (Neta podrían usarlo: el último disco de Radiohead, A Moon Shaped Pool, no es exactamente un sábado en las trajineras). Pero el internet es un lugar raro y lleno de sorpresas, y recordé cuando vi a un amigo retuitear el siguiente meme que pone la "Gasolina" encima de un concierto de Celine Dion:
¿Sí ven lo que pasó aquí? Radiohead ya no es el meme. Es "La Gasolina". Ahora, no hay una ley de Newton de los memes (todavía), así que no sé cuántas veces se tiene que compartir un meme y cuántas versiones debe tener, para que un meme sea un meme. Pero, y esto es una opinión objetiva, las dos versiones que se muestra aquí de lo que ahora será conocido como "el meme de 'La Gasolina'" son muy buenas. Además, sirven como un recordatorio de que "La Gasolina" es una súper rola, que exuda un espíritu indomable en cada momento de su insistente pulsación y no debes joder con ella.
Si alguien piensa que estoy exagerando, déjenme llevar las cosas al siguiente nivel: ¿Qué tal que "La Gasolina" es la canción del verano? Ah claro, esa ancestral tradición oracular que todos conocemos y amamos: adivinar cuál va a ser la canción del verano. No se vuelve más fácil con cada año que pasa, porque el barómetro de lo que hace que una canción del verano sea la canción del verano, cambia tanto como la propia industria musical. Y eso es un chingo ¿Es la canción más stremeada? ¿La canción que está más en la radio? ¿Neta todavía escuchan radio? ¿Es una canción que se hizo viral porque comenzó la fiebre por un nuevo baile? ¿Es una canción simbólica del zeitgeist? Y quién dice que la canción del verano tiene que haber salido este año en primera instancia.
¿Qué si "La Gasolina" es exactamente la canción que necesitamos escuchar este verano, en un momento en el que [Inserte declaración banal e innecesaria sobre Trump y Corea del Norte, el calentamiento global y las próximas elecciones aquí]? ¿Por qué la canción del verano debe ser algo impuesto sobre nosotros por la industria musical para que lo disfrutemos durante un período específico de tiempo, el cual es adyacente a cuando ese "algo" en cuestión fue lanzado? ¿Por qué no puede ser "La Gasolina"?
Estas son preguntas difíciles, y no tienen una respuesta real, yo lo sé. Pero ahí les van dos cosas que me encantaría ver suceder: me encantaría que, para este momento de la próxima semana, el Internet —es decir, mi timeline, tu timeline, y esos sitios empeñados en perseguir trends y que constantemente están tratando de empujarnos esa buena mierda en nuestros respectivos timelines como licuado rico en nutrientes— se inundara de memes de "La Gasolina" sobrepuesta con cuestionables pero apropiadas imágenes de conciertos. Quiero ver a la Diva Plavalaguna de El Quinto Elemento pasando un buen rato con "La Gasolina". Quiero escuchar "La Gasolina" encima del video del cover de Johnny Cash a "Hurt" de Nine Inch Nails. Sin embargo, quisiera asegurarme antes que el "DJ sin cables" no se va a acercar ni remotamente a "La Gasolina", y también aclarar que, si el niño dios quiere bailar el pasito perrón al ritmo de "La Gasolina" sería muy positivo para el bienestar de la sociedad en general. (Lo que sí, por favor, nada de videos del hombre que arrastraron fuera del vuelo de United al ritmo de "La Gasolina". Necesitamos mantener ciertos estándares gente).
¿La segunda cosa que me encantaría ver que suceda? Que "La Gasolina" sea la canción del verano en 2017, obvi. Y ey, quién sabe, tal vez ya la es.
El mundo de la producción electrónica y DJs es altamente competido, conforme la lista de géneros y nombres aumenta, se vuelve más difícil innovar, generar un sonido fresco y voz genuina que destaque del resto. Sobre todo en un entorno global en el que es muy fácil llegar a la mayor cantidad de oídos exigentes y receptivos, mismos que de una u otra manera saben detectar cuando hay pan con lo mismo.
Dentro de los modelos más encumbrados en la música electrónica desfilan los nombres de los más grandes, exitosos y adinerados, mismos que son vistos con recelo por el underground y con admiración por los grandes públicos.
¿Qué es lo que los hizo llegar a donde están? ¿Fue un asunto de pura y llana meritocracia, suerte o destino? ¿Existe una fórmula para llegar al éxito? Los DJs y productores amateurs escarban constantemente en los archivos, tomando nota de los trucos, equipo, técnica o estrategias empleadas por los más grandes. Lo cierto es que la grandeza detrás de cada artista varía y cambia según el caso.
Bajo la premisa de que el ejemplo hace al maestro, indagamos en los secretos de 10 de los más grandes DJs del mundo para compartir las fórmulas, lecciones y trucos a seguir para lograr el éxito.
Con 48 años de edad, oriundo de los Países Bajos, el neerlandés DJ Tiësto es hoy por hoy uno de los productores más encumbrados del mundo, posicionado como uno de los más exitosos y millonarios del mundo (su fortuna se encuentra estimada en casi 40 millones de dólares).
Hay quien dice que su éxito se debe a la coyuntura en la que el trance dejó de ser un género meramente europeo para catapultarse a la palestra global a mediados de la década del 2000. Lo cierto es que Tiësto lleva ya casi 30 años trabajando arduamente y alimentando una carrera que lo mismo abreva del trabajo duro y ensayado, que de una estrategia de marketing bien diseñada.
Sin embargo, hay un punto clave en la carrera del neerlandés que significó la catapulta a las grandes ligas. Fue en 2004, cuando a Tiësto (ya considerado el mejor dentro del trance) se le comisionó participar en los Juegos Olímpicos de Atenas. Su acto asombró debido a que muchas de las piezas que hizo sonar no eran muy conocidas en América, dejando perplejo a más de uno.
Saber ubicarse en el momento y lugar adecuados. Muchos factores ayudaron a que Tiësto llegara a la cumbre. Cuando el trance fue asimilado, Tiësto llevaba ya un buen rato gestando un sonido propio, pero cuando MTV compró los canales europeos comenzó a quitar el género de la televisión para ir más al EDM, género en el que Tiësto cayó en blandito.
A partir de ahí, la publicidad y los medios comenzaron a hacer lo suyo, nominándolo a premios como el número uno, invitándolo a colaboraciones y venderlo como el más destacado de su generación.
Tiësto ha confesado que su afán por ser DJ vino desde pequeño, cuando lo único que le apasionaba era compartir música. El resultado de esa pasión puede registrarse con claridad en su discografía de 1996 al 2005, en donde la creatividad y la energía es palpable. El resto ha sido cosechas y concesiones con el pop más ramplón, que lo mismo acaricia a Paul Oakenfold que a Carlos Vives.
Energía, pasión y originalidad: Skrillex
El norteamericano Sonny John Moore, mejor conocido como Skrillex, es una figura clave para entender la masificación del dubstep en el mundo entero y una de las razones por las que muchos productores nuevos se avientan a picarle al Ableton Live.
Amado y odiado a partes iguales, Skrillex sigue siendo uno de los productores de moda con mayor éxito, en buena medida por su agresividad y contundencia para levantar el ánimo de las multitudes.
Desde temprana edad, y desde sus orígenes emo-punks, la obra de Skrillex ha encontrado eco en más de uno, gracias a que supo sacar jugo de plataformas como MySpace, en las que el pasado dolido fueron caldo de cultivo para generar una voz genuina.
Cuando se le pregunta sobre la génesis de su éxito, Skrillex ha sido claro en que una de las razones principales es nunca seguir recetas y tratar de generar un sonido propio, a base de trabajo duro del talento. Esa es la clave de alguien que pese a mostrarse siempre amigable y afable con sus fans, en el escenario muestra una pasión y energía como pocos hoy en día, además de forjar un personaje altamente identificable con la juventud.
Liderazgo: Carl Cox
Grande entre los grandes, Carl Cox es uno de los DJs más reputados en el mundo dentro del house y el techno, gracias a su temprano profesionalismo, en una época en la que el ser DJ era aún parte de un divertimento subterráneo.
Si bien la fama de Cox se ubica en las primeras fiestas clandestinas al aire libre en el Reino Unido, la producción propia se dio a partir de 1991 para el sello de Paul Oakenfold, momento en el que comenzó a catapultarse, siendo uno de los grandes durante casi toda la década de los noventa.
Cuando se le pregunta sobre la fórmula del éxito, Carl Cox es contundente: "Trato de liderar, no de seguir, de no ser visto como alguien que sólo toca los veinte temas más vendidos de Beatport porque eso es algo demasiado sencillo. Además, mezclo capas y trato de disfrazar el sonido original de lo que toco para darle a mis sets algo de creatividad. Esa es la razón por la que salgo: para escuchar la música que no puedes encontrar en MTV, tu radio local o en los charts".
Cuestión divina: Snake
A sus 31 años, el francés Snake es reconocido como uno de los mejores productores de su generación, en donde el hip hop juega un papel crucial en su sonido, mismo que ha sabido aprovechar su temprana fama en 2013 bajo el cobijo del sello angelino Mad Decent.
Snake ha confesado que su deseo de ser DJ vino cuando vio la película "La Haine", en donde aparece en una escena Cut Killer, a quien Snake considera como uno de los DJ más famosos de Francia, gracias a su habilidad para el scratch, lo que influyó notablemente a que el francés optara por los viniles al inicio de su carrera.
Reacio a las entrevistas y siempre meticuloso en sus producciones, Snake ha dicho en más de una ocasión que no existe una fórmula real para el éxito, pero que en su caso fue Dios quien le dio unos oídos privilegiados para saber cuándo algo va a ser realmente grande. Intuición divina.
El poder de la complacencia: Martin Garrix
Uno de los más jóvenes de la lista (21 años). Martin Garrix confiesa que su verdadera pasión por la música electrónica se detonó a la edad de 8 años, cuando vio a DJ Tiësto tocar en Los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Para cuando tenía 12 años, Garrix ya mezclaba bajo el nombre de DJ Marty.
Con el progressive y el EDM bajo el brazo, Garrix también supo sacarle jugo a su talento a través de las redes sociales, tópico que hace sentido cuando se le pregunta sobre su buena estrella, ya que uno de sus objetivos constantes es "ser relevante y crear temas propios". Esos dos elementos lo llevaron a posicionar su primer éxito en la segunda mitad de 2012, cuando hizo el remix de la canción "Your body" de Christina Aguilera.
"Lo que me hace único es siempre encontrar lo único y sorprender a las personas", afirma Garrix, quien está bien acomodado en forma y contenido de la popularidad como modelos a seguir (sus artistas favoritos son Coldplay y Kendrick Lamar). Darle a la gente lo que quiere, ese es su secreto, como él dice: "Si veo a alguien sonreir, yo sonrío, si veo a miles de personas estando contentos, yo me alegro mucho y me siento agradecido por hacer esto".
Determinación: David Guetta
A sus casi 50 años, David Guetta lleva ya varias décadas encumbrado como uno de los mejores DJs del mundo, trabajando un sonido que se camuflajea entre el pop, el house y el EDM. Desde muy temprana edad, Guetta decidió dejar los teclados y dedicarse a la música electrónica, compitiendo secretamente con uno de sus tempranos role models, adivinen: Tiësto.
Cuando Guetta es cuestionado sobre la génesis de su éxito, el DJ francés siempre cuenta la misma anécdota, cuando de pequeño cursaba la secundaria y una profesora de matemáticas se mostró preocupada por su bajo rendimiento:
-No se preocupe, yo quiero ser DJ. No necesito ser bueno en matemáticas.
-¿Qué es eso? -preguntó la profesora.
-Utilizo caras B, a cappellas y mezclo temas, creo loops...
-Eso no es un trabajo. ¿Crees que te vas a ganar la vida así?
Y sí. Años después, el trabajo de Guetta no sólo le da de comer sino que le ha permitido amasar una fortuna de más de 40 millones de dólares, entre colaboraciones, conciertos, soundtracks y comerciales para exclusivas marcas. Música y marketing.
La de Guetta es una historia de éxito acuñada a base de trabajo y determinación, en el que también entra en juego la solidez del equipo que forma con su esposa Cathy (Dakar, 1967), quien por cierto se quedó con la mitad de su fortuna tras su divorcio en 2014, tras 25 años de relación.
Herencia visionaria: Armin Van Buuren
Otro de los hijos afortunados de los Países Bajos, a sus 40 años, Armin Van Buuren se ha colocado en el radar de propios y extraños de la música electrónica, con un trance que eventualmente coquetea con el pop y que tampoco tiene concesiones a la hora de participar con el mundo del marketing.
Van Buuren ha declarado que su deseo nunca ha sido ser un artista comercial, aunque su talento lo ha llevado por esos caminos, gracias en buena medida a la pasión por la música de su padre, quien también soñó en su momento con la posibilidad de tener una máquina en la que unir trompetas, violines y sonidos de piano para componer su propia sonata fuera una realidad.
A sus 14 años, Van Buuren ya componía sus propios temas con un mezclador y un sintetizador, y con 19 ya estaba trabajando como DJ en una discoteca de su ciudad natal para cosechar sus primeros éxitos.
Pero no fue sino hasta 2001, que Armin logró el éxito mundial. Si bien para entonces sus fans se contaban por centenas, su intención de llegar aún a más gente le llevó a crear el programa de radio A State of Trance.
Fue el incipiente internet lo que gestó la posibilidad de descargar sus temas desde la página oficial del programa y la publicación de la emisión en internet, así como la difusión vía programas P2P. Ahí fue cuando todo cambió.
Aprovechar las oportunidades: Calvin Harris
Con 33 años y un rango amplio de sonoridades que van del electropop al dance y el house, el escocés Calvin Harris lleva alimentando una prolífica carrera de finales de los noventa a la fecha. Su éxito hace referencia multitudes bailando, millones de discos vendidos y una fortuna de más de 60 millones de dólares, siendo hoy por hoy uno de los DJs mejor pagados del orbe.
Buena parte del éxito de Harris se entiende gracias a las múltiples colaboraciones que tiene con diversos artistas de todos los géneros. Visionario y estratega, Calvin Harris ha dicho que su fama y reputación viene del click generacional con la juventud, en el que "el auge de la música 'dance' ha sido astronómico en los últimos tres años. Estuve en el lugar correcto y el momento adecuado".
Diversificar el talento y la riqueza: Steve Aoki
El norteamericano Steven Hiroyuki Aoki tiene casi 40 años y parece de 20, gracias a la energía que desborda en el escenario, en donde lo mismo arroja pasteles a la gente, que se sube a bailar a las tornamesas, mientras da más presentaciones de las que puede aguantar un cuerpo promedio, en medio de rolas pop locales, múltiples entrevistas y colaboraciones, todas ellas traduciéndose en más ceros en la cuenta.
¿Qué es lo que hace a Aoki un ser de otro planeta y uno de los DJs con más presencia en el imaginario colectivo contemporáneo? Más allá de su férrea disciplina y un equipo coordinado detrás de él, que cuida de sus tiempos, contratos y salud, Steve Aoki traduce la ansiedad desbordada en trabajo duro y ordenado que lo encumbra como una de las figuras más ponderadas del EDM.
Steve Aoki se estima a sí mismo como un individuo afortunado, especial, diferente y, por qué no, súperdotado, que enfoca todos sus esfuerzos en traducirlos en un beneficio, ya que si bien es hijo del millonario japonés Rocky Aoki, propietario de una cadena de restaurantes en Estados Unidos , Steve ha construido también su propia fortuna al producir, administrar y crear música para sus fans.
Hoy en día, Aoki tiene una fundación para apoyar a diversas organizaciones en áreas especializadas en la ciencia del cerebro y la investigación con un enfoque específico en la medicina regenerativa y la preservación de la mente humana.
Creer en uno mismo: Alesso
Se estima que sólo el 10% de los DJs mundiales tiene acceso a una vida de jets privados y lujos extremos derivados de su éxito. A sus 26 años, el sueco Alesso es uno de esos afortunados, gracias a la confección de un house virado hacia el EDM, que encaja perfecto en el gusto de los grandes públicos.
El hijo predilecto del extinto trío Swedish House Mafia ha subido como la espuma de 2011 a la fecha, gracias a que tiene un método de trabajo bien definido, en donde la determinación y creer en el trabajo propio lo ha llevado a confeccionar un hit tras otro.
El productor sueco ha recomendado siempre el trabajo enfocado: "Trabajen duro, porque hay mucho trabajo detrás de todo. Concéntrense, no se distraigan por cosas que no tienen mucho sentido y diviértanse". Creer en su trabajo, siempre: "Nunca me permito pensar en una canción en términos del éxito que pudiera traerme, simplemente tengo que creer en ella", afirma Alesso, quien también asegura sentirse más seguro de sí mismo, tanto como productor como compositor, además de verse mucho más involucrado y disfrutando del éxito suficientemente como para sentir que puede hacer lo que quiera.
Sumérgete en el contenido sabroso de nuestra Semana de la Cumbia haciendo clicaquí.
Si uno le pone suficiente disposición al asunto este de vivir, el mundo entero puede ser completa y enteramente cumbiable. A merced de la perspectiva rígida proveniente de las huestes más exquisitas del mundo sonoro, la cumbia es uno de los grandes fenómenos musicales en la historia de la especie humana.
Sí, en el pasado decían que era para indios y nacos. También es cierto que hoy la baila en las colonias más ricas de la capital mexicana hasta el CEO más apretado de cualquier empresa líder en explotación de riqueza pública. Hoy la cumbia une fronteras, desdibuja criterios y va directamente a los pies, las nalgas y la delicia, que al igual que la manteca más cochambrosa y deliciosa, estamos convencidos que es un vehículo en el que viaja de manera orgánica y natural el sabor.
No hay que olvidar que también ha sido vehículo de los cambios sociales, reivindicando a las clases oprimidas, y que también es el pretexto para que la reducción a menos cero de nuestro intelecto pueda navegar libremente. Plátano frito en el aceite requemado.
Dentro de la amplia vastedad del universo-cumbia existe un lugar recurrente: toda agrupación que se respete debe tener un tema de batalla que sea “La cumbia de…”.
Al igual que los corridos mexicanos de personajes memorables, una canción con la palabra cumbia en su título puede ir del absurdo a la profundidad tanto como se desee, inmortalizando frases, pasajes, momentos (y referentes de todo tipo) de forma irrevocable. El límite es el cielo.
Las hay clásicas (“La cumbia de los pajaritos”, “Cumbia sampuesana”, etc.), pero también existen esas chuladas absurdas, atípicas e irreverentes. Esas son las del power.
Hoy compartimos 50 cumbias perronas para conocer el mundo, ir de aquí para allá y más allá del universo y regresar todo bien pinche raspadote de tanto bailar. Son 50 trallazos sabrosones para tallar el piso con humor y pasión.
Disclaimer-croqueta para el hater de ocasión: Sí, sí, ni son todas las que existen y lejos están de ser las mejores, pero valga este listado para demostrar que tarde o temprano, la cumbia te atrapa y llega a ponerte en jaque, que es el pretexto perfecto para aguantar la azotadora realidad, entender mejor la psique humana (cumbia psiconálisis, ¡ay wey!). Y, por qué no, para que la fiesta no pare nunca. ¡Queeeeeee suene la cumbia!
1. Súper Grupo G - "Cumbia de los monjes"
Directamente de La Presa, Estado de México, llega el Súper Grupo G (antes conocido como Súper Banda G), con uno de sus grandes temas, una cumbia eclesiástica, que lo mismo la bailan los monaguillos que los padrecitos previo a la misa del domingo. Un ejercicio de constricción y sabor.
2. Súper Grupo Colombia - "Cumbia del chinito"
La bailan en todo Oriente, llevan el nombre de la cuna de la cumbia en su nombre, pero son muy mexicanos. La tocan los sonideros, la bailan tus tíos en la peda y se goza más cuando las chinitas mueven la cintula. Ni Confusio tuvo tanta plecisión en la pista.
3. La Sonora Barranquilla - "Cumbia de Satanás"
Cumbia malandra para quemarle las patas al diablo y hacer un pacto digno de Robert Johnson. Una de nuestras favoritas para hacer arder la pista. Y en el infierno la bailan ¡así!
4. Don Publio Martínez y sus Corraleros - "Cumbia Satanás (rebajada)"
La Pxxr Gvng se puso las pilas y la covereó a ritmo de trap. En México aún no hay ningún valiente que lo haga. Lo cierto es que esta versión con el pitch abajo es aún más oscura y nasty que la anterior. Ambas merecen irse al infierno en esta lista de sabor.
5. Fito Olivares - "Cumbia de la cobra"
La movida grupera tiene varias joyitas escondidas de cuando a fines de los setenta, ochenta y noventa se dedicaron a coverear clásicos de la cumbia. Imaginen una cumbia para domar ese animal ponzoñoso que es la cobra venenosa. Con reminiscencias orientales y siseos viboriles que sirven para gozar el sabor cumbiero como mandan los cánones. Desde Tamaulipas con amor, Fito Olivares y La Pura Sabrosura nos traen este cumbión venenoso.
6. Súper Grupo Colombia - "Cumbia asesina"
Segunda gran aparición en este listado del Súper Grupo Colombia. Cumbia azotada, lastimera y de vasito sudado para todos los machirulines despechados. Era otro México, mano.
7. Grupo Conspiración - "Pájaro cumbia"
Este clásico roquero de The Trashmen ha sido cumbiado por varios combos como La Mera Vena Cumbia de Torreón y El Grupo Maravilla, entre otros. Sin embargo, nos quedamos con la versión más cutre y desparpajada de Grupo Conspiración, que con sus teclados despitorrados e interpretación despelucada, le devuelven un poco el sonido original a este clasicazo del rock and roll.
8. Botellita de Jerez - "La Baticumbia"
Si bien Caifanes marcó el camino para aceptar la cumbia entre las narices alzadas del rock mexicano, fueron Paco Barrios, Armando Vega Gil y Sergio Arau quienes dejaron en claro que los súper héroes galanones del barrio merecían una cumbia mexicana con todas las de la ley. La lección es directa: “pa’ batir el bati bote, hay que hacerlo pegadito, das un paso de brinquito y una vuelta con rebote”.
Puntos extra porque alguna vez pudimos ver bailarla lo mismo a primas, tías y abuelas, que a Verónica Castro, Pocholo y César Costa en Papá Soltero. Originalmente se llama “Abuelita de Batman”, como una derivación propia del argot chilango de “a huevo”, pero todos la conocemos como la Baticumbia. ¡A huevo, Joven Maravilla!
9. Selena - "Technocumbia"
La reina del Tex-Mex se subió al tren del techno-lo que sea, como la Techno Banda de Mi Banda el Mexicano en su momento, y puso a bailar a toda la chicaniza con este cumbión enfermo llamado "Technocumbia". Lo mueves para acá, lo mueves para allá. Esta versión pre reggaetón es excepcional. Tomen eso, modernas inventadas.
10. Antonio Ríos - "Cumbia del marcianito"
Esta se llama originalmente “Nunca me faltes”, pero las huestes youtuberas la hicieron fenómeno de clicks y se rebautizó como “La Cumbia del marcianito”. Puro tapping guitarrero chingón.
11. Grupo Jalado - "Cumbia del monitor"
La cosa es sencilla: si te llamas Grupo Jalado y haces la "Cumbia del monitor” no mereces morir nunca. Nunca. Si bien el show de Grupo Jalado le hace honor a su nombre arriba del escenario, este cumbión tiene reminiscencias clásicas a lo más granado de la chicha peruana. Saquen el pisco.
12. Pibes Chorros - "Cumbia chorra"
En Argentina, la cumbia villera es un verdadero deporte ñero, que lo mismo abreva de Landeros que de Mick Jagger. El status de barriada urbana marginal malandra se reviste de portentos como los Pibes Chorros, que en español genérico significa algo así como los chicos ladrones. Una rola de instrucciones para bailar rico: “La mano en la cabeza, la otra en la cintura, moviendo bien la cola, las pibitas lo mueven piola”. Genios.
13. Grupo Jujuy - "Cumbia del ferrocarril"
Puebla tiene una de las cumbias más fuertes y con personalidad de todo México. Junto a grupos como Los Daddys o Los Kiero, Grupo Ju Juy es una de las grandes figuras de Cholula. Hay un disclaimer sonidero en esta versión, que mientras truena este clásico, se versa sobre la verdad: “Este es el verdadero sabor de la cumbia”.
14. Joe Rodríguez - "Cumbia de los pobres"
Desde finales de los setenta, esta canción es pura reivindicación y realidad pura. Habría que preguntar a Ximena Sariñana si quiere hacer un cover de esta pieza que pone el dedo en la llaga de la carencia socioeconómica, el esfuerzo y el destino cruel. Cumbia venezolana para las clases oprimidas. Para ustedes, este cumbión.
15. Organización Génesis - "Cumbia de las brujas"
Si bien esta pieza la toca La Sonora Dinamita bajo el nombre de “Las brujas”, este combo grupero potosino le da el toque preciso con embrujo, hechicería del sabor y brebajes puestos para el baile. Ay nanita con la oscuridad.
16. Chico Cervantes - "Cumbia de la paz"
Clásico de clásicos de la cumbia colombiana más sentida. Muchos conocieron esta pieza con el sampler del Instituto Mexicano del Sonido, pero la mera grasa acordeonista de Manangué, Bolívar, es esta, autoría del legendario integrante de Los Corrarelos de Majagual. La cumbia es amor sublime y universal.
17. La Tropa Colombiana - "Cumbia de la vaca"
Antes de que todo fuera la misma vaca, esta pieza puso a bailar a miles. Un sonido sabroso, prominentemente vallenato y harto sabroso, que lo mismo va de Colombia hasta Monterrey para gozar de gavilán al más puro estilo chuntaro. Suena calacas.
18. La Sonora Dinamita - "La Cumbia del Sida"
Cumbia para el sector salud. La grandiosa Sonora Dinamita pone el tema en la mesa justo cuando se dio el boom del Sida en los ochenta, con la “nueva” enfermedad de la que había que cuidarse. Gocen rico, pero por favor, ¡usen condón!
19. Sonido Vibración Colombiana - "Cumbia de la Pitufina"
Una cumbia que se ha quedado bien guardada entre los sonideros más marginales de México, pero que la banda topa perfectamente, sobre todo aquellos fluidos en la pléyade de enanos azules enemigos de Gargamel. Aquí una versión con Mr. Choki, que la hace todavía más perturbadora que la original. Échense este trompo a la uña.
20. Rogelio Rojas - "Cumbia de los Minions"
Si los más jóvenes se sienten segregados con la “Cumbia de Pitufina”, el comediante chileno Rogelio Rojas trae para la chaviza esta infamia dedicada a esos seres insoportables y amarillos que buscan una sola cosa en esta canción: comer papaya.
21. Alejandro Bernal - "Cumbia de las iglesias"
Otra que fue rebautizada. Original de Alejandro Bernal, en el mundo sonidero esta cumbia es conocida como la “Cumbia de las iglesias”, gracias en buena medida a su organito muy a la Juan Torres. Cumbia rica y clásica.
22. Eduardo Zurita - "Cumbia de los toquecitos"
También conocida como la “Cumbia de los efectos especiales”, esta pieza la popularizó Ariel Pérez, reconocido como uno de los padrinos de los sonideros chilangos; aunque este tema futurista es originalmente ecuatoriano, en específico del quiteño Eduardo Zurita, también muy a la Juan Torres e influencia de Gonzalo Martínez y sus Congas Pensantes. Pieza versionada por muchos y una infantable en Peñón de los Baños y casi todo Tepito. Es Tepito...arde.
23. Gonzalo Martínez y sus Congas Pensantes - "Cumbia triste"
El otrora líder de Los Prisioneros, Jorge González, formó en 1997 este dueto de cumbia electrónica retrofuturista con tintes melancólicos, que pasó sin pena ni gloria en su natal Chile, pero que hoy en día es un gran referente para toda la oleada electrocumbiera de la primera mitad de la década del 2000, la cual puso a bailar a la clase media alta en toda América Latina.
24. Grupo Villa Cardel - "La Cumbia Chilaquil"
Si las penas con pan son menos, con chilaquiles reparadores han de ser una gloria total. Este combo poblano revivió el platillo mexicano, en buena medida gracias al perrito fenómeno de internet. Cumbia con crema y cebolla, bien caliente y clasiquita.
25. Laurie Fire* - "La Cumbia de Alf Villero"
Una rareza de las que sólo se encuentran tras varias horas-nalga en Internet. No se sabe si hay un registro discográfico de esto*, ni conocemos al genio que le dio vida al tema de inicio de una de las series gringas de medio pelo más queridas de la segunda mitad de los ochenta y principios de los noventa. Nostalgia extraterrestre que haría muy feliz a Gordon Shumway, que sin duda haría bailar a Willie y Kate Tanner. Aquí dos versiones igual de taradas.
26. Los Sonoreños - "La cumbia de Mario Bros"
¡Fierro pariente! Cumbia norteña mexicana dedicada a Mario y Luigi. Una chispada local para comer plantas y soltar bolas de fuego cada que hay una aventura que sortear. Por si quedaba duda que la cumbia (y el Nintendo) son universales.
27. Yerba Brava - "La cumbia de los trapos"
Villeros de corazón, oriundos de San Fernando, Argentina. Hinchas a morir, Yerba Brava ejecuta esta cumbia pambolera, pasional, etílica, localísima y que deja el alma en la cancha y el escenario. ¡Aguante, loco!
28. Grupo Kual - "Cumbia del wirito"
Orgullosamente mexicanos, Grupo Kual es uno de los combos cumbieros contemporáneos favoritos de los que raspan la pista sin prejuicios, con un rango que lo mismo atraviesa las sonoridades mexicanas, que las peruanas, cubanas y colombianas. ¡Súbele mamá!
29. Grupo Kual - "Cumbia en la soledad"
Segundo cañonazo de Grupo Kual. Paren oreja al grito de guerra y el acordeón machacante. ¡Wepa! Ser solitario nunca había sido tan sabroso.
30. Sonido Changorama - "Cumbia del informe"
Ya tiene poco más de diez años que la cumbia laptopera y electrónica chilanga tuvo su auge macizo, pero el combo de Zaratustra Vázquez (q.e.p.d.), David Somellera, Fabián Cocho, Rafa Couto y Diego Ibáñez sigue resonando en nuestros corazones. Cumbia y patria por siempre. Vamos a Palacio Nacional / a escuchar el sonido local.
31. Diego Alione y su Banda Comando - "Cumbia de Rambo"
Mensaje antibélico cumbiado bajo el pretexto de un pacifista metralleto. A Rambo no le gusta la guerra, pero sí bailar y gozar. Una joya soterrada del cordobés Diego Alione, afincado en México y olvidado entre jingles y pasarelas. Su parecido con el Rambo original es sencillamente inquietante.
32. Miseria Cumbia Band - "Cumbia de Mumm-Ra"
El guatemalteco Pablo Cristiani dio vida a uno de los combos más infames, que pasó de la gloria al escarnio con temas susceptibles de plagio como “No se acaba el amor”. Su éxito más recordado hace referencia rapera-cumbiera a una de las series más entrañable de la generación ochentera. Seguro Leono se puso unas pedas inmortales con esta iniquidad.
33. Cañada de la Cumbia - "Cumbia de Gokú"
Desde Oaxaca llega esta grasa metida con calzador, con todas las ganas de pegar para todas esas generaciones que se traumaron con la lluvia de calzones del Maestro Roshi y las esferas del Dragón. Espantoso.
34. Sonido México y Sus Estrellas - "Cumbia del aborto"
Cumbia mocha que seguro hace las delicias en las fiestas de Provida. Infame, moralina y altamente olvidable. Su mensaje es insoportablemente claro: di sí a la vida y no al aborto. El ángel de paz debería sentirse arrepentido ya mismo.
35. Los Socios de la Cumbia - "Cumbia del piropo"
Arrabalera, grasosa y hoy políticamente incorrecta en su parte más sensible, esta cumbia sigue sonando duro en el ambiente sonidero chilango. Original de Arcoíris colombiano, esta pieza ha sido altamente covereada y reversionada. Aquí una versión con más punch de un clásico cumbiero de antaño.
36. Colombia John - "Cumbia del apagón"
Este clásico cumbiero peruano es reinterpretado con todo el mal gusto del mundo de forma alburera por el combo de morritos potosinos Colombia John.
37. Lia Crucet - "Cumbia Apretadita"
Lia Cruscet es toda una institución en el mundo del teatro de revista grasa argentino. Poderosa, pícara, vedette voluptuosa y cumbiera de corazón, esta aportación de su parte es pa bailarse pegadito y meneadito. Para los que llevan el sabor en el corazón.
38. Los Reyes Locos - "Cumbia del Chavo"
Leyendas locales en su natal Nueva Rosarito, Coahuila, Los Reyes Locos se hicieron medianamente famosos por hacer cumbiado uno de los temas televisivos más arraigados en el inconsciente popular latinoamericano. Algo atípico para una banda con más de cuatro décadas de trayectoria. En paz descanse Servando Elizondo, su baterista estrella.
39. Los Querubines Negros del Molocotongo - "La cumbia metalera"
Fenómeno de Internet, one-hit wonders y chafones de cuna, Los Querubines Negros Del Molocotongo son un grupo costarricense que nació en la televisión local por allá de 2008. Su vacilón metalero-cumbiero pasó al olvido rápidamente, por fortuna. Sirva este registro para mostrar a las generaciones venideras que la cumbia es de todos, sí, pero que tampoco hay que abusar.
40. Afrodita - "Cumbia Flavour"
Ima Felini, Karin Burnett y Ali Gardoqui dieron vida a uno de los combos electrocumbieros más memorables de la capital mexicana. Esta pieza hace un recorrido sabroso por la historia de la cumbia. Más didáctico, ni los libros de la SEP.
41. Anónimo - "Cumbia del iPhone"
No todos los héroes llevan cumbia, pero probablemente sí unos ejercicios de modernillo bajo el smartphone.
42. Pulpazo y su Son Latino - "La cumbia de las flores"
Sueño que al morir, me entierren en Yucatán, con un cevichito bien fresquito y "La cumbia de las flores" de Pulpazo y su son Latino. Sí, rico, rico. Va esta flor con cariño para todas las bellezas que pasan al mercado. Sabor.
43. Kings del Wepa, Tomy y Los Compas y Ricky Showmen - "Cumbia del rallador de quesos de Monclova"
Desde Coahuila con estilo y mucho amor, llegan los amos del “baile de brinquito”, los Kings del Wepa, quienes llevaron unos cholazos gavilanes que se caracterizan por confeccionar producciones de rango bailador “de meneo sin esfuerzo”, en donde la rima rapera sencillona y la cumbia, encuentran un maridaje semisupremo, sin la necesidad de grandes estudios tras de sí. Puro caserito. ¿Qué es en realidad el rayador de quesos?
44. Los Daddys - "La Cumbia del Pájaro Loco"
Oriundos de ese hermoso municipio de Puebla que atiende al nombre de Chinantla llegan los putos amos, Los Daddys, quien le rinden homenaje con todo y Auto-Tune pajarraco a uno de los personajes más cábulas y jocosos de los dibujos animados. Porque el pájaro, loco...
45. Los Destellos - "Cumbia del japonés"
Olvidados por algunas décadas y rescatados por la arqueología musical (¡gracias Internet!) en tiempos recientes, estos titanes de la chicha peruana poseen una de las cumbias con mejor maestría en el mundo. Enrique Delgado, la mente detrás del grupo, tocaba la guitarra para todo: desde coverear música clásica en cumbia, hasta plasmar humor en ella. Y uno de los mejores ejemplos del segundo caso es esta canción. Lo podemos escuchar balbuceando algo que suena a todo, menos a japonés.
46. Orihuela M.S.S. - "Cumbia de los ajos"
La tradición de la cumbia poblana corre por las venas de Orihuela, un tipo que decidió desde su trinchera en aquel Estado comenzar a darle vida a una nueva especie cumbiera que pedía a gritos ser explorada. La cumbia de los ajos bien podría ser su mejor carta de presentación: una pieza dedicada a las drogas que todo mundo quiere meterse al escuchar cualquiera de sus canciones. Un poderoso recordatorio de que la cumbia no muere, solo se transforma. Y jamás deja de sorprender.
47. Sonido Desconocido II - "Cumbia de la cuesta del ñero"
Paralelo a su obra con Sonido Changorama, Diego Ibáñez confeccionó un pequeño monstruo de cumbia digital llamado Sonido Desconocido II. Su meta: diseccionar el género y hacer sentir cada una de sus partículas de forma electrocuántica. Siempre se cumplió y evolucionó a su forma humana más tarde. Aquí lo podemos escuchar en uno de sus momentos más álgidos, con Karen Ruíz de Haciendo el Mal insertando letras en uno de los grandes clásicos del proyecto.
48. Los del Garrote - "La cumbia del garrote"
Lo mejor en esta vida, y más si de cumbia se trata, es la honestidad. Si eres un grupo de un solo éxito, y éste va a vivir por siempre, pues te llamas como tu rola, ¿no? Tanto pegó este portento, que posteriormente le salieron hijitos de secuencia, pero ninguna como ésta, en donde la violencia en pareja se bailaba.
49. Los Wendys - "Cumbia nácar"
Los Wendys son una de esas bellas cosas que anda perdida en la memoria de los principios de la cumbia laptopera chilanga. De repente aparecen reedits, de repente uno no encuentra nada. Lo cierto es que si fuéramos justos con la historia, Ima Felini sería mejor reconocido por la figura cumbiera que es. Este proyecto es una belleza, ya que es el epíteto de aquel combo de cumbia vaquera, en mancuerna con Paulina Lasa. Esta versión es la que encontramos en YouTube, pero le tenemos más cariño a aquella vieja versión sin tanta producción.
50. Mención honorífica: Los Mirlos - "La danza de los Mirlos"/"La cumbia de los pajaritos"
Este podría ser quizás el momento más álgido de la cumbia latinoamericana. Provenientes de Moyobamba, Perú, Los Mirlos -ahí al lado de Los Destellos y Juaneco- son la gran efigie de la chicha amazónica setentera. Merece todo nuestro reconocimiento y si bien alude originalmente a "La Danza de los Mirlos", mucha gente le pega, conoce, baila, chifla y suena como "La Cumbia de los Pajaritos".
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Ahora bien, ¿qué les parece escucharlas todas de un tirón? ¡A gozar!
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Compruébenlo ustedes mismos. En cualquier lugar donde suene una canción de cumbia, inevitablemente habrán sonrisas. En serio. Vayan a caminar por los bares de su ciudad en donde suenan cumbias y miren las bocas de los afortunados seres humanos que estén en el lugar. Siempre estarán sonriendo. No hay otra alternativa. La cumbia hace que seamos mucho más felices y soportemos un día más la hermosa batalla.
Cada vez que estoy obstinado con cualquier aspecto de mi vida —algo muy fácil—, busco mi disco favorito de cumbia, lo pongo en Spotify y, automáticamente, busco alguna cerveza que tenga en el refri y me relajo. Esa es mi manera de relajarme: escuchar cumbias de Perú mientras tomo cerveza. No hay manera más efectiva de lograr que sí vaya a la oficina al otro día y no le hable mal a todos. La cumbia salva vidas.
Hay algo que he notado cada que escucho cumbias. Me llevan a un estado elevado de consciencia, y yo normalmente no estoy en un estado elevado de nada. Soy una persona básica. Me gusta el futbol, las chicas, la cerveza, la música, tocar el piano, los libros y los vinilos. No hay nada del otro mundo ahí. Verga, aunque releyendo esa definición de mis gustos creo que soy un hipster común del 2017.
Siguiendo con eso del estado elevado de consciencia, no sé si por algún tipo de sinestesia o algo, pero cada vez que escucho cumbias siento que cada canción tiene un significado escondido. Como si cada acorde que usaron para componerla, tuviese como secreto el uso de alguna sustancia para aumentar la creatividad. Y bueno, he tenido una vida dura, tormentosa, y llena de situaciones inestables, así que he probado una cantidad de drogas considerable para mis 28 años y siento que tengo voz y voto para decidir a qué droga suenan las canciones. Sí, acabo de escribir eso que leyeron, no están equivocados.
Hay muchos tipos de cumbia: villera, rebajada, romántica, chicha, colombiana, venezolana, clásica, cumbiamba. Y la verdad son extremadamente distintas entre sí, aunque mantienen algunos patrones rítmicos que hacen que sea más fácil reconocer el subgénero. Yo las reconozco porque me hacen levantarme de la silla donde ando comiendo hielo y me pongo a bailar.
Entonces, en un ejercicio que quedará para la posteridad, acá te decimos a qué droga suenan algunos tipos de cumbia para que no te confundas más.
Advertencia: solo calificaré canciones con drogas que haya probado.
Cumbiamba
Resultado: Cocaína
Varios autores argumentan que los negros que llegaron de África para ser esclavizados, tenían danzas y tonadas especiales que a medida que pasaba tiempo las cantaban en el castellano que aprendían. La principal diferencia que tiene la cumbiamba con la cumbia, es que la cumbiamba se toca con acordeón, flauta de millo y sin velas. Los implementos que se usan en el rito del baile y la instrumentación que manejan son distintos a su vez.
Así que partiendo de toda esa información, podemos decir que es totalmente otro tipo de fiesta, una mucho más obscura y sin luz (velas). Al entrar a la puerta de esta fiesta, siento que todo el mundo me está mirando bien raro, ya que no sé en lo absoluto llevar el ritmo o bailar la cumbiamba. Es sumamente difícil, y mi ansiedad está subiendo segundo a segundo mientras veo a dos chavas torcer sus cuerpos como si estuviesen poseídas por algún demonio. Linda Blair estaría orgullosa, pienso. Me levanto del sofá, doy cuatro pasos con mayor pena que cuando mi mamá me dio una cachetada en frente de mis amigos de segundo grado, y me atrevo a pedir un ron con coca zero al bartender para bajar los nervios y estar mucho más sociable.
Me llega un hombre con sombrero de paja, jeans apretados, y una camiseta abierta que hace que pueda verle los vellos de su pecho, a lo que me grita "¿y tú qué, andas de 'Estado Miranda' y ya? Haciendo la analogía de "Miranda y mirar", porque obviamente solo veo a todos bailar y ya. Mete su mano en su bolsillo derecho, saca una bolsita negra, y me dice "toma, esto es lo que necesitas para entender esta mierda, pendejo". Tomo la bolsita, y al olerla me doy cuenta que es cocaína. Mojo mi dedo en el gramo o dos que habían en la bolsa, y me sello los dientes y encías para luego sentir que soy uno más de la fiesta. Por arte de magia, sentí que me sabía las canciones y, por fin, pude bailar. Mi madre estaría orgullosa.
Cumbia Romántica
Resultado: Alcohol
El auge de la balada, podría decirse que tuvo su máximo éxito en los ochentas gracias a baladistas como Julio Iglesias, Camilo Sesto y Manuel Alejandro. Pero, a diferencia de que en esa época eran casi solo baladistas los que las cantaban o componían, a finales de los ochentas y en todos los noventas empezó a verse el gran fenómeno de bandas de muchísimos géneros grabando baladas. ¿Recuerdan "More Than Words"? Esa canción sale porque a todas las bandas de la época, independientemente del género, las disqueras las animaban a grabar baladas. O la misma "Nothing Else Matters", de Metallica. Era un retrato de la coyuntura. La cumbia, obviamente no pudo huir de esta tendencia amorosa. A lo largo de esas dos décadas, la balada se fusiono también con ritmos latinos y afroamericanos para formar otros estilos como la salsa y cumbia romántica.
Dolor, desamor, olvido, pena, llanto, tristeza, amor no correspondido, desesperación, alma en pena, ingratitud, infidelidad, egoísmo, resentimiento, melancolía, infelicidad, amargor, desaliento, desánimo, infortunio, desgracia, preocupación, desconsuelo, sinsabor, trance, depresión. Desasosiego, tribulación, tormento, intranquilidad, inquietud, perturbación. Siento absolutamente todas estas cosas al escuchar la canción. Y, obviamente, no hay nada en el planeta tierra más correcto para sobrellevar estos sentimientos que beber de la fuente eterna del alcohol. In vino veritas. Oír esta cumbia y no perder el conocimiento en las gotas sagradas de la embriaguez, sería un pecado. Esto es la tristeza más triste del mundo. La canción de las novias infieles, la canción del amor que no sientes. Y también las pastillas que mezclas con vino antes de acostarte a dormir decepcionado de no pertenecer a ningún lugar. Gracias, Bronco.
Chicha
Resultado: LSD
La cumbia de Perú es mundialmente conocida como chicha. Y la verdad es que es muy distinta a los demás subgéneros de cumbia. La fusión que hay entre el rock psicodélico, cumbia colombiana, y las percusiones le dan un sabor que es imposible obviar. Incluso, las escalas utilizadas por los músicos se ubican fácilmente, y normalmente los acordes y arreglos que acompañan a la chicha hacen que sea muy difícil de confundir. En los ochentas se empezó a llamar chicha para diferenciarla de la cumbia colombiana, por la fusión bien clara que tiene el subgénero.
Mi favorita, mi as de ases, mi playera de Maradona del 86, el primer beso de mi primera novia, la última vez que cogí sin condón (y con consentimiento mutuo), la primera vez que escuché punk, y obviamente lo que sentí cuando terminé de ver Space Jam. Eso es la chicha para mí. Es indudablemente uno de mis géneros favoritos en la vida. La verdad es que cada vez que escucho alguna rola de este tipo, entro en un trance que hace que mi cerebro sienta que mis pensamientos sean bien coloridos y viaje hasta mi infancia. Es raro, ya que cada guitarrazo, línea de bajo, o coros, me recuerdan cuando era niño y todo era más fácil que hoy. No sé si serán las letras, o que en reuniones familiares sonaba música parecida, pero la chicha me hace viajar de una manera psicodélica. Incluso, cuando termino de oírla, siento como si estuviese cansado y necesitara un tiempo a solas. Es una experiencia íntima y reveladora, que logra que analice todos mis errores y aciertos y medite sobre si estoy en el lugar en el que debo y quiero estar. Bendita chicha.
Cumbia Villera
Resultado: MDMA
La fotografía más clara de los dosmiles y la cumbia villera probablamente sea el ya icónico disco de Yerba Brava, Cumbia Villera. Históricamente, quizás la característica más grande de estas cumbias sean sus letras misóginas y ofensivas, y su asociación a la clase baja argentina —los "villeros"—. Las referencias de las letras casi siempre tocan los mismos temas: drogas, delincuencia, sexo. También, es un género muy utilizado en los estadios de futbol y las barras de los equipos acostumbran a usarlas para crear canciones para sus equipos.
Estoy en el estadio un domingo soleado a las dos de la tarde haciendo la cola para entrar a ver un Colón - Lanús, partido agónico, ya que el equipo que pierda desciende. Hay calor, muchísima gente saltando con la playera de su equipo y padres e hijos cantando la misma canción a todo pulmón para ser uno más de la barra. Ya sentado, pasan vendedores con vasos de cervezas light con sobreprecio, y a mi lado hay dos abuelos discutiendo que Messi no es ni la mitad de lo que fue Diego. Repiten mucho que es un pecho frío y que no canta el himno. El 10 de Colón, zurdo y con cabello largo, se saca a dos centrales y da una asistencia para que el delantero que tenía siete fechas sin anotar, haga el gol de su vida y los mantenga momentáneamente en primera división.
El estadio tiembla, la gente se pierde en un mar de abrazos, me besan desconocidos, y terminan ofreciéndome una especie de "agua loca". Tomo de esa agua y a los minutos siento que soy uno más del equipo, que tengo que brincar con todas las fuerzas de mi cuerpo para que el equipo aguante ese 1-0. Me muerdo los dientes, mi mandíbula se siente cansada, y mis pupilas están del tamaño de las orejas de Mickey Mouse. Dos minutos de descuento, córner a favor de Lanús. Sube el portero y cabecea el balón, pero pega en el travesaño y nuestro central y capitán despeja con toda la fuerza de su vida. En el contragolpe está nuestro diez solo y patea al arco vacío para que todo el estadio entre en una euforia colectiva sin precedentes. Besos, abrazos, lágrimas, llamadas a ex parejas, declaraciones de amor, propuestas de matrimonio. Suena el silbato y Colón sigue en primera división. Los latidos de mi corazón hacen que sienta que me voy a desmayar, pero todo bien. Mi equipo sigue en primera. Necesito agua.
Tecnocumbia
Resultado: Mariguana
La tecnocumbia está sencillo saber de qué va. El agregar instrumentos eléctricos o sampleos a la cumbia original, le dio ese saborsito bien rico que terminó dándole su nombre. El término "tecnocumbia" nació en México para diferenciarlo de la cumbia mexicana tradicional, aunque ya se estaba escuchando en Latinoamérica. Los Temerarios, el Super Show de los Vazkez y, más tarde Selena, fueron los máximos exponentes de esta tendencia electrónica tropical.
Me gusta oír tecnocumbias los fines de semana, y también los jueves. Es exactamente lo que escucho para ponerme en onda, para sentirme bien y salir a emborracharme por la ciudad. También hace que olvide a todas mis ex novias, no sé por qué. Ni Gustavo Cerati pudo. Hay algo en la tecnocumbia que me relaja, hace que sienta que todo va a estar bien y que me den ganas de abrazar a la gente. Y eso que yo soy un tipo bastante amargado. Incluso, he hablado con mis amigos que me siento bien hippie cuando escucho a Selena. No sé qué relación puede haber entre Selena y la comunidad hippie, pero para mí haría mucho sentido incluso que los papás de Selena hayan sido hippies. Quizás son sus letras, o qué sé yo, pero escuchar a Selena es lo más cercano para mí a fumar mariguana. ¿O acaso me van a decir que oyen reggae mientras fuman un porro? No sean un cliché tan feo.
Cumbia Rebajada
Resultado: Micropunto
La teoría dice que la cumbia es "rebajada" debido a su sonido más lento, melancólico, obscuro y obviamente al tempo "reducido" en comparación con las cumbias colombianas. La historia cuenta que el tempo fue reducido debido a que los sonideros de la época —que fueron los culpables de imponer la moda de las cumbias colombianas en las fiestas mexicanas— tuvieron problemas técnicos al copiar de una tornamesa a la grabadora de cassetes, grabando de manera más lenta y reducida las cumbias.
Al oír esta cumbia reducida recuerdo las caricaturas psicodélicas de Disney, siento que todo a mi alrededor está en blanco y negro y que pronto tengo que levantarme de mi cama para ir a la escuela. Los vientos con un aire medio jazzy unidos con el ritmo cumbiero, hacen que sea como una guerra de dos mundos: el del jazz y la cumbia. Y en esta guerra solo va a ganar la desesperación. Esta desesperación me recuerda a todo lo que pasó por mi cabeza cuando probé mi primer micropunto en una fiesta de EDM. Viva Monterrey. Quiero ir.
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El pasado 10 de agosto, el perreo intenso se apoderó por primera vez de la caldera más querida por todos los seguidores de la música electrónica. Como parte de su excursión por otros géneros musicales, Boiler Room decidió unir fuerzas con el sello neoyorquino APOCALIPSIS para presentar una noche de 'Tra Intergaláctico'.
El showcase de reggaetón tuvo como invitados a nombres como DJ Playero, pionero del género; Riobamba, DJ Bembona, Oscar Nñ y Rosa Pistola. Una noche donde se mostró los diferentes ritmos latinos que se están tomando las pistas alrededor del mundo.
Escucha todos los sets del 'Tra Intergaláctico"' a continuación.
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Buenos Aires es un volcán creativo. Y cuando de música se trata, también es uno de emociones encontradas.
A la ciudad le han cantado y dedicado composiciones Charly García, Soda Stereo, Los Fabulosos Cadillacs, Carlos Gardel, Sumo, Astor Piazzolla y Fito Páez, entre otros. Y para saberlo no hay que entrar a Google o explorar en YouTube. Lo sabe el corazón latinoamericano, que también sabe que el tango, el rock, el punk, el pop, el ska y el reggae han vivido en Buenos Aires un torrente de emociones capitales: la alegría y la euforia, la tristeza y la rabia, el dolor y el amor, la melancolía y el desencanto.
Pero hay una música que se ha encargado de narrar lo que, a pesar de tantas cosas, las entrañas de la ciudad aún no logran digerir. Aquello que causa dolor, pero que es una realidad innegable: la de quienes están por fuera de las cifras del progreso, la de quienes no figuran en los índices de bienestar o no clasificaron para aparecer en las postales de la belleza del microcentro, de Palermo, de Recoleta o de Belgrano.
Hablo de la música de la miseria.
Y a la vez de la protesta y la esperanza.
Hablo de la cumbia villera.
Yerba Brava - Cumbia Villera
En Bogotá hablan de ‘tugurios’, en Caracas de ‘barrios’ en los que hay ‘ranchos’, en Río de Janeiro y Sao Paolo de ‘favelas’. En Lima, por su parte, de ‘asentamientos humanos’, en Santiago de ‘las comunas’, y en Ciudad de México de los ‘barrios bravos’. En Buenos Aires están ‘las villas’, y a las villas es clave entenderlas como los lugares en que el día a día con su inconformismo, su cotidianidad, sus bondades y su infortunios tiene su propio sonido.
En la mayoría de ciudades, el hip hop ha sido el canal de expresión que mediante rimas y fraseos no solo une artistas y audiencias, sino que sobre todo se ha convertido en el pregonero de la realidad y, en especial, de la marginalidad. Se trata de un legado artístico y social de Nueva York y Chicago que ya hace rato trajo a América Latina sus cuatro elementos fundacionales: el MC, el rap, el breakdance y el grafiti.
Pero Buenos Aires rompe este esquema. Su ventil, su desahogo, no ha sido el hip hop. Por supuesto, el hip hop porteño existe, pero aunque tiene sus artistas y sus espacios pero todavía es limitado. Ese puesto de expresión y evidencia de la realidad local que este no ha podido conquistar lo posee ya hace rato la cumbia villera.
Pibes Chorros
El género nace tanto de la cruda realidad como del oportunismo comercial y ha tenido su esplendor en este milenio. Lo ha tenido, precisamente, porque ha encarnado la mirada más local y más próxima a la naturaleza y la dinámica del hip hop. Con artistas, discos, eventos y espacios ha armado su circuito. Pero la exageración mercantil también lo ha hecho capaz de crear un modelo de exportación: una actitud que, algunos pensaron, reflejaba la única realidad de las villas: el villero que fuma marihuana, el villero que tiene una conducta criminal, el villero mujeriego, el villero cubierto de tatuajes.
Flor de Piedra
¿Tenés cumbia, che?
La cumbia en Argentina goza de aceptación y expresión. Y esto no es de ahora, sino de siempre. En los años cincuenta fue llegando y adentrándose por medio de los discos de vinilo, y pronto empezó a engendrar leyendas como Los Wawancó o los colombianos del Cuarteto Imperial, radicados en Buenos Aires desde 1964. Con el tiempo, el género tuvo también exponentes locales y dejó en las provincias argentinas adaptaciones como la cumbia santafesina o la cumbia norteña. Aceptada y consumida por las clases populares, por décadas ha acompañado la vida argentina.
Cuarteto Imperial
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Pero solo en los últimos veinte años, empujada por la turbulencia social, política y económica de Argentina, la cumbia se transformó y se volcó sobre las historias de la marginalidad y de la protesta. Así, se convirtió en la cumbia villera.
En los años noventa, Argentina se infló con el denominado ‘uno a uno’, aquella paridad cambiaria según la cual un peso era un dólar, que puso en el vilo a vivir a la sociedad . El descontento se había extendido, y en algunos sectores el famoso ‘aguante’ argentino se volvió imposible y desembocó en una crisis que en diciembre de 2001 vio pasar a cinco presidentes, llevó a miles de porteños a buscar una visa en los consulados para salir despavoridos del país, a otros tantos a saquear supermercados en medio del asfixiante calor del verano y terminó en la seguidilla de cacerolazos y en el ‘corralito’, que llevó a que a Buenos Aires le pusieran el apodo de Inciertos Aires o, más realista aún, Malos Aires.
Las condiciones eran críticas: desempleo, desabastecimiento, incapacidad de adquisición de lo mínimo para vivir y la impresión de que los ricos le sacaban provecho a la situación. El descontento se tomó a los argentinos, y en las villas porteñas se sintió a flor de piel: la gente llegó a comer gato, rata y sapo. Cuarenta por ciento de los argentinos cayó en la pobreza, y en 2003 el desempleo alcanzó 17 por ciento.
La villa porteña se convirtió en un reflejo del gueto estadounidense, en un lugar en que vivir es sobrevivir, en que buenos y malos se juntan, en que el riesgo y la esperanza están a la vuelta de la esquina, en que la calle es a la vez aliada y enemiga, en que la ley existe para solo algunos pocos. En un lugar así, la música es un refugio. Un lugar íntimo que aloja al amor, al apasionamiento, a la necesidad, la desventura, la adicción y la traición.
La cumbia que surgió en ese contexto ha tenido de los años noventa a hoy exponentes como Damas Gratis,Los Gedes, Pibes Chorros, Mala Fama, Meta Guacha y Supermerks2. Y se ha difundido apoyado en códigos musicales propios: los grupos de cumbia villera vienen de la formación de ensambles tropicales en que hay elementos como el güiro, los teclados y el bajo. Su cadencia sonora narra la vida del tipo que puede no distinguir lo bueno de lo malo pero que al vivir en una villa se tiene que cuidar. En el frenesí del vino, la cocaína o la marihuana enfrenta al amor, a la necesidad de sobrevivir, a la pasión y la agonía. Y, por supuesto, enfrenta también a aquella pasión que en Argentina semeja una religión: el fútbol.
Se hizo visible en los primeros años de este milenio sobre el lomo de sellos como Leader Music y Magenta, que prensaron y promocionaron a los artistas, los cuales, a su vez, condujeron al nacimiento del ‘starsystem villero’: un fenómeno cultural que empezó a figurar en los medios de comunicación, peor que siempre despertó controversia: ¿Era un reflejo de la situación argentina? ¿O una simple curiosidad local? ¿O, como algunos alcanzaron a comentar, un asunto deplorable y digno de ocultar?
¿100% negro cumbiero o Trve Hip Hop?
La cumbia villera se convirtió en la banda sonora de un país en crisis. Fue el sonido del descontento y, a la vez, de la reivindicación de un grupo humano que quería seguir con vida. Como el hip hop, al principio fue visto con recelo, pero terminó siendo parte de todo, no solo del mercado.
Hay similitudes y diferencias. La cumbia villera tomó elementos del ska, la murga y otras músicas para formar su sonido. El hip hop, en cambio, surge del funk, del disco y de otros géneros afrourbanos. Ambos estriban en la consciencia social, pero cada una a su modo. El villero se refiere a los barrios y a las dificultades de integrarse. El hip hop reivindica la marginalidad y rechaza de arranque a la sociedad. El villero suele vestirse con ropa deportiva para mostrarse cercano a su ambiente y descomplicado. Es común verlo con una remera de un equipo de fútbol. También el hopper es consciente de su vestir desde tempranas épocas del movimiento.
Malafama
Tanto la cumbia villera como el hip hop son expresiones urbanas, y sus líderes provienen con frecuencia de una realidad compleja. En algunos casos, las drogas, el crimen y la muerte han condenado a ambos géneros al amarillismo mediático. Y a los dos, así mismo, el mercado masivo los ha devorado. Entre otros, Vicentico, Los Fabulosos Cadillacs, Lito Vitale y Los Auténticos Decadentes se han aproximado a la cumbia.
Cumbia über alles y la ‘chetización’
La cumbia villera perdura.
Las villas perduran.
Perduran también los artistas que la cumbia en Buenos Aires tiene desde que irrumpió en 1999. Y están: la cumbia digital, la cumbia de salón y la cumbia del barrio. Esta última sigue dando a luz a artistas, a maratonistas en un fin de semana pueden hacer ocho, nueve, diez o más shows.
Todavía hoy la cumbia villera se mantiene en la cumbre. Se escucha, se baila, se exporta, se entremete en la movida tropical. Y se ha transformado: con el arribo del reguetón surgieron la cumbia pasteurizada cheta —gomela, cuica, sifrina, fresa, pituca, high class— y grupos hermosos (léase ‘hermozos’) como Agapornis, Los Bonnitos o Los Migrantes. Cumbia: preciosa y hermosa. Cumbia en que lo peor que puede pasar es que alguien se embriague y su novia lo deje.
Bueno, y también está la versión más moderna de lo tropical con grupos recientes como Wachiturros o NotaLocos.
Hoy vemos sus recitales en espacios consagrados como el Luna Park, la vemos aparecer en los ‘medios serios’, vivir encarnada en sus estrellas, reproducirse sin cesar. También ha sido objeto de estudios académicos. La cumbia villera no hace exigencias. Al igual que el hip hop, se renueva, y sus adeptos saben que en lo masivo no se oculta lo que representa.
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Agradecimientos: Ximena Franco, Soledad Tordini y Luciano Rombolá
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Nuestra semana de la cumbia nos lleva ahora a recopilar algunos de los mejores documentales sobre el género. Se trata de proyectos audiovisuales que exploran aquello que hace a la cumbia un sonido autóctono de todos los flancos latinoamericanos, uno que nace de la mezcla de la idiosincrasia negra, blanca e indígena que nos empapa a todos.
Cada documental explica a su manera, por ejemplo, cómo las bases rítmicas de la percusión cumbiera viajaron junto a los esclavos de Calabar, Nigeria, hasta llegar a las costas colombianas. También, cómo el acordeón se remonta a la influencia europea. O cómo la vestimenta y algunas danzas tradicionales de la cumbia tienen sus raíces en nuestros pueblos nativos.
El bullerengue, el pechiche y la champeta son términos procedentes de culturas locales, que dibujan límites geográficos como los de Cartagena o de San Basilio de Palenque, en Colombia. Otros nos cuentan cómo la cumbia entró al mercado por medio de fenómenos como Discos Fuentes, el primer sello que prensó discos del género y los masificó, o mediante figuras como Lucho Bermúdez, el ya legendario compositor colombiano que la sacó de las calles para llevarla a los grandes salones.
Denle una mirada a algunos de estos documentales. Verán que encontrarán a la cumbia en toda la geografía latinoamericana. En Argentina, donde el género se transformó para desafiar a la sexualidad y al clasismo. En México, donde se convirtió en un abanico de mezclas, en variaciones balcánicas, andinas, punk, electro-sicodélicas, en un torrente influenciado por el rock en general.
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1. ‘Pasos de cumbia’
La serie del canal televisivo Señal Colombia contiene once capítulos dirigidos por Vincenzo Cavallo y hace un recorrido histórico y geográfico de la cumbia, sus formas y sus pueblos de origen. Si quieres zambullirte en el género, este documental es la piscina perfecta. Especialmente recomendados, estos cuatro capítulos: ‘El rock de mi pueblo’, que profundiza en el género en México; ‘Golpes afrocolombianos’, que toca base en Cartagena; ‘Los Caravalí’, que nos lleva a Nigeria, y ‘Provocaciones burguesas’, que aterriza en Argentina.
2. ‘Yo me llamo Cumbia’
Dirigido por Roberto de Zubiría y Sergio Zaraza en 2013, el documental le da un vistazo a la cumbia desde la perspectiva de artistas como Los Aterciopelados, Pernett, Rafael Angel Vides, Tono de Los Gaiteros de San Jacinto, Edgardo Polo, Palenke Soultribe y Quantic entre otros expositores. Los músicos hablan de la identidad de la cumbia, de sus instrumentos y del significado de sus colores, danzas y sonidos. ¡Vale mucho la pena!
3. ‘Yo soy la Cumbia’
Desafortunadamente, Yo soy la cumbia, el documental del colombiano Ebiru Ojaba, estará disponible en internet solo hasta 2018 en el portal www.yosoylacumbia.com. Decimos que desafortunadamente porque el teaser se ve impecable. Producido en cinco países latinoamericanos, el proyecto será lanzado con exhibiciones en ciudades de América, Europa y Oceanía. Si no aguantas las ganas, tenemos una buena noticia. Algunos capítulos pueden verse aquí, aquí y también aquí.
4. ‘La evolución de la cumbia en Monterrey’
Este es un documental de VICE de 2013 que nos lleva por el recorrido de la cumbia de Colombia a Monterrey. Y lo hace a través de los discos más representativos. México, donde abundan las particularidades, se destaca justamente por aquello que siempre han resaltado sus expositores actuales: la apropiación cultural. Un ejemplo de esto es Monterrey, cuya gente acogió la cumbia y le adjudicó un sentido estético en la moda: el look de los jóvenes colombianos en los años setenta, llamado, según ellos, Chicano.
5. ‘Son de gaita’
El documental, que el colombiano Pablo Burgos dirigió en 2008, parece más bien una película completa juzgando por su narrativa y su extensión. Javier Burgos Cantor es hijo del escritor cartagenero Roberto Burgos Cantor y compuso las siguientes líneas para el documental:
"La gaita, del grueso de la tráquea, es una extensión del aliento del hombre, fuelle y sonda de soplo profundo. Los dos otros escuchan. Los raros vehículos a motor atraviesan la pantalla con un rugir de bestias raudas, un motociclista claxona. Uno de los personajes silenciosos, lo llamaremos ‘el segundo’, desenfunda otra gaita, el macho, para contestar y acompañar a la primera, la hembra. El tercer personaje rompe su inmovilidad para pasarle una maraca al segundo, y así comienza la película...".
6. ‘Making Digital Cumbia in Peru - SUB.Culture Lima’
A falta de otros documentales sobre el tema, los amigos electrónicos de THUMP exploran la cumbia digital, un género que ya entra en auge no solo en América Latina, sino también en Europa. En este trabajo exploran el fenómeno en Perú, algunos de cuyos representantes reclaman a la cumbia digital como propia. Dengue Dengue Dengue, Deltatron y Animal Chuki nos explican cómo esta subcultura intenta mezclar patrones rítmicos de la cumbia autóctona con influencias de la electrónica europea y estadounidense.
7. ‘Cumbia Peruana’
Para complementar el proyecto audiovisual de la cumbia digital, incluimos este pintoresco documental que produjo Jeanette Fernández sobre el género en Perú. Con un marcado tinte histórico, el trabajo enseña en detalle los elementos intrínsecos de la cumbia de ese país.
8. ‘Cumbia Urbana’
Un documental de cuatro capítulos que produjeron la casa audiovisual PAR y el Programa Espacio Santafesino, de Argentina. Les sigue el paso a las grandes bandas referentes de la cumbia y narra por medio de personajes y conciertos la escena cumbiera de Santa Fe.
9. ‘Yo Cumbia’
Un documental de cuatro capítulos que produjeron la casa audiovisual PAR y el Programa Espacio Santafesino, de Argentina. Les sigue el paso a las grandes bandas referentes de la cumbia y narra por medio de personajes y conciertos la escena cumbiera de Santa Fe.
“La idea es que califiquen sus discos del mejor al peor”, le decimos a Tomás Putruele (guitarra y voz), Luis Balcarce (guitarra), Bruno Albano (bajo y voz) y Guido Colzani (batería), cuatro de los cinco integrantes de Banda de Turistas con los que nos encontramos para pasar el rasero de su discografía. Los cuatro sonríen e intercambian miradas entre sí hasta que Guido rompe el silencio y dice: “Me gusta que arranque así la entrevista”.
Durante la primera década del siglo XXI, ningún grupo emergente argentino logró la evolución sonora y la proyección internacional de Banda de Turistas. Ha corrido mucha agua bajo el puente desde aquel 2007 en el que seis amigos adolescentes aún en edad escolar, editaron aquel Mágico Corazón Radiofónico que puso a hablar a toda la escena argentina sobre ellos y los posicionó inmediatamente como la banda emergente más interesante del país gaucho. 10 años después, con una lista más que nutrida de buenas canciones y una sólida discografía que los ha llevado a girar activamente por todo el continente desde hace 8 años, Banda de Turistas acaba de editar Mancho, un álbum que desde ya pareciera estarse convirtiendo en un nuevo hito en la carrera del grupo, al reencontrarse con la esencia de su álbum debut y llevar su sonido a un nuevo nivel de madurez.
A pocos días de dar inicio la gira con la que están promocionando Mancho en tierras aztecas, la cual va en su segunda semana, nos sentamos con el grupo argentino para realizar el difícil ejercicio de analizar uno por uno sus seis trabajos discográficos. “Está muy bueno esto que vos proponés de destruir nuestros discos y hablar con sinceridad, pero al mismo tiempo esa discografía es lo que hizo que nosotros hoy seamos la banda que somos”, advierte Luis antes de empezar con esta complicada tarea.
6. Ya (2012)
Luis: Sentimos que para ser un tercer disco y ya la banda haber ganado experiencia, quizá no está tan plasmado ese anhelo que teníamos de que las canciones sonaran de una manera y llegaran a su nivel, porque compositivamente estaban en un nivel pero quizás a nivel de interpretación y producción no le dimos todo el golpe de horno que necesitaban para hoy en día escucharlas y decir "Esto quedó impecable".
¿Sienten que se apresuraron? Luis: Tiene que ver con los tiempos, sí. Los tiempos que se establecieron para hacer el disco y nuestro propio tiempo. Dimos hasta donde podíamos dar. El tiempo es una buena medida para interpretar lo que quizás faltó.
Entiendo que Tomás defiende un poco más este disco. Tomás: Sí, yo defiendo un poco más a Ya que a El Retorno porque si bien Luis dice que la producción podía haber sido un poco mejor, lo cual es verdad, para mí tiene más climas y más posibilidades que El Retorno. Y sonoramente se grabó en un estudio en el que se trabajó un poco más el sonido y si te ponés a escuchar las canciones, compositivamente llegamos a lugares que no habíamos llegado y hay una gama linda de canciones como "Cada día" que tiene un muy buen trabajo de sintetizadores y que la seguimos tocando hoy en día; o "Encontrémonos" que compositivamente está en un nivel muy alto, pero que quizá después en la interpretación y en las versiones que grabamos no encontramos eso que uno busca en un disco, que es tratar de llegar a algo lindo y perfecto que perdure por su belleza. Sin embargo, yo escucho este disco y se me hace llevadero y lo puedo escuchar completo.
5. El Retorno (2010)
Tomás: Yo critico a este disco porque siento que las canciones en varios aspectos son vagas. Nosotros terminamos el primer disco y en vez de tocarlo por todos lados, nos encerramos a grabar el segundo disco enseguida y fue producto de un cierro de tres meses en la quinta en el campo de Guido en un lugar bastante aislado y nos las pasábamos leyendo libros de hermetismo y por eso las letras son muy originales. Pero siento que se le podía haber dado más trabajo a eso y cuando escucho el producto final me pasa que de repente escucho una percusiones altísimas que tapan la voz, guitarras que casi ni se escuchan… Como que siento que podía tener más trabajo ese disco.
¿Crees que eso se haya debido a la presión del éxito del primer disco? Tomás: Yo creo que sí, pero más que por la presión en sí, creo que tuvo que ver con una inconsciencia nuestra de creer que la música era más libre. Se pudo haber trabajado más, era como que decíamos "tengo esta canción", nos encerrábamos en un cuarto y la tocábamos un rato y la grabábamos. Que está buenísimo porque tiene una frescura y una originalidad que quizá con tanta producción se hubiese perdido. Pero hoy analizándolo de lejos ese disco, casi no lo puedo escuchar, no así las canciones porque las seguimos tocando en vivo.
¿Y ustedes que piensan de El Retorno? Luis: Para mí es un disco original y único que no se parece a ningún otro disco del rock argentino y eso a mí me lo pone muy por encima de Ya. Más allá de que el resultado no sea tan equilibrado a nivel de producción, hay que pensar que ese disco estuvo mezclado en 20 horas. Nosotros queríamos mezclar en Abbey Road por la mística e historia de ese estudio y el presupuesto nos dio para eso. Quizá por ese capricho el disco quedó como quedó. El ingeniero se entusiasmó al escuchar nuestra música y mezcló el disco, pero lo mezcló como si nosotros ya fuésemos unos músicos consagrados que tocan perfecto. Quizás hubiera requerido un poco de producción; sin embargo, es un disco que en el global a mí me cierra por originalidad y por único. No hay un disco igual en el rock argentino.
Guido: Ese disco además es una obra del primer tema al último. Vos lo ponés desde el principio hasta el final y es un disco que te va a hacer entrar a esa introspectiva de Banda de Turistas. No te va a llevar a un imaginario global, popular o social sino que es nuestro propio mundo. Todas las canciones se conectan entre sí. Desde “El Rogadero” hasta “La Traición de Helena” y pasando por “Lo comandas”. Todas tienen un metamensaje muchísimo más elevado que cualquier otro tema de Ya.
Bruno:Ya creo que es un disco más pretencioso y es una pretensión un poco desenfocada. El Retorno tiene una conexión con algo más natural. Tal vez la producción falló un poco pero estábamos tratando de demostrar algo que tal vez en Ya está un poco aparentado.
4. Lo que más querés (2014)
Guido: Ese disco tiene una desconexión a lo que es la continuidad de una obra en un disco. Se transformó en un manojo atado de canciones, no en unas canciones que forman un disco. Refleja la época quizá. Esa época en que empezaron a salir dos o tres singles en Spotify seis meses antes de que saliera el disco y antes de que saliera ya habíamos ido de gira a España, a México y por Argentina. Y de repente nos encontramos que nos faltaban tres cuartas partes de un disco y así fue que fuimos uniendo canciones.
Bruno: Fue como una recopilación. Fue difícil de hacer porque habíamos llegado a las 52 canciones, entonces estábamos muy perdidos en la elección y no sabíamos qué hacer. Es un disco muy irracional.
Sin embargo, en ese disco hay canciones muy buenas que llevan el sonido de Banda de Turistas a otro nivel, como “Estoy bien mal”, “Dejarte ir” o “Lo que más querés”, además de tener “Química” su mayor éxito hasta la fecha. Tomás: Sí, tiene muy buenas canciones por separado. Es como una linda colección de singles pero no representa un sonido de Banda de Turistas. Estábamos un poco perdidos.
3. Cóctel de Instantáneo (2007)
Tomás: Ese EP fue grabado en un plan muy inconsciente. Es nuestro disco más inconsciente. Está grabado en dos o tres días, inventado en el momento, sin proceso de composición y construido en conjunto ahí. Eso lo hace particular. Hoy lo escucho y me parece que sigue estando bien, es el disco más raro que tenemos.
Bruno: Ese EP lo hicimos cuando ya estábamos componiendo y haciendo los demos para nuestro primer disco. Está muy bueno pero no tiene ninguna canción.
Luis: Otra cosa importante del EP, es que fue una punta de lanza para que el productor e ingeniero de sonido Mario Caldato Jr (Beastie Boys, Beck, Super Furry Animals, Ween, etc.) quisiera mezclarnos. Ese fue el material que nosotros le enviamos a Mario por email para mostrarle nuestro trabajo. A él le gustó y luego le enviamos los demos del primer disco y así fue que se dio esa relación. Teníamos no más de 20 años y es como que fuimos los primeros millennials argentinos, todo lo hicimos por Internet. No había precedente de eso.
Guido: Imagínate que cuando nosotros empezamos nació Facebook y nosotros no lo entendíamos hasta que después se fue desarrollando. Usábamos MySpace y la red social argentina Fotolog. Hoy en día cualquier cosa que hagas está a los dos segundos en cualquier plataforma social.
2. Mágico Corazón Radiofónico (2008)
Luis: Ese disco tiene una particularidad y originalidad que a mí me pone orgulloso porque me digo: "Esto que logramos es único". La conjunción fue perfecta entre las letras, la música que hicimos y la mezcla de Mario que fue decisiva. Todavía me sorprende hoy 10 años después de haberlo hecho. Creamos algo inconscientemente que después se fue repitiendo en nuestra discografía. Ese fue nuestro Big Bang.
Tomás: Es un disco completamente inconsciente. Eran todas cosas que nos pasaban y que teníamos ganas de poner en el disco y entonces las hacíamos. Llegamos a un sonido que no sé como se logró, fue mágico. Fue algo tan espontáneo que es difícil ganarle a eso. Tiene una gracia y una chispa extra con la que es muy difícil competir.
Bruno: A mí ese disco me parece muy bueno, sigue teniendo cierta vigencia y nos definió como grupo. Le tenemos mucho cariño porque lo hicimos en cierta manera para salvar nuestra vida. Estábamos en el último año del colegio y sabíamos que después de ese año íbamos a tener que estudiar o trabajar y configurar una vida que no queríamos porque queríamos ser músicos, salir de gira, grabar y hacer lo que hacemos ahora. Fue un disco que un poco salvó nuestra vida y nos abrió el camino para hacer una carrera en la música. Entonces le debemos mucho también.
1. Mancho (2017)
Guido: Yo creo que hay una conexión directa entre Mágico Corazón Radiofónico y Mancho. Sentimos que este disco está marcando un hito como etapa en el sentido de que arrancamos tocando con una inconsciencia y de repente llegamos a lo mismo 10 años después. Es como que Mancho es un disco en el que ya están los dos pies en nuestro sonido.
Luis: Definitivamente hay una conexión entre nuestro primer disco y Mancho. Como que después de 10 años sentimos que llegamos a una identidad y que estamos parados en un lugar. Es un disco que me encanta y lo escucho todo el tiempo en mi casa. Me gusta escucharlo en diferentes momentos.
Tomás: A diferencia del primero, este disco tiene una conciencia que antes no estaba. Se pensó un poco más sobre lo que queríamos y la búsqueda sonora está un poco más trabajada. La producción que hizo Norman Mac Loughlin es muy artesanal, buscó sonido por sonido lo que necesitaba cada canción. Se buscaba cómo hacer que cada tema llegara a un buen nivel de sensaciones y que transmitiera la esencia de la canción. Es un trabajo que buscamos y se logró.
Bruno: Después de hablar de todos estos discos de los que estuvimos hablando, no fallidos sino que tienen algunas cosas con las que no nos sentimos muy cómodos, es como que nos debíamos este disco y se dio de una manera muy honesta y natural, entonces tiene esa connotación para mí. Es un disco genuino y feliz que está hecho porque necesitábamos hacerlo para demostrar quienes éramos nosotros.
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Banda de Turistas está de gira por varios Estados de México toda esta semana y hasta el 16 de diciembre. Checa las fechas más cercanas a tu localidad aquí.
El próximo 16 de diciembre, tres de los colectivos que emanan los nuevos aires del techno colombiano, han decidido juntarse en la capital para un evento pensado netamente para los que militan desde la otra orilla.
Unterbog, Insurgentes y Rubber Mind presentan ERROR, una noche de resistencia donde el techno, electro, ambient y drone se convierten en las únicas armas de empoderamiento. Desde una inhóspita bodega en el tradicional sector de Paloquemao, las sesiones extendidas de Nyksan, Mental State, 1 y un artista del sello Insurgentes prometen una catarsis pocas veces efectuada en las pistas de Bogotá.
A continuación los dejamos con imágenes exclusivas de la locación. Para más información acerca de ERROR, pueden pasarse por acá.
Cuando David Bowie murió en enero del año pasado, las personas alrededor del mundo lamentaron la pérdida del gran músico. Entre ellos se encontraba el escritor residente del Reino Unido, Darryl W. Bullock, autor de David Bowie Made Me Gay: 100 Years of LGBT Music, lanzado al mercado recientemente. Bullock no cree que David Bowie lo haya hecho gay, más bien se sintió inspirado por el tardío Gran Ziggy Stardust/Thin White Duke/Goblin King; en su libro Bullock comparte la historia del trabajo de la comunidad LGBTI en el mundo de la música. Es uno de los primeros libros en hacerlo.
Pero, ¿por qué Bowie? El artista contó a Melody Maker en 1972, que era "gay y siempre lo había sido", algo que los músicos no hacían con regularidad en la época. "Para la generación que engendraría a las estrellas pop gay de los años 80, la extravagancia y andrógina sexualidad de Bowie fue una revelación", Bullock escribe, haciéndolos sentir validados, menos solos, e inspirados a crear su propio trabajo. Aunque Bowie después redefiniría su sexualidad con los años, la declaración de 1972 es la que importa, sugiere Bullock. "Para miles de jóvenes LGBTI alrededor del mundo", continua, "la vida pasó a ser un poco menos sofocante".
David Bowie Made Me Gay se extiende desde lo que pudo haber sido el primer disco hecho por una persona gay (en 1916) a través del nacimiento del jazz y blues, la posguerra de la Primera Guerra Mundial "Pansy Craze", hasta el swinging de los años 60, el glam de los 80, la muerte de Bowie, y todo lo que pasó en el medio. Bullock habló con VICE sobre la inspiración de su libro y las impresionantes revelaciones que reconocieron el rol de las personas queer en la historia de la música.
VICE: ¿Qué te hizo querer escribir este libro en un principio? Darryl W. Bullock: Quería escribir un libro sobre la creación de álbumes desde la comunidad LGBTI, pero si te soy honesto, era un poco aburrido. Empezaba a parecerse un poco a una enciclopedia, un de la A a la Z de músicos gay. Después de tal ves tres o cuatro meses de haber iniciado el proyecto, David Bowie murió, y su muerte me afectó visceralmente.
Pero fue al ver la reacción de los demás, especialmente la de las estrellas que crecí viendo (como Boy George, George Michael y Madonna) que me di cuenta que estaba en el camino equivocado. Entendí que el libro no solo debía tratarse sobre la comunidad gay y sus discos, sino sobre cómo influenciaron a cada generación subsecuente. Empiezas a construir esta linea de tiempo y se estira casi 100 años atrás, casi al principio del nacimiento de los discos comercialmente disponibles.
También fue una decisión definitiva incluir voces que nunca habían sido escuchadas. Sería muy fácil escribir un libro sobre Elton John, George Michael, Boy George, Freddie Mercury, ese tipo de personajes. Pero yo quería documentar la vida de personas como Patrick Haggerty, Blackberri y John “Smokey” Condon, quienes hicieron una importante contribución a la música y a vida de los LGTBI, pero fueron básicamente ignorados por los medios mainstream.
¿Qué fue lo más sorprendente que aprendiste sobre la participación de la comunidad LGTBI en la música mientras trabajas en el libro? La sorpresa más grande fue descubrir que ni la música LGBTI ni los artistas LGBTI se visibilizaron con el Stonewall. Hubo periodos donde los gays hicieron música y discos, y vivieron su propia vida, presentándose sin recibir el tipo de censura que se esperaría. Obviamente sabía de cosas como la era Weimar en el Berlín de cabaret, pero no era consciente de lo grande que era la escena, de que se podía encontrar en cada gran ciudad de Estados Unidos, y en cada capital de Europa. Supongo que ese sentido de libertad se percibió al finalizar la Segunda Guerra Mundial, lo que le permitió a las personas sentirse un poco más libres, y expresarse abierta y voluntariamente.
Entendí que el libro no solo debía tratarse sobre la comunidad gay y sus discos, sino sobre cómo influenciaron a cada generación subsecuente.
¿Cuál era tu percepción del rol de la comunidad LGTBI en la música, antes de que empezaras a escribir el libro, y cómo cambió después? Cuando era más joven pensaba que la "música gay" estaba relacionada con el disco. Aprendí que la música gay significaba mucha más que eso: por ejemplo, el movimiento punk no habría ocurrido sin los músicos LGTBI. En Gran Bretaña, si no hubiera sido por los clubs gay de Londres, que abrieron sus puertas a los punks para que se congregaran, bebieran y tocaran la música punk como la conocemos —Sex Pistols, Siouxsie, the Banshees y este tipo de actos— no habrían existido. Sabía que el movimiento punk y el movimiento LGBTQ habían llevado una buena relación, pero nunca imaginé hasta antes de empezar a escribir el libro, de qué manera el punk como lo conocemos no habría existido sin la comunidad gay y queer.
¿ Crees que la música LGTBI debería pertenecer a una categoría distinta que el resto de la música? Si todo fuera igual no tendría por qué preocuparme por categorías, pero no todo es igual. Todavía hay personas que se escandalizan por el hecho de que soy un hombre casado con otro hombre. Si las categorías ayudan a las personas a identificar un pieza o producto en particular, de un músico o banda en específico, pues es útil. Podrías vivir en un pequeño pueblo en la mitad de la nada, tus padres no te entienden, tus compañeros te hacen bullying, la iglesia te ha expulsado, y en ese momento, escuchar la voz de alguien, en una bocina o el radio, quien te dice que todo va a estar bien, puede ser inmensamente importante. Estoy seguro que alguien, en algún lugar del mundo, ha puesto un disco de Elton John y gracias a eso ha decidido no matarse. Sé de primera mano lo importante que los músicos gay fueron para mí. Si le facilita las cosas a la audiencia que quiere encontrarte, para que los confortes, para luego ramificarse, crecer, pensar cómo quieren vivir sus vidas, y cómo impartirán a otros, entonces creo que las etiquetas son increíblemente importantes.
¿Cómo crees que sería la música moderna sin la participación de la comunidad LGTBI? ¡Creo que no existiría! Es muy loco, ¿no? Pero es cierto. La música sería tan diferente. En 1960 el pop británico fue básicamente un movimiento conducido por hombres gay. No tendrías a los Beatles sin Brian Epstein, un tipo gay. No tendrías a David Bowie sin Kenneth Pitt, un tipo gay. No tendrías a las bandas de los años 80, como Culture Club o Frankie Goes to Hollywood, sin David Bowie. La influencia de la comunidad LGTBI es inconmensurable, y es mucho mayor de lo que se reconoce.
Espero que este libro pueda ayudar a las personas a que reconozcan lo importante que ha sido el aporte LGTBI en cada género de la música popular. Estuvimos en los comienzos del jazz. El blues no existiría sin el número de lesbianas y mujeres bisexuales involucradas como, Bessie Smith, Ma Rainey, y Billie Holiday. Si no fuera por Wendy Carlos, una mujer queer, no hubiéramos vivido la exposición popular del sintetizador Moog. La gente olvida todo esto si no se los recuerdan.
La entrevista ha sido condensada y editada para brindar una mayor claridad.
El primer proyecto de Marcelo Rábago AKA MB22 fue junto a su amigo Federico Icaza, Love Bites; sus DJ sets se caracterizaban por una tendencia al funk y una ambientación groovy, sonidos que no se encuentran con facilidad en la escena electrónica mexicana. Además, hicieron lanzamientos en labels internacionales como Soul Survivor (US), Monologues (UK), Local Kaffee (FR), Gazeebo International (US). Antes de tomar rumbos distintos, Marcelo y Federico fundaron Departure Records junto a Rubinskee (Ivan Riestra), Neon Rider (Alejandro Trillo) y Mike Khayata. Esta disquera se enfoca en el formato de vinyl y está basada en México y Canadá.
Actualmente, Marcelo es un bedroom producer que destaca por una personalidad propia, junto con Federico ha sido remezclado por artistas como Orlando Voorn, Rick Wade, L'imperatrice, Marco Dionigi, Deep Space Orchestra, Moon Runner entre otros.
El 27 de noviembre lanzará su nueva producción como MB22, bajo el sello croata Jackie Brown Records. El próximo release es titulado Slick Maneuver y estará disponible únicamente en vinyl con dos deslumbrantes tracks de house en el lado A y dos instrumentales funkeros en el lado B.
En exclusiva para Thump en Español, MB22 nos comparte "Slick Maneuver", un corte que se desprende de su próximo lanzamiento, mismo que mantiene fieles las raíces musicales de Marcelo, en el que emanan tintes rítmicos del house, inyectando emociones que rejuvenecen esta vertiente de la música electrónica.
Le hicimos algunas preguntas para conocer más sobre cómo es ser un productor de recámara en México.
Thump en Español: ¿Qué tipo de estudios tienes? Comencé estudiando violín a los siete años, después me pasé al violoncello en el Conservatorio Nacional de Música en Idyllwild Arts Academy en California, y finalmente en el SAE donde aprendí muchísimo de Jerónimo Puente de Signal Deluxe. Mis dos padres son músicos entonces desde siempre tuve instrumentos y música en mi vida.
¿Qué música escuchabas en la adolescencia? Tenía una obsesión muy seria con Radiohead y Pink Floyd, pero también escuchaba mucha música clásica y hip hop.
¿Cómo te acercaste a la música electrónica y qué te interesó de ella hasta llegar a ser productor? Mi interés por la música electrónica empezó cuando escuché discos como “Kid A” de Radiohead y "Give Up" de The Postal Service, pero lo que hizo que quisiera dedicarme a la música electrónica fue el mixtape que hicieron James Murphy y Pat Mahoney para la serie Fabriclive. Para mí lo más atractivo de la música electrónica es que tiene la gran virtud de ser infinita en cuanto a rango sonoro, a diferencia del rock o la música clásica, que se apoya casi siempre en los mismos elementos para generar sonido.
¿Cómo te diste cuenta que podías hacer música por ti mismo, en tu habitación? Eso fue la primera vez que una disquera se interesó en sacar mi música.
¿Cómo aprendiste a usar Ableton?, ¿algún otro software que recomiendes? Aprendí lo básico de Ableton gracias a un tutorial que nos dio mi amigo Iván (Rubinskee) hace muchos años. Después de eso, con práctica y videos de YouTube fui aprendiendo más cosas que podía hacer dentro del software. Recomiendo a cualquiera que le interese la producción, el “Cecilia 5”, que es un procesador de audio granular, es gratis y produce resultados increíbles siempre. Está para Mac OS y PC.
¿Qué fue lo más valioso en cuanto a aprendizaje de desarrollo musical y también en cuanto experiencias de vida, de haber sido parte de Love Bites? Para mí lo más valioso es darme cuenta cuando una de mis producciones tiene futuro o no. Saber cuándo estás perdiendo el tiempo o cuando estás haciendo algo con sustancia, es una de las habilidades más importantes que puedes desarrollar como productor. Como parte de Love Bites aprendí a producir y a mezclar desde cero con mi amigo Fedde, que posee el talento musical más grande de cualquier persona que haya conocido. Eso siempre fue muy estimulante y me obligó a trabajar el doble para ser valioso dentro de ese proyecto. Obviamente nadie quiere ser el Garfunkel/Oates de su dúo musical.
¿Cómo funciona Departures Records?, ¿cómo es el proceso de selección de un proyecto, qué criterios se usan para elegirlos? En verdad no hay un proceso definido para escoger un proyecto. Simplemente no sacamos nada hasta que escuchemos algo que en verdad nos emocione. Idealmente lo que buscamos es que nuestros discos retengan su valor a través del tiempo, que no suene pasado de moda después de unos meses o años. No le damos prioridad a productores mexicanos por ser una disquera mexicana (aunque hemos firmado a varios productores mexicanos) más bien nos gusta que productores de todo el mundo sientan orgullo de sacar su música en un sello mexicano, así como nosotros sentimos de sacar en disqueras internacionales. Hasta ahora hemos publicado tracks de productores de Japón, Canadá, Reino Unido, Alemania, Croacia, Rusia, Ucrania, Estados Unidos y México.
¿Qué experiencias has tenido como fundador del sello? Una de las experiencias más gratificantes de mi vida ha sido formar parte de Departure Records y poder colaborar con gente de todo el mundo para ofrecer un producto del cual estamos orgullosos. Cada paso para hacer un vinil es un reto y un sacrificio, pero siempre vale la pena.
Enlista el gear de tu estudio y di qué es lo que más te gusta de cada uno.
- Roland Juno 106: el chorus que tiene integrado. - Yamaha DX100: los sonidos de bajo que produce. - Roland JX3P: el secuenciador polifónico. - Korg Volca FM: que puedo editar los patches con el iPad. - Korg EMX: que tiene bulbos. - Korg EM-570 Echo Mixer: el delay análogo. - Yamaha RX-5: que cada sonido tiene un fader dedicado. - Elektron Analog Rytm: todo. - Dave Smith Mopho x4: las posibilidades de ruteo. - Dave Smith Evolver: la integración de osciladores digitales con análogos. - Casio SK-1: el sampler ultra lo-fi. - Tascam Portastudio 414 mk2: el EQ.
¿Cómo es el proceso de integración de hardware con software en tus producciones? Es muy básico, uso Ableton como secuenciador para mi hardware y después para grabar y hacer los arreglos. Casi no uso EQ’s ni efectos digitales. "Dexed" es un software que me permite programar patches para sintetizadores FM, desde la computadora que después transfiero a los teclados físicos (Volca FM, DX100) vía el iConnectivity iConnectMIDI1. Este software también es gratis y esencial si estás interesado en la síntesis FM.
¿Hay algún género-estilo que no sea música electrónica, que alimente tus creaciones? La música lo-fi es lo que más influencia ha tenido sobre mi trabajo. Artistas como Ariel Pink, George Smallwood o Uku Kuut, grabaciones caseras de gente que intentaba emular a Prince en los 80’s con instrumentos baratos y un 4-track. Eso lo que me emociona. Es música completamente honesta en donde encuentras momentos de genialidad con mucha frecuencia.
¿Qué cosas cotidianas le dan un empujón a tu creatividad? Trato de rodearme de gente positiva que sea apasionada por lo que hace, eso siempre alimenta mis ganas de producir, pero por mucho lo que me da un boost de creatividad es un miedo mortal a la mediocridad.
¿Cómo llegaste a ser editado en disqueras internacionales? Siendo constante y siempre tratando de mejorar. Es importantísimo tener una red de amigos en los que confíes que te van a dar una opinión honesta de tu música, pero lo más importante ha sido subir mis producciones a Soundcloud. Es a través de esa plataforma que he conocido al 99% de las disqueras con las que he trabajado.
¿Cómo fue el proceso de composición de tu nuevo EP? Traté de hacer tracks con una estructura más tradicional y que dependiera menos de la repetición, también que los cuatro tracks fueran consistentes entre sí. La instrumentación y el contenido melódico fueron mi prioridad para este release.
¿Quiénes son tus bedroom producers favoritos? Sasac, Jamma Dee, SZCH, Golden Ivy, Fedde, SFV Acid, Moon B, Cor.S, Okliis, Rubinskee y Jex Opolis
Sumérgete en el contenido sabroso de nuestra Semana de la Cumbia haciendo clicaquí.
Sin vueltas: si hay una leyenda viva de la cumbia al sur del Amazonas es Damas Gratis. La cumbia que en México navega en acordeones, en Colombia amaina para ganar cadencia de hipnosis y en Chile toma acentos de cueca, en Argentina entró en ciudadelas ajenas a la falacia del despegue neoliberal y se volvió, a secas, villera. Cumbia Villera.
Sonido de la tierra en tanto cumbia, claro, pero no de lares exuberantes como en países plenamente andinos o litoraleños: ¿qué geografía provoca maravilla en esta pampa-llanura que se extiende verde gris hasta cansar los ojos? La del hombre creciendo entre el hombre. Así crecieron las villas argentinas que en en cada colapso económico ampliaban el corazón de ladrillo hueco de las capitales. Todo un caso el de éstas: su corazón va de afuera hacia adentro, de las ranchadas donde toda casa es kiosco de bebidas y esquina de los pibes y sueño de vivir mejor hasta los centros de sol en led y flasheo mental de la soledad urbana.
De este corazón periférico late la cumbia villera, el género popular y transversal de esta parte del mundo. ¿Qué sentirá alguien de Villa Alem al oir el pum de este bajo cumbiero? ¿Y alguien de Palermo? ¿Y Pablo Lescano? El máximo creador de cumbias abajo del Ecuador y alma de Damas Gratis habló sobre eso y más con Noisey.
Noisey: Eres un cumbiero argentino que hace años gira por las principales ciudades del continente. ¿Qué cosas diferentes ves entre vivir la cumbia en Argentina y en otros lugares? Pablo Lescano: Acá en Argentina la cumbia tiene su léxico particular, sus letras particulares. Lo que me sorprendió de México es que cuando vas para allá la gente quizás no conoce grupos que acá en Argentina son muy conocidos. Porque muchas veces los cumbieros argentinos consumen música con lujo de detalles y saben todo. México tiene muchos grupos que son regionales o “de barrio” que en Argentina son conocidos.
Después, me sorprendió también que en Monterrey, que es una zona muy musical, vas y te sientas en un bar del Barrio Antiguo y hay un grupo tocando cumbia. Eso en un bar de un lugar similar en Buenos Aires, como Palermo, no pasa. Y creo que ahí hay una diferencia cultural. Acá en Argentina todos escuchan cumbia, pero acá en México flashábamos porque cuando llegamos y nos hospedamos en el hotel había un grupo tocando cumbia. Eso fue re flashero para nosotros. También recuerdo que fuimos a un lugar donde había como un… “salón de cumbia”. Era como un club para solos y solas de Argentina, algo así. Con gente grande, una pista y carteles de prohibido fumar. Prohibido fumar, ¡aguantá, amigo! Son otros mambos. Son otras culturas y otras cumbias. En Bogotá, por ejemplo, me pasó que pregunté por artistas que aquí en Argentina conocemos mucho y me decían “¡Eso lo escuchan los abuelitos!”.
¿Y por qué la cumbia de Damas Gratis llega tanto? ¿Y por qué la cumbia en general se arriaga tanto en nuestros países? No tengo idea y siempre digo lo mismo. Sólo soy un músico que hago las canciones que me gustan. ¡No me salen de otra manera! En el caso de Argentina creo que es algo que viene con uno. Yo crecí escuchando cumbia en un barrio del Conurbano porque en mi casa se escuchaba. En mi familia. Mi hijo escucha otros ritmos, le gustan otras cosas, pero la cumbia... está. Y la de Damas Gratis pega. Loco eh.
Pero ojo, porque no en todas partes tenemos el mismo público. El público que nos sigue en Argentina es diferente al de otros países. En otros países pasa algo loco: nos siguen muchas hinchadas de fútbol. Con el tiempo y con los viajes me di cuenta de cómo nuestra música se iba difundiendo por los países: la llevaban los jugadores de fútbol argentinos que se iban a jugar afuera. Los tipos viajaban en micro de ciudad en ciudad y en el viaje iban escuchando las canciones. ¡Los compactos, boludo! ¡Antes de Internet! Y así se fue sumando más y más gente a escuchar Damas Gratis porque conocían la música por seguir a sus equipos.
Entonces a veces tocamos en lugares donde hay hinchas mayormente identificados con un equipo. En Colombia sucedió que una vuelta los promotores que nos contrataron eran los dueños de un equipo de fútbol. Entonces en ese show estaba claro qué hinchas iban a estar. En México nos siguen mucho los hinchas de Pumas de la UNAM, del América, Tigres, Rayados, Morelia, Atlas, Puebla y muchos más.
Ese vínculo es extraño, ¿te supera a veces? ¿Sentís que sólo sos un tipo que hace música al que le pasa todo esto? Es raro. Uno espera toda la vida para que sus canciones las cante la gente, pero cosas como esas no te las esperas nunca. Imagínate que cuando llegamos al hotel o al lugar donde tenemos que tocar está la gente con los bombos cantando “Pabloooo, pablooo”. Euforia total como con el fútbol. En Argentina tocamos en boliches donde convive gente de distintos equipos. Fue muy loco para nosotros descubrir esa mezcla entre el fútbol y nuestra música. Ojo, que en Argentina es otra, pero euforia sobra. Cuando nosotros tocamos, es la puta fiesta. Damas Gratis es la puta fiesta. Ahora tocamos en el Loolapalloza en Argentina y en Chile, algo loquísimo. Mi hijo no lo podía creer. Había rumores circulando de que íbamos a tocar en el Lollapalooza y mi hijo de 15 que escucha esa música me preguntaba, me preguntaba y yo le decía “vos andá a estudiar”. Y cuando se enteró…
¿Quisiste saludar a algún músico en particular? ¡No conozco a ninguno, jajaja! No sé. Mi hijo me dijo que iba a estar tal o cual. ¿Pearl Jam? Para nosotros es algo sarpado. No somos músicos que dependen de la promoción de una discográfica ni que vienen sponsoreados por una marca internacional. Somos músicos de la Zona Norte del Conurbano de Buenos Aires. La convocatoria la peleamos fecha a fecha, la revalidamos con discos y dando buenos shows. Entonces ir al Lollapalooza de Argentina y Chile es algo espectacular.
¿Qué momentos de girar por América Latina se te vienen a la mente ahora? Pienso en la primera vez que fuimos a México y en la última. La primera vez tocamos en el Café Iguana del Barrio Antiguo de Monterrey para 700 o 1000 personas. La última fue en el Festival Machaca para cincuenta mil personas. Y tocaban Café Tacvba, Todos Tus Muertos, Dante Spinetta… ¡y Damas Gratis papá! También haber tocado en el Teatro Caupolicán de Chile fue increíble. ¡Descubrir que teníamos tantos seguidores en un país donde Damas Gratis no editó ni un disco!
Tienes mucha recorrido, pero sólo 39 años. Pensemos que Cerati falleció con 55 años y tenía mucha vida y obra por delante. ¿Cómo te ves madurando en la cumbia? ¿Al frente de Damas Gratis, con otro rol o como La Mona Jimenéz que tiene 80 y sigue en los bailes todos los fines de semana? Yo vivo, respiro, transpiro y muero escuchando y tocando cumbia. Nunca corriendo, siempre a los tiros y al que quiera cambiarme... yo siempre seré fiel a mi estilo: CUMBIA.
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Este artículo fue publicado originalmente en THUMP Canadá.
La relación de Chicago con su vecino del este, Indiana, es de una conveniencia egoísta. Para empezar, la gasolina es prácticamente gratis en comparación a los cerca de $3 por galón que se pagan en la ciudad. Quienes viven al sur de Chicago no tienen vergüenza de irse a la frontera –ya sea que esté a cinco o a 30 minutos de casa– para llenar sus tanques para la semana laboral por venir. Es un ritual dominguero para muchos, así como comprar algunos cartones de cigarros, ya que también son más baratos del otro lado.
Pero los chicaguenses tienen otra tradición que causa que haga un viaje especial a través de la línea estatal en el pico de cada verano: los fuegos artificiales. En Chicago, los fuegos pirotécnicos están prohibidos, aunque eso nunca parece ser cierto en las semanas antes y después del 4 de julio. Solo visita cualquier vecindario del sur o del oeste, y seguramente te sorprenderán los boomsagresivos. Como dice el dicho grigo: "Un contratiempo no impide el progreso".
La autopista I-94 en Indiana está plagada de vallas coloridas que te guían a las tiendas de fuegos artificiales del tamaño de supermercados. Jerrilynn Patton, la productora de 29 años de Gary, una ciudad apenas a 48 kilómetros de Chicago, presencia esta peregrinación a su estado natal todos los años. En su patio de 1200 km2, podemos escucharlos explotar en la distancia nublada. Como en Gary–un pueblo acerero antiguamente floreciente con una población en descenso de unas 77000 personas– es legal comprar y disparar cohetes, no es extraño escucharlos un miércoles cualquiera como hoy.
"La obsesión que tiene la gente con los fuegos artificiales en esta área es una locura", dice Patton. Su hogar de la infancia, en donde todavía vive junto a sus padres, está apartado en una subdivisión estilo suburbana, a unos 15 minutos al sur del centro de Gary. Patton también parece ser una de esas personas "obsesionadas". Vistiendo unos shorts estilo cargo y un hoodie negro –con una bandana negra para sostener sus rastas, los cuales se acaba de rehacer– Patton sonríe mientras recuerda la vez en el 2014 cuando compró $200 en fuegos artificiales con el sueldo de uno de sus primeros trabajos, en la East Chicago Tin Mill de US Steel. También los disparó todos ella misma.
Conocida en todo el mundo como Jlin, Patton es una de las productoras más arriesgadas en la música dance. Comenzó su carrera con un par de temas en la compilación del 2011 Bangs & Works Vol. 2, de Planet Mu, empujando al footworkmás allá de su función tradicional de ser la banda sonora de bailarines callejeros hábiles, a algo más temperamental y expresionista. Los samples vocales chachareros y los patrones asimétricos de bombo son los elementos fundamentales del género, pero la versión de Jlin se percibe de alguna manera más ampollada y rota. Su álbum debut del 2015 en Planet Mu, Dark Energy, no estaba completamente separado de sus raíces frenéticas del footwork, pero su física era rara, como si estuviera rompiendo la misma cuadrícula en la que se construyó el género.
Rápidamente desarrolló una fanaticada en las comunidades de música experimental –lo que le mereció un espacio en el festival polaco Unsound Festival y el primer puesto en la lista de mejores álbumes de Wire– pero también consiguió fans fuera de ese mundo. En el 2014, el diseñador Rick Owens fichó a Patton para crear el soundtrack de la pasarela de su colección Otoño/Invierno 2014/2015 en el Fashion Week de París. El año siguiente, Jlin hizo los beats de la presentación de Primavera/Verano de Adidas Originals en esa ciudad, así como un show de Chanel en Seúl. Su recientemente editado segundo álbum, Black Origami, tiene colaboraciones de todo tipo de mundos, como la políglota de la música de computador Holly Herndon, el compositor de ambient William Basinski, el rapero y activista de Ciudad del Cabo Dope Saint Jude, y Fawkes el artista de Halcyon Veil. Se ha salido bastante de su zona de confort como productora en cada giro en su carrera –y su más reciente lanzamiento en Planet Mu refleja ese impulso, eludiendo los beats de footwork y haciendo en su lugar drumlines de banda marcial de pesadilla y ritmos que se tambalean como una partida de Jenga que está por terminar.
Aun así, cuando le preguntaron si quería encender algunos fuegos artificiales para su sesión de foto, se mostró visiblemente dudosa. "Mis vecinos van a pensar, '¿Qué diablos está haciendo'", dice Patton soltando una risa contagiosa. "No me quiero matar".
Pero un entusiasmo infantil se apodera de ella tan pronto pone un pie dentro de Phantom Fireworks, un almacén mediano lleno de abundantes fuegos artificiales. Patton toma algunos productos de los anaqueles y cuenta viejos recuerdos con su familia. "Estábamos mi primo y yo en Chicago –teníamos tal vez 11 o 12", empieza Patton, sosteniendo un paquete rojo de dinamitas diminutas llamadas Wolf Packs. "Tuvieron la idea de ponerlas en una lata de café. Luego, tuvieron la idea de echarles gasolina. Fue una pesadilla. No le recomiendo a nadie que lo haga".
De alguna forma, no solo vivió para contarlo, sino que parecía lista para más travesuras. Señaló un paquete de velas romanas. "¿Podemos dispararlas en una botella?".
De vuelta en su casa, Patton prueba algunas bombas de humo y giradores. Una vez segura de que no se iba hacer explotar a ella misma, enciende varias velas romanas y un paquete de Wolf Packs –cohetes similares a los que Kevin McCalister hace explotar en una olla en Home Alone.
Luego, el gran final: dos latas de fuegos artificiales de fuente. Una vez encendidos, dispara chispas al aire y caen en cascada, como agua en una fuente miniatura. Posando para la cámara frente a este fondo destellante, Patton se ve como si fuera a despegar hacia el cielo.
Patton nació en medio de una ola de calor. De acuerdo al Chicago Tribune, hubo temperaturas de 32 grados y más en el área de Chicagoland por 19 días en julio de 1987 –cualquier temperatura por encima de 32 es capaz de matar. Patton llegó al mundo un día 30 de ese mes y, sin que lo supiera, tenía años de retos por venir.
Los padres de Patton se conocieron mientras trabajaban en Nabisco en el sur de Chicago en los 80. Su madre era de Gary y su padre, de Chicago; la pareja consiguió su nido de ensueño por cosas del destino. Un día, mientras manejaban por Gary un día antes de que naciera Patton, su madre se fijó en una casa estilo rancho de 185 metros cuadrados.
"Detuvo a mi papá y le dijo, 'Jerry, esa es nuestra casa'", dijo Patton, haciendo una pausa para efectos de narración. "Y mi papá dijo, 'Pero ni siquiera tiene un cartel de 'Venta'". La mamá de Patton se salió del carro y de todas formas tocó la puerta. Resulta que el vendedor quería vender la casa. "La atraparon justo en el momento correcto, y hemos estado aquí desde entonces", dice Patton.
Los padres de Patton la enviaron a una escuela católica, pensando que tendría una educación de primera. Pero cuando tenía cuatro años, dice, sus maestros les dijeron a sus padres que era "mentalmente retardada" porque era zurda.
"Se consideraba una discapacidad", elabora Patton. A sus maestros también les preocupaba que Patton no pudiera seguirle el ritmo a las clases. "Pero, gracias a Dios, mi mamá peleó contra el sistema educativo", recuerda. Su madre encontró un tutor, y Patton rápidamente comenzó a retomar sus clases.
"Soy una de esas personas que necesita saber por qué está haciendo algo. Necesito de verdad saber qué estoy estudiando y por qué funciona como lo hace". –Jerrilynn Patton
"Soy una de esas personas que necesita saber por qué está haciendo algo", dice, explicando que nunca fue el tipo de estudiante que estudiaba para un examen solo para aprobar. "Necesito de verdad saber qué estoy estudiando y por qué funciona como lo hace".
Un aro de basquetbol con la pintura caída reposa encima de un poste en su calzada. Ella solía jugar de base y alero cuando era niña; cuando tenía unos 10 años, se fascinó con los tiros libres, tratando de descifrar el sistema más eficiente para darle la rotación perfecta a la pelota para que entrara a la canasta. " Los Bulls eran mi equipo", dice Patton. "En esa época, ¿quién no le iba a los Bulls?".
Apropiadamente, cuando nos juntamos, estaba usando un par de Jordan 12s blancos y negros. Patton es fanática de los tenis, pero explica que no es como algunos coleccionistas –no da el paso de vender sus tenis retro cuando ya los gasta. Su mamá es administradora de proyectos en el Programa de Empoderamiento de la Comunidad de Nyakinyua, un ala misionera de la escuela Dagoretti Nyakinyua en Molo, Kenya, así que Patton les dona sus zapatos a los estudiantes ahí.
"Hay muchas personas en el mundo que necesitan zapatos", explica. "No les importa que sean Jordans –solo necesitan zapatos para caminar".
Cuando era adolescente, los otros niños le hacían bullying. En retrospectiva, Patton cree que fue víctima porque tenía en su hogar una estructura que sus compañeros de clases no tenían –un ambiente hogareño con dos padres que recuerda al Cosby Show. Su confianza en sí misma se tambaleó, y empezó a tener malas calificaciones en la escuela. "Siempre veía hacia abajo cuando caminaba", recuerda. "Todo en mí cambió".
Incluso cuando se apartó de muchos de sus estudios, Patton encontró consuelo en las matemáticas. "Me encantaba tener que resolver cosas y luego [comprobármelas] a mí misma", dice. "Creo que la parte de comprobar era algo de autoconfianza".
Después de una corta tarde caminando por el vecindario de Patton, nos montamos en su Nissan Rogue para dar una vuelta. Unos 15 minutos después, se aparca en uno de los estacionamientos de Calumet New Tech High, un edificio mayormente hecho de ladrillos publicitado desde la carretera con una mascota nativa americana de caricatura bastante problemática.
En el salón de clases de la señora Lee en el segundo piso, Patton y su maestra de matemáticas favorita se abrazan. Recordando viejos tiempos, Patton bromea con la señora Lee sobre cómo repetía tanto la fórmula cuadrática en sus clases que igual se la tatuaba a sus estudiantes en la frente. Así que la señora Lee le da a Patton un plumón para ver si todavía recuerda la lección.
El amor de Patton por la concentración se activa con este reto. Comienza escribiendo en una señal transparente fuera de la puerta del salón de clases, pero la señora Lee suelta un sonido cuando a Patton se le olvida escribir "X =". Patton borra todo y comienza de nuevo. "¿Comencé mal?", dice. "Espera. Es =b2, creo. ¡No! ¡Lo estoy haciendo mal!".
La señora Lee interviene como una entrenadora. "Te voy a dar una regla nemotécnica que no te enseñé cuando estabas conmigo", dice, tomando el plumón de la mano izquierda de Patton. La señora Lee borra el intento de Pattony anota la fórmula correcta mientras recita la siguiente frase: "X es igual a había un niño negativo que no se podía decidir sobre ir a una fiesta radical. Como era cuadrado, se perdió de conocer a cuatro chicas increíbles. Y todo terminó a las 2AM".
Patton recuerda quedarse en el salón de la señora Lee después de clases y completar tareas enteras en el pizarrón, solo para que ella pudiera asegurarle que lo estaba haciendo bien. "Me encantaba descifrar cosas y luego comprobármelas de vuelta", recuerda Patton.
Es un pasatiempo que se extiende a la forma en la que hace música. A finales del 2007, después de que un amigo DJ en Chicago le presentó el software de producción musical FL Studio, Patton pasó horas en YouTube tratando de descifrar cómo usarlo. "Lo tuve por una semana y no podía lograr sacarle algún sonido", dice.
Con el primer hi-hat exitoso que logró, se enganchó. "Crear música era un escape para mí, porque no estaba feliz con lo que estaba haciendo en la universidad", dice Patton. Estudió ingeniería de la edificación, gráfica computacional y matemáticas en la Universidad Purdue, a la que asistió hasta el 2011. Cuando las matemáticas ya no satisficieron sus necesidades, Patton faltaba a clases, se enclaustraba en la biblioteca de la universidad y hacía rolas.
"No me malinterpretes", dice Patton. "Cuando comencé a hacer música al final del 2007, el footwork fue lo que desató mi interés". Mientras estaba en Purdue, contactó a la luminaria DJ Rashad para pedirle consejos sobre una canción que había hecho en el software Sony ACID. Poco a poco se convirtió en su mentor en la producción de beats rompetobillos en un rango de 155 a 160 beats por minutos –así como lo hicieron el productor de juke de Chicago DJ Roc, cuyo crew de DJs Bosses of the Circle recibió a Jlin como miembro en 2009. En 2011, RP Bootambién le dio la bienvenida en su colectivo D'Dynamic.
Aunque Patton no tocaba sus canciones en ninguna de las batallas en Chicago, los temas que estaba produciendo y sacando independientemente en Facebook tenía muchos elementos del linaje del footwork, el juke y el ghetto house –tres subgéneros históricamente interconectados basados en tresillos ásperos y tempos rápidos. El ghetto house, el cual apareció por primera vez en la primera mitad de los 90, comienza normalmente en los 130 BPMs; el juke, el cual surgió en la escena a finales de los 90, es un poco más rápido, en los 145; y el footwork como lo conocemos hoy en día llega a los vertiginosos 155. Uno de sus primeros temas, "Romance", del 2011, tiene el mismo patrón de batería repetitivo y grooveresbaloso que clásicos de Chicago como " Bounce", de DJ Clent, un ejemplo temprano de las líneas en las que se solapan el juke y el footwork, y " Ghost", de DJ Rashad, un himno del footwork. También tiene sus cuantos samples referenciales, deformando pedacitos de The Stylistics y Alicia Keys.
Como le gusta decir a Patton, su pirámide cambió alrededor del 2010. No, no el paradigma –la pirámide. "La razón por la que lo llamo un 'cambio de pirámide' es porque cuando pienso en la pirámide, pienso en el infinito", explica. "Cuando dices que tiene nueve lados o nueve ángulos, esos nueve se pueden voltear de tantas formas diferentes".
Parece que su madre escuchó venir ese cambio antes que ella. Después de escuchar un track de footwork de ella que sampleaba " Portuguese Love", de Teena Marie, según el cuento, su mamá le dijo que no pensaba que estaba aprovechando su potencial al máximo. De acuerdo a Patton, su madre pensó que la canción era buena, pero que ya sabía cómo sonaba Teena Marie –ella quería saber cómo sonaba Patto. Eso motivó a la productora a pensar fuera de lo esperado del footwork.
Como el juke y el footwork, la música de Patton gira alrededor del tiempo. A través de percusiones que colapsan, voces de más allá y hi-hats alienígenas, juega con ritmos y movimientos de una forma inquieta que a veces es comparada con experiencias psicodélicas. "Yo no me drogo –Conmigo es suficiente", explica Patton. Pero no niega que su música suena tripeante a veces.
Cuando le puse el track homónimo de Black Origami a mi mejor amigo antes de encontrarme con Jlin, nos quedamos viendo con desconcierto. Tantas páginas de música se habían referido a ella como una artista de footwork que esperaba escuchar muchos de los sonidos de mi crianza en la Chicago negra: bombos golpeantes y claps para mover el culo. En su lugar, la percusión pasa el rato con el zumbido androide del cambio de velocidades en vez de con los groovesoriginales del hip-hop o del R&B. Pasé la mayor parte de mi viaje en auto de una hora de Chicago a Gary planeando preguntarle sobre su relación con el footwork, lo cual parecía una pregunta complicada. Para mi sorpresa, cuando nos encontramos en su calzada, aclaró mi confusión de inmediato: "No soy una artista de footwork".
El footwork es sinónimo de Teklife y sus DJs pioneros de Chicago –el difunto DJ Rashad, quien falleció en 2014, junto a Earl, RP Boo, Spinn, Gant-Man y Traxman. Es un género dominado por los hombres con un elemento de rito de iniciación, es decir, que muchos productores de footwork o pinchaban en las fiestas de ghetto house y juke de la época, o crecieron participando en batallas competitivas de crews de footwork. Si no estás totalmente incrustado en la cultura, puede ser difícil seguirle el paso. Patton está consciente de la creciente prominencia del footwork en los escenarios locales e internacionales, por lo que es muy transparente sobre su cambio a un sonido más idiosincrático. No quiere que nadie que no esté familiarizado con el footwoork y sus raíces de Chicago piense que su último trabajo es un arquetipo del género, porque no lo es.
"El footwork es donde comencé, pero ahora he evolucionado en algo más", explica. Dice que sintió cambiar a su pirámide antes de su álbum Dark Energy, cuando se alejó de los bombos agresivos y restricciones rítmicas de " Erotic Head" y comenzó a enfocarse en sonidos y arreglos más libremente asociados. Para poder encontrar su voz, tuvo que dejar de escuchar la música de sus pares y adentrarse en su propio núcleo temperamental. "Mi nombre ha sido tan asociado con el footwork [que] supongo que sentí la necesidad de decirlo", me dice. "Me encanta la música footwork. Solo que sé que no estoy ahí en este momento".
"Quiero que la gente sepa que cada vez que me siento en esa silla [de mi estudio casero] para crear, es una lucha. No soy una de esas productoras que se sienta y hace algo en dos minutos, porque eso ni siquiera es real". –Jerrilynn Patton
Patton se cansó de Dark Energy poco después de su salida. Quería hacer algo diferente. En una de las carpetas de sonidos en su MPC, se encontró una flauta Ney –un instrumento de viento prevalente en el Medio Oriente. "Me atrapó, y me tocó de una manera que fue muy profunda", recuerda Patton. "Inmediatamente supe que esa química estaba ahí".
Luego, añadió hi-hats. Luego voces. "Tenía unos 'Oohs' y 'Ahhs'", dice Patton de los sonidos predeterminados en su MPC. Pero llegó al final de la canción y chocó contra un muro. "El track era tan enérgico para mí que me estaba costando terminarlo". Le tomó cuatro días para construir el final perfecto –y dos semanas en total para completarla de principio a fin. No se disculpa por la cantidad de tiempo que necesita para asegurarse de que sus tracks estén completos. Esa determinación para armar cuidadosamente cada sonido es lo que hace que sus producciones sean tan únicas. "Estoy bien con el hecho de dejar una canción y luego volver a ella, porque nueve de 10 veces voy a sentirme más refrescada después de haber dormido".
Patton, una autoproclamada "persona hogareña", oscila entre dos mundos totalmente diferentes: la solidad y la familiaridad de su vida en Gary, y la emoción de lo desconocido. Durante la grabación de Black Origami, esa sed por nuevas experiencias la llevó hasta India, donde grabó algunos de los temas del álbum. Primero fue a Bangalore en 2016, para visitar a su amiga y colaboradora Avril Stormy Unger, una coreógrafa y artista de performance local. Patton ha hecho tres visitas adicionales a la ciudad desde entonces, y pasó 21 días allí durante su más reciente viaje. En ese tiempo, le dio los toques finales a Black Origami y se presentó con Unger en una transmisión abarrotada de Boiler Room en Bangalore.
El álbum terminado no fue lo único que se trajo a casa. Mientras estuvo en India, Patton registró la historia de su vida en tres tatuajes en sus dedos: una cara gruñona, tres puntos verticalmente alineados y una clave de Fa.
La cara gruñona, dice, simboliza sus años desde que era adolescente hasta que era una joven adulta, cuando no tenía autoconfianza por sus experiencias con el bullying. Los puntos alineados representan la mitad de sus 20, cuando encontró su sentido de identidad. La clave de Fa marca el momento en el que descubrió su nicho en la música siendo adulta –una devoción por el bajo, con sus vibraciones escalofriantemente profundas. Cada tatuaje juega un papel en su historia, según explica, porque no estaría donde está hoy en día sin los golpes y moretones de su travesía. "Tuve que pasar por todo en mi vida para llegar a este punto", dice Patton. "Y todo es importante porque todo juega un papel en tu vida".
Con todo y sus éxitos, la mente de Patton está tan inquieta como siempre. Algunas mañanas, dice que se despierta preguntándose por qué decidió ser una productora musical. A veces, incluso se cuestiona por qué la gente compra su música.
Ha pasado una hora y media desde que se presentó en el SmartBar en Chicago, y se está comiendo una rebanada de pizza de queso y está bebiendo un juice box en el Big G's Pizza al lado. Ha estado despierta, trabajando en música nueva y preparándose para sus próximos shows, desde las 6AM. Y ya que su álbum sale en pocos días, ha estado haciendo llamadas para asegurarse de que todo esté bien con la promo y el sello.
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"Sí pude trabajar un poco, pero me frustré", explica. "Solo pensaba en que tengo un show, y luego otro mañana [en Seattle]. Mi mente estaba en demasiados lugares como para sentarme ahí y crear".
Tomó algunas vitaminas B12, pensando que la ayudarían a sobrevivir el día, pero dice que ya tenía sueño de nuevo a las 11AM. "Todo lo que tengo en la mente en este momento es hacer música para este ballet".
El ballet del que habla es " Autobiography", una producción que viene en Octubre del coreógrafo de danza moderna Wayne McGregor, tal vez mejor conocido por su trabajo ganador de premios cuando tenía una residencia en The Royal Ballet. Patton no está segura de si McGregor había escuchado su música antes de su colaboración, pero los presentó Mat Schultz y Gosia Plysa, de Unsound Production, quien maneja el booking y el desarrollo de proyectos para Jlin.
"Quiero que la gente sepa que cada vez que me siento en esa silla [de mi estudio casero] para crear, es una lucha", me dice. "No soy una de esas productoras que se sienta y hace algo en dos minutos, porque eso ni siquiera es real".
Pero la paciencia de Patton es lo que hace que su música sea tan hermosa. " Holy Child", de Black Origami–una colaboración con William Basinsk llena de percusiones que colapsan y voces etéreas, y una de las canciones que planea tocar esta noche– es un buen ejemplo. Dice que es una dedicatoria a DJ Rashad, quien, aunque trabajaba más cerradamente con el footwork, compartía su inclinación por llevar la música con la que creció a territorios desconocidos. Dice que " Reverb", el track oscuro de Double Cup –un track mareado y con enfoque en los bajos que prácticamente no tiene beat– todavía le da escalofríos. Su dedicatoria a él produce una atmósfera similar. "Realmente quiero que el oyente entienda su legado", dice. "Es muy profundo y todavía inspira a muchos [productores, bailarines y fanáticos]. Será una leyenda por siempre".
Admite que trabajar con Basinski –conocido por su composición en cinta, Disintegration Loops, un tributo al 11 de septiembre– fue un poco intimidante al principio. "Ese track fue muy difícil para mí, porque mucha gente me decía, 'William hace este tipo de música, y tú haces este otro tipo de música", dice Patton, señalando el uso hábil que tiene Basinski con los metales en su catálogo. El estilo de composición de Basinski es típicamente más orquestal por naturaleza, mientras que el de Patton es más digital.
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Pero Patton hizo que funcionara. "Me envió su pócima, y yo hice la magia", dice riéndose. "Esas son sus palabras".
Minutos antes de subir al escenario, mientras le notifica al staff que regresó de comer, alguien le ofrece un trago. Lo rechaza cortésmente y me dice, "No creo en beber mientras trabajo". Bolas disco y estrobos parpadean desde el techo mientras Patton arranca su set, moviendo la cabeza al ritmo del beat. Mientras se pasea por sus gemas – "Guantánamo", "Hoy Child", "Black Origami"– su estrés de más temprano parece derretirse. Luego comienza a tocar " Nyakinyua Rise" –un track con gritos de guerra y cencerros esporádicos– y recuerdo cuando me dijo que lo inspiró un viaje que hizo con su madre a Kenya el año pasado. "[Lo] quería dedicar a los niños de Nyakinyua, Kenya", dijo Patton. "Su viaje me inspiró a renunciar a mi trabajo, porque me di cuenta de que hay todo un mundo por ver".
Hay tantas capas de velocidad y flujo a las cuales aferrarse durante su presentación, pero a muchos de quienes bailan en el público predominantemente blanco les cuesta seguir el beat. Pero eso es lo que ocurre con la música de Patton: te lleva a lugares donde bailar bien no parece importar. Su set se arma climáticamnte hasta que estás arriba en las nubes, con las manos en el aire, los ojos cerrados y el cuerpo moviéndose por la pista de baile como si la gravedad no existiera. Patton está despegando hacia el cielo, y quiere que también conozcas esa sensación.