El año pasado nos invitaron al Reclusorio Norte a presenciar una serie de tocadas para los reos. Las bandas serían los surf punks de O Tortuga, los raperos costeños de Banda Bastón y Costa Pantera, una nueva propuesta de synth pop. Por más variado que sea este mini-cartel, ni nosotros ni los músicos sabíamos qué iba a pasar o como los internos recibirían la música. El resultado fue esta sesión, directo del tambo, en la que el público que lo presenció sólo quería escapar un poco de su realidad ordinaria, pasarla bien y escuchar un poco de música en vivo —como cualquier otra persona que va a un concierto.
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